jueves, 19 de junio de 2025

Del Libro “Fracasos Exitosos” de Bernardo Stamateas - De la creatividad al éxito

 

 Del Libro “Fracasos Exitosos” de Bernardo Stamateas 

 

DE LA CREATIVIDAD AL ÉXITO

 


Todas las personas podemos ser creativas, lo que sucede es que muy pocas se animan a descubrirse. Permitirnos crear y avanzar nos sumergirá en un encuentro con cientos de ideas, de nuevas preguntas y nuevas posibilidades.

Leonardo Da Vinci decía que la curiosidad y la observación son las dos necesidades básicas de la creatividad; a lo que podemos agregar que ambas son necesarias para alcanzar el éxito.

La creatividad te permitirá ver las oportunidades y las posibilidades de éxito donde otros no pueden verlo.

El inventor de la cámara Polaroid dijo: “La creatividad es la suspensión repentina de la estupidez”.

Crear”, “creatividad” son conceptos que necesitan comenzar a aparecer en nuestro vocabulario.

 

Crear, según el diccionario significa:

1.- Producir algo de la nada.

2.- Realizar algo partiendo de las propias capacidades. Establecer, fundar.

3.- Instituir un nuevo empleo, puesto de trabajo, cargo, etc.

4.- Producir una obra literaria, artística.

5.- Idear, construir.

6.- Imaginarse, formarse una imagen en la mente.

 

Y Creatividad, en cambio;

1.- es la facultad de crear.

 

Y sus sinónimos son imaginación e inventiva.

Existe todo un mundo interior propio que, por ser inconsciente, lo tenemos olvidado, pero al cual debemos comenzar a investigar. El psicólogo Jung define al inconsciente como un sistema mucho más fértil y creativo que nuestro consciente.

Po lo que penetrar en él, reconocer su existencia y usar todo el bagaje de información del que está compuesto nos abrirá nuevas posibilidades de acción.

Todos los individuos pasamos por etapas o mesetas en donde sentimos que no somos creativos, innovadores ni capaces de generar una sola idea productiva que nos saque de la zona de fracaso. Pero necesitamos reconocer que estos bloqueos o estos tiempos en blanco son pasajeros. Muchas ideas y oportunidades fructíferas surgen de momentos aparentemente estériles.

Seguramente, cuando estés obsesionado por revertir ese error en éxito, atravieses por lagunas o tiempos muertos en donde sentís que tu mente está en blanco y nada surge; pero ahora sabés que esas lagunas son normales. Sé consciente de ellas, pero no te acostumbres a ellas.

Determinar un horario y espacio para crear es un aporte esencial para mejorar la capacidad creativa de cada persona.

Comenzá a desarrollar y a organizar tareas creativas en determinados horarios y lugares.

La creatividad dependerá de la habilidad de pensar y repensar ese fracaso en un hecho concreto y de resultado positivo.

Pensar desde otra perspectiva sobre el problema y en otro nivel de conciencia, nos acercará a la solución y a la respuesta esperada.

En poco tiempo, surgirán nuevas ideas y oportunidades para revertir esa circunstancia o ese resultado negativo.

Es por eso que el creativo J. Wallas señala que los procesos creativos mezclan frases conscientes con inconscientes, y divide a este proceso en cuatro estadios. En una primera etapa, surgen todas las ideas y sugerencias posibles para solucionar y revertir esa dificultad. En una segunda etapa, de incubación, todo ese bagaje de ideas es organizado mentalmente.

En un tercer momento, se discierne la solución que nos posibilitara revertir ese error o fracaso; la solución puede surgir de improviso o como resultado de un trabajo profundo y elaborado, para luego, en un ultimo estadio, verificar la idea a aplicar para ser posteriormente aceptada y accionada.

La innovación y la creatividad te permitirán ver el fracaso como un hecho desafiante y de conquista, lo que habilitará al mismo tiempo que aprendas a conocerte.

Las personas creativas disfrutan con lo que generan, son apasionadas y adquieren un compromiso con sus metas y sus objetivos. No saben ni de muros ni de barreras; llegan hasta el final. Relacionan fracaso con idea, ideas con acción, acción con compromiso y responsabilidad con resultado exitoso.

Está en tu interior la posibilidad de transformar tu fracaso en resultado y logro. Sé el primer interesado en intentar solucionar esa dificultad. Tenés la capacidad para hacerlo. Lo que no usás se atrofia y se pierde.

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jueves, 12 de junio de 2025

Del libro: “¡Con golpes NO! De Martha Alicia Chávez - Acuerdos y Consecuencias

 

Del libro: “¡Con golpes NO!  De Martha Alicia Chávez

 

Los acuerdos y las consecuencias

 



Los acuerdos y las consecuencias deben tener ciertas condiciones para que funcionen:

1.- ESTABLECERLOS DE ANTEMANO:  De esta forma el niño estará advertido y sabrá qué esperar si infringe el acuerdo.  Saberlo le da la oportunidad de evitar la conducta que le traerá cierta consecuencia. Así también, establecer los acuerdos de antemano, cuando estamos tranquilos, evita que pongamos consecuencias extremas al calor del enojo del momento, que luego no podremos cumplir.

2.- CONTINGENTES:  Esto significa que la consecuencia se debe aplicar lo más inmediatamente posible a la presentación de la conducta indeseable. La vida real es así: si meto la mano al fuego me quemo de inmediato, no la semana siguiente. La contingencia permite que se establezca una asociación entre el acto y la consecuencia, lo cual favorece enormemente la extinción de esa conducta. A veces puede suceder que el hijo comete la falta que nos molesta muchísimo y nos parece absolutamente inaceptable, pero esa conducta no se encuentra dentro de nuestra lista de fuentes de conflicto. Entonces le diremos algo así como: “Esto que hiciste va a tener una consecuencia. Ahora estoy muy enojado (o ahora no sé qué) pero te lo diré mañana (o al rato).”  No dejes pasar demasiado tiempo, máximo un día, y tampoco te hagas de la vista gorda y dejes de cumplir porque ya se te bajó el coraje.

3.- CONGRUENTES CON LA FALTA:  Ésta es otra ventaja que nos trae el hecho de establecer las consecuencias de antemano, para no cometer el error de poner una del tamaño de un elefante, cuando la falla es del tamaño de un ratón. O viceversa, la falla es del tamaño de un elefante y la consecuencia es de un ratón. Ser padres justos es uno de los más valiosos regalos de amor que podemos dar a nuestros hijos.

4.- FIRMES Y CONSISTENTES: Cada vez que una madre o un padre me dice que aplica todo, pero nada le funciona para corregir conductas inaceptables en sus hijos, les respondo: “¡Te aseguro que lo haces a veces si y a veces no!” Invariablemente reconocen que así es. ¡Esto es importantísimo! Aplicar las consecuencias a veces sí y a veces no, refuerza fuertemente la conducta indeseable y confunde a los niños respecto de qué esperar, sin mencionar cuánto perdemos la credibilidad y la autoridad ante ellos.

5.- CLARAS, ESPECIFICAS, CONCRETAS: En el capítulo 6, referente a los aspectos que causan conflictos entre padres e hijos, hablé ampliamente acerca de cómo la comunicación subjetiva genera confusión y conflicto, y de la gran importancia de ser claros y específicos a la hora de comunicarnos. Cuando los acuerdos y las consecuencias son claros, específicos y concretos, incrementa enormemente la posibilidad de que la estrategia funcione.

6.- PLANTÉALO EN TÉRMINOS POSITIVOS; Es mucho más factible que el niño responda a un acuerdo cuando se lo expresas en términos positivos. De tal forma que en lugar de decir: “No verás televisión después de las seis de la tarde”, dirías: “La televisión se apaga a las seis de la tarde”; en lugar de: “No comerás postre si no terminas tu sopa”, dirías: “Tendrás postre sólo si comes toda tu sopa”.

 

A continuación, veamos un ejemplo que nos clarifique todo lo que acabaos de presentar:

 

ACUERDO

CONSCUENCIAS

(Si no se cumple el acuerdo)

Vas a jugar con tu videojuego

sólo una hora al día

Si no respetas el horario, se suspenden los videojuegos por dos días.

 

 

Cuando llegues de la escuela,

poner la mochila en…

El día que la dejes tirada, se suspende la televisión esa tarde.

 

 

Meterte a bañar a la primera vez

que te lo digo.

Si lo tengo que repetir porque me ignoras, al día siguiente se te restringe el iPad.

 

 

 

 

Una vez que has elaborado este cartelón, se lo presentas a tu hijo diciéndole que desde hoy, desde mañana, el lunes… las cosas se van a manejar así. Se lo explicas aclarándole que sólo vivirá las consecuencias si no cumple con el acuerdo. Si no quiere que éstas sucedan, simplemente debe respetar el acuerdo y nunca tendrá que vivir las consecuencias.

Ten cuidado de no cometer el error de sermonear sobre el nuevo método, diciendo los días posteriores cosas como: “Ya estas advertido, ¿eh? Si no haces tal cosa, pasará tal otra”; “Acuérdate que sólo es una hora de videojuego, porque si no, mañana bla bla bla…” Ya has dado la explicación, y tu única función después de eso será cumplir la consecuencia si el acuerdo se infringe.

 

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jueves, 5 de junio de 2025

 

Del libro “Comunícate, Cautiva y Convence”, de Gaby Vargas

 

POR QUÉ NO HABLAN, LOS QUE NO HABLAN

 


Primero habría que entender por qué no hablan los que no hablan. Varias razones:

Ø  Algunos, como ya anteriormente vimos, literalmente son personas de pocas palabras.

Ø  Otros, por timidez o inseguridad personal. Les da temor expresarse con libertad, ya que piensan que lo que dirán quizá no valga la pena o sea irrelevante para los demás. Temen exponerse y atraer por mucho tiempo los reflectores.

Ø  Otros hablan poco por temor a decir demasiado. Son personas expertas en su campo, por lo general con un cerebro privilegiado. Por temor a aburrir a los demás, omiten toda clase de detalles e información que para ellos es obvia, mas no para otros.

Ø  Algunos otros por distintas razones culturales o educativas, carecen simplemente de habilidades para comunicarse y han tenido pocas oportunidades de desarrollarlas.

 

Cualquiera que sea el caso, es probable que nos topemos con ellos en varias ocasiones. Si hacemos las preguntas en forma adecuada, lograremos extraer lo que pueden ofrecernos y la experiencia será muy enriquecedora para todos.

¿A dónde quiero llegar?

Es importante saber de antemano a dónde queremos llegar. Aquí algunas técnicas:

1.- Busca crear una empatía. Hazle saber a la persona que reconoces su experiencia en lo que hace y con tu actitud provoca que se sienta cómoda y relajada. A todos nos gusta sentirnos reconocidos, aun a los más tímidos. Después formula una pregunta de manera que sienta que su opinión es muy valiosa, y que sólo alguien con tanta experiencia la puede contestar. Por ejemplo: “Creo que, hasta ahora, muchos hemos pasado por alto las ventajas que podemos tener al incorporarnos a la red. Alberto, tú, como experto, ¿nos podrías hablar un poco acerca de sus múltiples posibilidades?”

2.- Si te das cuenta de que se trata de un caso difícil de “reservado”, de los que suelen contestar con un simple si o no a las preguntas, en lugar de trabajar contra corriente, úsalo a tu favor. Hazle preguntas directas, de manera que se sienta cómodo al contestar en forma breve. Para esto es importante clarificar exactamente cuál es la información que deseamos obtener. Por ejemplo: “Señor Ruiz, ¿me puede decir exactamente las expectativas de ventas por internet para fines de este año?

3.- Dile al entrevistado algo controversial. Un comentario o una pregunta que le pique la cresta. Aun los más tímidos reaccionan a esto. Platea lo que tú quieres saber de manera que lo rete o desafíe. Por ejemplo: “El otro día leí en la revista tal una historia que contradice su respuesta. Aseguraba que las empresas que se han incorporado a la red han notado poca diferencia en sus ventas, ¿cómo explicas esto?” Aunque no lo creas, este tipo de preguntas les encanta.

4.- Cuando una persona de pocas palabras empieza a hablar, no hay que interrumpirla hasta que termine. De hacerlo, puede cortarle la inspiración y ser la excusa para dejar de hablar. Aunque en ese momento pensemos en algo inteligente que agregar, o una pregunta brillante que hacer, es mejor anotarla y callarnos.

5.- Usa la técnica “eco” para estimular a la persona a seguir hablando. Consiste en repetir o parafrasear la última palabra o frase que pronunció en forma de pregunta. Por ejemplo:

— Las ventas se reflejarán notoriamente para finales de año.

—¿Para finales de año?

O si la persona con la que intentas platicar es cercana a ti y sabes que es de pocas palabras, puedes hacer eco a lo que refleja su lenguaje corporal.

—Veo que estás triste, ¿quieres platicarlo?

—Es que me enojé con Luis.

Te enojaste con Luis

De esa manera se siente acompañado y es probable que se exprese más.

6.- El lenguaje corporal que uses será básico. Sonreír, asentir con la cabeza, inclinarte hacia delante y ver a la persona a los ojos, como si su respuesta fuera lo más interesante que has escuchado en tu vida, es fundamental.

Entrevistar a una persona de pocas palabras es todo un reto, requiere inteligencia y astucia de nuestra parte. Si lograste una buena entrevista en la cual la persona se abrió, se sintió cómoda y lograste sacarle ideas, pensamientos o reflexiones de fondo, habrán ganado todos. Aun los callados, porque como afirma un dicho anónimo: “Es muy frustrante cuando sabes todas las respuestas y nadie se molesta en hacerte preguntas.” Así que frente al hermético… ¡ánimo!

 

Juzga a un hombre por sus preguntas,

más que por sus repuestas.

Voltaire.

 

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jueves, 29 de mayo de 2025

Del libro “Por el placer de vivir” de César Lozano

 

Del libro “Por el placer de vivir”  de César Lozano

 

ENFRÉNTALA CON ASERTIVIDAD

 



Decir lo que siento, pero a la persona correcta, de la manera correcta, en el momento correcto y en el lugar correcto.

Di lo que sientes sin perder la calma, utilizando más el “yo” en lugar del “”.  Es que yo sentí, yo percibí, mira, yo me molesté… En lugar de dijiste, insinuaste, cuando usas mucho el “”, la asertividad se pierde y la armonía también.

Hace tiempo leí que se pueden utilizar también en este tipo de discusiones las siguientes frases: “Yo siento…” “Cuando tú…” “Me gustaría…”

Si por alguna razón sientes que la persona que amas no te dedica el tiempo que necesitas o crees merecer, la reacción inmediata y común es el reclamo, el enojo, o inclusive la ruptura.

El hombre disfruta de la compañía de sus amigos, dedica mas tiempo a ellos que a ti y eso te tiene sumamente irritada. Los pleitos son constantes y nunca se llegan a acuerdos, sólo reclamos y conflictos. Si utilizas estas tres frases podrías evitarte muchos problemas:

Yo siento que últimamente no te importo como antes. Yo siento que no valoras la importancia de dedicarnos tiempo para nosotros.”

Cuando tú me llamas para decirme que te vas con tus amigos aun cuando ya teníamos un compromiso para vernos, me siento muy mal. Me siento poco valorada y poco importante en tu vida.”

Me gustaría que me dijeras qué podemos hacer. En qué estoy fallando para que nuestra relación se esté enfriando. Me gustaría que llegáramos a un acuerdo y evitar esta incertidumbre que sinceramente me está dañando mucho.”

No utilizar técnicas asertivas hace que los conflictos se hagan presentes una y otra vez; y, en lugar de una discusión, las palabras toman tinte de pelea. También nos falta asertividad cuando buscamos en el pasado circunstancias que nos molestaron de la persona en cuestión, y entonces sacamos a relucir situaciones que ya estaban sepultadas en el pasado, e incluso que habíamos perdonado, pero con el fin de ganar esta discusión cobran vida.

Otra recomendación muy practica es la regla de más-menos-más, fundamental cuando se trata de corregir sin hacer sentir mal a alguien que se equivoca. Durante el proceso de la corrección, primero dile algo positivo, posteriormente dile donde estuvo el error y, por último, dile nuevamente algo positivo. Un ejemplo es esta situación:

Llega el hijo con calificación reprobada.  La primera reacción puede ser de enojo y reclamo por parte de los padres, y lo único que ocasionamos con esto es frustración en ambas partes.

Si utilizamos la regla más-menos-más, la corrección puede ser de la siguiente forma:

Más:  me extraña que tú hayas reprobado, ya que me consta tu inteligencia. Sé y admiro tu capacidad y por eso me extraña tanto.

Menos:  me entristece que siendo tu responsabilidad más grande estudiar, no le dediques el tiempo y las ganas necesarias.

Más:  pero estoy seguro de que esto no sucederá más porque tú sabes lo importante que es para ti terminar tus estudios, y sé que puedes con esto y con más. Además, ¡me extraña que siendo mi hijo, que teniendo mi sangre repruebes!  (bueno eso ya es exagerar, pero se aplica).

 

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martes, 27 de mayo de 2025

¿Cómo aprendiste a ver la muerte? Autora: Alicia Campos Vera


¿Cómo aprendiste a ver la muerte?   Autora:  Alicia Campos Vera

 



Analiza como has aprendido a ver la muerte, desde tu infancia. ¿Qué te dijeron tus familiares y amigos sobre la muerte? ¿Qué películas te impactaron sobre el tema de la muerte? ¿Cómo fue tu primera pérdida significativa?

Recuerdo la historia de un anciano gravemente enfermo que no quería morir, porque su creencia era que si moría se iría al infierno, pues de joven había hecho muchas cosas malas.  También hay gente que cree que deben guardar luto o vivir tristes casi de por vida, porque en las películas de antes así se veía. Hay varias películas mexicanas donde a gritos expresan “si te mueres, me mato”, o “si tu te mueres, ya no tiene caso vivir”, o “la vida sin ti, no es vida”. Por mencionar algunas. Que diferente sería que en las películas dijeran “honraré tu memoria viviendo intensamente”, o “me duele tu partida, pero te quedas en mi corazón y me darás fuerza para volver a ser feliz”, o “ya no te tengo físicamente conmigo, pero tu recuerdo no muere”, etc.

En otras culturas como la hindú y la islámica, la muerte no se ve como una tragedia sino como un proceso natural, donde al morir el cuerpo físico deja de existir, pero el alma sigue un nuevo camino. Por lo tanto, ellos celebran la muerte y se quedan con los gratos recuerdos y enseñanzas del ser querido. Esto hace que su proceso de duelo sea breve y puedan encontrar paz.

El miedo a morir, por ejemplo, en muchos casos se debe a experiencias muy desagradables a temprana edad, ya sea porque presenciaron una muerte violenta, porque la madre casi enloqueció cuando murió el padre, porque le tocó auxiliar en los cuidados de un familiar moribundo, o por una experiencia traumática en una alberca, etc. Sin embargo, nadie, absolutamente nadie nos puede asegurar como se siente morir, pero muchos podemos explicar a detalle como se siente vivir, y vivir intensamente.

Otra creencia que dificulta la aceptación y resolución de un duelo por muerte de un hijo joven, es que se cree que por ley general primero deben morir los abuelos, luego los padres y después los hijos, pero la realidad es que nuestra “línea de vida” o “fecha de expiración” nadie la sabe, y puede ocurrir cuando menos lo esperemos. Cuando me preguntan, ¿por qué aun sabiendo que todos vamos a morir algún día, nos cuesta tanto trabajo aceptarlo?, les digo que se debe a que por más que escuchamos la frase “vive hoy como si fuera el ultimo día”, en realidad no lo hacemos.

Hay quienes aprendieron a negar la muerte, creyendo que al negarla no existe, o se evita. Un ejemplo es la expresión “no voy a hacer testamento, porque estaría invocando a la muerte”, o “llamaron para ofrecer paquetes funerarios y les colgué, ¡yo no pienso morirme!”.  Sin embargo, hablar de muerte te invita a hablar de vida. Ayuda a visualizar que estás haciendo hoy para vivir (los años que tengas que vivir), de forma sana, autosuficiente e independiente. Ayuda a tener siempre tus documentos en orden y tu última voluntad por escrito, solo por si acaso. Hasta pudiera ser un motivador, para viajar, darte algunos lujos, atreverte a completar proyectos o ideas y hasta ir cerrando ciclos, para no dejar asuntos pendientes.

En el otro extremo, están los que ven a la muerte como algo maravilloso, un paso a la gloria, a donde no hay dolor, a un lugar mejor, y entonces, ante una situación agobiante o dolorosa piensan en acabar con su vida. La verdad es que no es necesario morir, para vivir una buena vida.

En conclusión: La forma en que aprendiste a ver la muerte, puede facilitar o dificultar tus procesos de duelo, y hasta tu propia muerte. Si la forma en que aprendiste te impide hablar de ella, o genera sentimientos desagradables, cámbiala por la aceptación de ésta como parte de la vida, y como un recordatorio de que debemos vivir, apreciar lo que tenemos, disfrutar el tiempo con nuestros seres queridos, aprender a despedirnos y a dejar la mejor huella posible en este mundo a cada paso que damos.

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jueves, 15 de mayo de 2025

Del libro “El regalo” de Stefanos Xenakis - Lady Muck

 

Del libro “El regalo” de Stefanos Xenakis

 

LADY MUCK

Hace unos cuantos años, quedé con un amigo en un buen restaurante, humilde, en uno de los barrios residenciales más concurridos de toda Atenas. Llego con diez minutos de antelación, como de costumbre. Me siento y comienzo a observar a las personas que me rodean.

En la mesa que tengo al lado hay una mujer de unos cincuenta años, una de esas señoras bien vestidas que salen a comer.  Estaba sentada con la mirada perdida, completamente distraída. Los ingleses tienen un término para describir a ese tipo de personas presumidas:  Lady Muck. Va ataviada de pies a cabeza con lujosas prensas de diseño. El conjunto completo debe de haberle costado miles de euros. Tiene pinta de ser de esas personas que solo se preocupan por sí mismas, por su casa, por su coche y, bueno, por sus hijos.

Entra un vendedor de lotería de ochenta y tantos años, espigado, huesudo, jorobado y apoyado en un bastón. Se acerca a la mesa de la Lady Muck.  Presiento lo que va a pasar. Estoy convencido de que se lo va a quitar rápido de encima. Los observo con el rabillo del ojo.

Me quedo boquiabierto cuando la Lady Muck se pone en pie de un salto para saludarlo. Le ofrece una silla y lo ayuda a sentarse. El vendedor está desconcertado, igual que yo. Se sienta. Ella le sirve un vaso de agua. El anciano se lo bebe y le da las gracias.

Acto seguido, ella le alcanza el menú para que pida algo. Él le vuelve a dar las gracias, pero lo rechaza. Sigue sin entender nada.  Dicen algo, pero no lo oigo.  Después veo que le da a la señora unos cuantos boletos de lotería; un montón, de hecho.  Uno a uno, sin descanso. Debe de haberle comprado la mitad de los que llevaba.

Al final, los dos se ponen en pie. Lady Muck lo acompaña hasta la puerta. El vendedor esboza una sonrisa de oreja a oreja y sacude la cabeza de camino a la salida, incrédulo. La señora está todavía más contenta.

Me echo a reír para no perder la cabeza. Ahora me toca criticarme a mí mismo en vez de a la exquisita Lady Muck. Pero he aprendido una valiosísima lección.

 

NO JUZGUES A NADIE.

OBERVEA Y APRENDE.


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jueves, 8 de mayo de 2025

 

Del libro: “¡Con golpes NO!  De Martha Alicia Chávez

 

Las fallas naturales en la comunicación



  

Mientras tengo más años, más me asombra lo difícil que es la comunicación, los muchos bemoles y recovecos que tiene y, al mismo tiempo, lo importante que es para el éxito de las relaciones. Hace poco leí esta frase de George Bernard Shaw que me pareció simplemente ¡brillante!: “El mayor problema con la comunicación es la ilusión de que tuvo lugar”.  Es una expresión perfecta, verdadera y profunda, que no necesita elaboración ni explicación.

Pues bien, haciendo lo más adecuado que podamos hacer para mejorar nuestra forma de comunicarnos, hablemos de una de las fallas más comunes en la comunicación entre las personas, que es el uso de un lenguaje subjetivo y ambiguo. Mientras más lo sea, más se prestará a malas interpretaciones y, en consecuencia, a confusión y conflictos. En mi práctica profesional, constantemente lidio con este tipo de lenguaje, frente al cual tengo que estar muy atenta para pedir aclaración y lograr un óptimo entendimiento de la situación que me cuenta el paciente y una óptima comunicación con este. Siempre me sorprende cómo la mayoría de las personas se expresa de forma confusa y subjetiva y ni siquiera se da cuenta. Veamos algunos ejemplos concretos que nos aclaren este punto.

Tu hijo adolescente te dice;  Es que tú no me comprendes”, y tú le respondes como si entendieras a la perfección a qué se refiere, diciéndole algo sí como: “Claro que te comprendo” o “Tú eres el que no me comprende a mí”. O, si te toma de malas, tal vez respondas: “Pues, ni modo, hago lo mejor que puedo” o “sí, soy la peor madre (o padre) del mundo”.

Si tu niña se queja de que no la apoyas o no la ayudas, tu respuesta será algo como: “Eso no es verdad, siempre te ayudo”, dando por hecho que entiendes de qué está hablando.

Palabras subjetivas como esas significan algo diferente para cada uno de nosotros. Qué pasaría si en lugar de las respuestas que das normalmente, dijeras algo como lo siguiente:

·         ¿Qué necesitas que haga para que sientas que te comprendo (apoyo, ayudo, etcétera)?

·         ¿Qué te haría sentir que te quiero mucho?

·         ¿Cómo quieres que te diga las cosas para que no sientas que te estoy regañando?

·         ¿A qué te refieres cuando me dices que te ayude? Dime específicamente cómo quieres que lo haga.

 

De la misma forma, cuando tú pides o expresas algo, hazlo evitando la subjetividad y ambigüedad. Puede ser que le digas a tu hijo: “Hoy te toca ordenar la cocina después de la cena”. Un rato después vas a revisar y te pones furioso porque en tu opinión no lo hizo adecuadamente, pero tu hijo jura y perjura que sí. Entonces le muestras que no limpió la estufa, que no sacó ni acomodó los trastes en su lugar, que lo que sobró de comida no lo puso en un recipiente dentro del refrigerador, etcétera.

Así también, puede ser que a tu niño le digas: “Si te portas bien durante toda esta tarde, mañana te llevo al cine”. Pasa la tarde, y a la mañana siguiente tu hijo te pregunta a qué hora irán al cine, pero tú le responde que no irán porque le advertiste que lo harían sólo si se portaba bien. Tu hijo llora desconsoladamente porque jura que se portó bien y tú insistes en que no fue así.

La realidad es que para un niño o un adolescente “arreglar la cocina” o “portarse bien” significa algo muy diferente a lo que piensan sus padres. A veces, cuando son pequeños, ni siquiera entienden qué rayos significan esas cosas exactamente.  Pero si eres una madre o un padre que saben comunicarse, dirás algo así:

Cuando te pido que arregles la cocina me refiero a que saques y guardes los trastes que lavas, limpies las migajas de la mesa, limpies la estufa de esta manera, guardes en un recipiente lo que sobró, etcétera.”

“Si toda esta tarde me haces caso a la primera cuando te pido algo, por ejemplo, apagas la tele cuando te lo pido, te metes a bañar cuando te digo, recoges todos los juguetes y los pones en el cesto, mañana te llevo al cine.”

 

Nunca des por hecho que el otro entiende exactamente a qué te refieres con lo que dices; créeme, no es así. Los niños, los adolescentes y los adultos necesitamos lenguaje claro, concreto, específico. Desarrolla el hábito de comunicarte de esa forma y evitarás muchos malentendidos y conflictos:

-          Necesito que me ayudes a llevar las cajas al closet.

-          Te quiero platicar algo, pero por favor no me des consejos ni soluciones; solo escúchame.

-          Cuando te hablo y no me miras siento que no me escuchas.  Esto que te voy a comentar es muy importante para mí y te pido que me veas a los ojos.

-          Me pediste que te ayude con tu proyecto. ¿Específicamente qué quieres que haga?

 

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jueves, 1 de mayo de 2025

¡Ponte tu camiseta! ... Autora, Alicia Campos Vera

 


¡PONTE TU CAMISETA!     Autora:  Alicia Campos Vera




Este escrito es para quienes trabajan para un empleador (principalmente los que laboran en alguna fábrica o industria), o para quienes en algún momento lo van a hacer. Aunque en realidad aplica para cualquier trabajador o emprendedor.

Es muy común escuchar la expresión “¡Ponte la camiseta de la empresa!”, la cual significa que des tu máximo esfuerzo y tengas un firme compromiso con el negocio. Dicho de una forma más coloquial, es una forma de decirte que trabajes tan arduamente, como si esa empresa fuera tuya.  ¡Pero no lo es!

La frase ¡Ponte la camiseta de la empresa! ha sido utilizada como una herramienta motivacional, con la intención de querer sacar al empleado de su área de confort, pero en otros casos, se ha utilizado como una especie de chantaje hacia el trabajador.

Mi recomendación es que “NO te pongas la camiseta de ninguna empresa” …  ¡Ponte TU CAMISETA!  Comprométete a dar lo mejor de ti en cualquier negocio, empresa, taller, o actividad, porque entonces tendrás un excelente desempeño en cualquier área de tu interés y en cualquier trabajo.

En la actualidad, son pocas las empresas que no tienen que hacer recortes de personal ante dificultades financieras, y cuando esto ocurre, muchos empleados que trabajaron largas jornadas por el bien la compañía, se sorprenden, decepcionan y enfurecen, al ser despedidos. 

Por otro lado, si TU CAMISETA y TU COMPROMISO para realizar un excelente trabajo, siempre los traes contigo, los despidos solo serán parte de tu experiencia laboral, y podrás volver a colocarte en otro lugar. Además, muy probablemente siempre obtendrás muy buenas referencias de cada empleador, y tendrás las puertas abiertas para poder regresar.


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jueves, 24 de abril de 2025

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif - El precio de ser diferente

 

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif



 

¿Vas a seguir con tu cuerpo empotrado en el sofá? ¿Vas a estar 40 años así?

¿No te das cuenta de que nuestra existencia es lo más breve en esta tierra?

Supongamos que eres feliz con lo que tienes ahora; sientes paz y gozo. Pero si aún te consume un hambre voraz de crecer, explícame, ¿qué carajos esperas para ir a devorarte el mundo?

Cada vez que afirmas que estás bien, firmas tu acta de defunción. Y más aún si sabes que te quedan pasos por dar, cartas por jugar y canciones por bailar.

Te pregunto nuevamente: ¿qué carajos esperas?

Márcalo aquí, para yo saber:

___ El Momento perfecto

___ El millón de dólares

___ El socio soñado

___ El cazatalentos extraviado

___ El título universitario

___ La aprobación social

___ Una señal del cielo

___ Una epifanía angelical

Te aterra hacer tu voluntad. En este mundo importa mucho más cómo usamos los recursos que su cuantía; importa mas cuánto haces que cuánto sabes. Ya hemos dicho que estar dispuestos va antes que estar preparados. Puedes tener todos los conocimientos, pero si no tienes la disposición necesaria para enfocarte, y ponerte a hacer las cosas todos los días, de poco te servirán.

La procrastinación es autosabotaje puro, es una renuncia a enfrentar aquello que debes. Esta se manifiesta en las excusas que te inventas para aplazar un mañana que nunca llega.

Suelta lo que no es para llevar; no es que te falte tiempo, es que malgastas el que tienes. No confundas estar muy ocupado con ser muy productivo y por favor, observa estas pequeñas grietas en tu vida, ya que estas hendiduras generan los grandes derrumbes.

No te enfoques en comenzar sino en terminar. Pocas cosas dan más satisfacción que finalizar una tarea pendiente, por mas pequeño que sea este progreso hacia lo que queremos.

Toma una nueva dosis de inspiración. El estrés no viene por la reflexión en lo que no hemos comenzado sino por la angustiante presencia de aquellas tareas que debemos terminar.

Si quieres la vitoria, tendrás que ir a la guerra; hay que salir a la batalla, hay que dejar los pulmones en la trompeta, arriesgar trozos de piel, recibir zarpazos, perder algunos compañeros en el avance. ¿O es que acaso crees que la vida es un picnic?

Muchas veces tendrás que decir “si” a aquello que te causa temor, pero esta es la única manera de saber si “te ponchas o la sacas del estadio”. Hazlo de vez en cuando y verás que el precipicio tiene el objetivo de hacerte saltar o enseñarte a volar.

Aunque tu primer rugido suene como un graznido, debes de enseñar los colmillos desde ya. Todos necesitamos algo de ferocidad: en esta selva o ruges o te quedas como borrego.

¿Quién va a creer en ti si no lo haces tú? ¿No comprendes que ese es el precio de ser diferente? Un precio que puede ser sumamente alto, pero es el costo de la dignidad humana.

Es mejor ser un loco emprendedor que un empleado en sus cabales, pero amargado. Deja de repartir currículos y comienza a repartir volantes de tu propio negocio.

Cuando hagas las cosas, hazlas con amor, con pasión, con sapiencia, con visión, con enfoque, sin temor y sin mirar atrás. Y prepárate: no existe mejor inversión que la destinada a tu conocimiento. Estudia, entiende, enfócate, discierne cada palabra y cada tema. Pero aplica lo aprendido, porque el conocimiento cautivo en tu cabeza es tan infértil como en un libro cerrado.

Cada momento en tu vida debe ser un manjar y un aprendizaje. Que no pase un día del que puedes prescindir, uno del que digas: “Pude haber vivido sin el día de hoy”.

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jueves, 17 de abril de 2025

Del Libro “Conversando con Mayuyi” de Alicia Campos Vera - Despedida del amigo de la infancia

 

Del Libro “Conversando con Mayuyi” de Alicia Campos Vera

 


En una mesa cercana a la entrada se habían acomodado los más jóvenes del grupo, entre ellos los nietos de Adolfo y las hijas de Olivia, quienes compartían lo difícil que era separarse de los amigos. Justo cuando Mayuyi se aproximaba a la mesa, escuchó decir al menor del grupo que al despedirse de su amigo sintió que una parte de su vida se iba con él. Después de saludar a todos, la mujer retomó el tema diciendo:

— Así que perdiste a un amigo.

— Mi mejor amigo desde el kínder se fue a vivir a otro país.

— Con razón bien dijiste que una parte de tu vida se iba con él. Debe ser muy doloroso.

— Ya tiene varios meses de eso, pero aún lo extraño. Era mi confidente, mi aliado y mi cómplice.

— Una combinación que no es fácil de encontrar.

— Tiene razón, tengo muchos amigos, pero con ninguno me siento con la confianza de platicarle todo como con mi amigo Pepe. Aunque conforme pasa el tiempo, ya tampoco puedo platicarle todo a él porque hacerlo en videollamadas no es lo mismo, y seguido me corta porque tiene otras actividades o le están hablando sus nuevos amigos.

— Tal vez tengas que trabajar en el apego y dejarlo ir.

— ¿Dejarlo ir?

— Sí, al ser tan unidos, se forma un grado de apego, de dependencia, de hacer las cosas solo con él, aun teniendo a más amigos, pero, como bien dices, él ya tiene nuevas amistades y círculos sociales, lo cual está bien; entonces, tal vez debas dejar ir a ese amigo incondicional de tu infancia y aceptarlo ahora como ese amigo en el extranjero al que solo podrás ver o contactar de vez en cuando.

— Creo que ya entendí, debo cerrar mi círculo de duelo.

— Dicho de otra forma, sí, es correcto.

— Es lo que me ha dicho mi mamá.

Todos habían estado muy atentos al diálogo, porque de alguna forma se identificaban con el acontecimiento del muchacho, pero cuando Janeth escuchó la palabra duelo, entró en confusión.

— Pero ¿por qué hablan de duelo si no se ha muerto?

El duelo es solo un proceso para sanar el dolor de perder algo o a alguien, y en este caso se ha perdido al amigo de la infancia, al confidente, aliado y cómplice de una etapa de la vida.

— Oh, es cierto, ya entendí.

— Además, los amigos del alma son los hermanos elegidos con el corazón, así que es una pérdida significativa por el hecho de estar lejos.

— ¿Entonces tiene que pasar por la negación, ira, negociación, dolor y aceptación? — dijo Janeth en forma pausada mientras recordaba lo que en varias ocasiones había escuchado en las pláticas sostenidas entre su madre y Mayuyi.

— Es correcto.

— Negación no hay, porque es un hecho que ya no está aquí; ira no siento, pero dolor, aunque leve, sí existe porque lo sigo extrañando, aunque creo que cada vez menos.

— Igual una carta de despedida al niño de la infancia y una carta de bienvenida al amigo adulto te pudiera ayudar — dijo sonriente Mayuyi en señal de que era algo positivo.

– Qué buena idea. Yo ya había empezado la carta de despedida porque mi madre también me la sugirió, pero sentía que la estaba haciendo para un amigo que murió, sin embargo, despedir a un amigo de la infancia tiene más sentido, y aceptarlo ahora como un nuevo amigo creo que me va a hacer sentir bien.

Las expresiones en los rostros de los muchachos eran de alegría, y Mayuyi suspiró con satisfacción al ver que las nuevas generaciones ya hablaban de forma más abierta sobre las pérdidas y el proceso de duelo. Así que se despidió del grupo para continuar su recorrido por el salón.

 

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jueves, 10 de abril de 2025

Del libro: “Del otro lado del miedo” de Mario Guerra. - Los miedos profundos

 

Del libro: “Del otro lado del miedo” de Mario Guerra.

 

Los miedos profundos

 


 

Ø  Hay cuatro temores o angustias existenciales que pueden ser considerados miedos profundos, normalmente son inconscientes y los compartimos los humanos: la muerte, la libertad, el aislamiento y la falta de sentido de vida.  

Ø  Hay quien dice que no podemos tener miedo a la muerte como tal porque nunca hemos tenido esa experiencia antes, pero el miedo es real, aunque se presente bajo la forma de angustia o ansiedad, aunque sus causas puedan no tener un sustento objetivo.  

Ø  La libertad nos atemoriza porque implica responsabilidad y asumir las consecuencias de nuestras decisiones y actos. A veces es más liberador decir que actuamos obligados por las circunstancias o “no nos quedó de otra” para justificar decisiones tomadas bajo la presión del miedo. Quien teme a la libertad prefiere una vida predecible y rutinaria.  

Ø  Como no hay una persona exactamente igual a nosotros, nadie puede pensar y sentir de la misma manera. Esto nos lleva a concluir que, en el fondo, estamos solos, aunque estemos rodeados de otras personas. Aun así, aislarnos de los otros tiene consecuencias importantes en la salud mental. Busquemos conectar con los demás en el nivel que nos sea posible.

Ø  Creer que estamos para algo en este mundo nos ayuda a vivir. Si no encontramos un significado cósmico, se hace necesario crear uno personal. No tenerlo significa caer en la angustia de pensar que nada de lo que hagamos importa o tiene sentido.

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jueves, 3 de abril de 2025

El Método H.A.B.L.A” de Álvaro Gordoa - Asociación en cadena

Del libro “El Método H.A.B.L.A” de Álvaro Gordoa

 



Quiero ponerte a prueba para ver cuántas de esas palabras puedes recordar. Échale un ojo a esta lista una sola vez y luego, sin trampas, deja pasar un par de minutos y escríbela nuevamente. ¿Listo?

 

Robot, helicóptero, dinosaurio, ballet, fuego, libertad,                                 carretera, sillón, payaso, plátano

 

¿Cómo te fue? ¿te acordaste de cuatro, cinco, dos?, ¿respetaste el orden? Sea cuál sea tu resultado, te aseguro que dentro de muy poco no podrás quitarte estas palabras de la cabeza.

En su De Memoria Artificiali (1335), Thomas Bradwardine afirma:

Supongamos que alguien debe memorizar los doce signos del zodiaco, es decir el carnero, el toro, etc.  Ha de imaginar en primer lugar un canero muy blanco… De la misma forma, a la derecha del carnero se coloca un toro rojo… Entonces el carnero, erguido, golpea con su pata derecha los grandes e hinchados testículos del toro… por medio de los testículos recordaremos que no es un buey castrado o una vaca.

 

Éste es el método de asociación en cadena, que consiste en asociar una primera idea con otra, para luego desaparecer la primera idea transformando la segunda en primer: y asociarla con una nueva segunda idea, y así sucesivamente. El chiste es que en tu cerebro únicamente tengas dos conceptos asociados en una sola imagen. Pongámosla en práctica:

Imagínate un robot.

Ahora liga a ese robot con un helicóptero. Usa tu imaginación con libertad, puede ser un robot piloteando un helicóptero, un robot que se trasforma en helicóptero, o un robot con un pequeño helicóptero en la mano. Lo importante es que estén ligados. No pongas al robot al lado del helicóptero, ¡intégralos!

Después elimina al robot y deja al helicóptero solo.

Ahora liga al helicóptero con un dinosaurio. Tomate tu tiempo. En mi mente, por ejemplo, esté el dinosaurio peleando con el helicóptero, como en película de Godzilla. ¡Pero ojo!, debo cerciorarme de no mezclar conceptos y tener presente que es un dinosaurio y no un monstruo. Entonces; dinosaurio peleando con helicóptero.

Elimina al helicóptero y deja solo al dinosaurio.

Sigue la palabra ballet. ¿Un dinosaurio con tutú te parece buena idea? Un poco ridículo ¡así funciona mejor!

Ahora deja solo el traje de ballet y lígalo con la palabra fuego. Una bailarina de ballet en llamas puede ser una imagen tan impactante como para que nunca se te olvide.

Toca el turno de unir fuego con libertad. Ésta es más difícil, pues cuando se trata de conceptos abstractos debemos esforzarnos en materializarlos. En este caso puedes usar a la Estatua de la Libertad incendiándose, o tal vez conoces a alguien que se llame Libertad y puedes ligarla de alguna forma con el fuego. Cada mente es diferente.

Deja libertad sola. Ahora te dejo continuar por tu cuenta: faltan carretera, sillón, payaso y plátano. Tómatelo con calma.

¿Terminaste? Muy bien, consigue una pluma para anotar la lista, pues lo único que tendrás que hacer es pensar en el robot y lo demás saldrá solo:

Robot,___________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

 

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viernes, 28 de marzo de 2025

 

Del libro: “Un alma valiente” de Nick Vujicic

FINGIR PARA LOGRARLO

 


Lo que estamos viendo aquí no es algo nuevo para los adolescentes. Creo que la mayor parte de los psicólogos y psiquiatras están de acuerdo en que, durante la adolescencia, la mayoría de nosotros empezamos a forjar nuestras identidades, a descubrir quienes somos, en dónde encajamos y en torno a qué podemos construir nuestras vidas. Cuando estaba entrando en la adolescencia, deseaba profundamente encajar con los demás chicos. No quería que nadie me percibiera como débil ni inseguro, así es que adivina qué hice. Fingí ser alguien más. ¡Mala estrategia, Nick!

Intenté encajar actuando como un tipo duro y diciendo groserías como los chicos a los que quería impresionar. Era un comportamiento muy extraño para mí. Ni siquiera recuerdo haber escuchado una mala palabra antes de secundaria. En mi casa no se decían groserías.

Mis padres nos educaron para amar a Dios y honrarlo en todo momento. Nuestra vida estaba construida alrededor de nuestra fe. A mi hermano, mi hermana y a mí nos protegieron del mundo de muchas maneras; ni siquiera nos dejaban escuchar estaciones de radio, a menos que fueran cristianas.

Dios debió haberse sentido muy decepcionado cuando me escuchó decir groserías, pero estoy seguro de que entendió que estaba un poco perdido. Mis primeras semanas en la secundaria me abrieron los ojos. ¡Todo el mundo decía malas palabras! Por lo menos, así parecía. Escuchaba tantas groserías por todos lados que comencé a preguntarme si yo estaba equivocado y tal vez las palabras que yo consideraba malas palabras en realidad no lo eran. Era como si hubiera descubierto un lenguaje totalmente nuevo.

En serio, me convencí de que decir groserías era la forma normal de hablar de los adolescentes. Estaba desesperado por parecer normal, cool y como un tipo duro, así es que abandoné al verdadero Nick y me convertí en Nick, El Malhablado.

Comencé a decir groserías porque tenía miedo de no encajar. No tiene nada de malo querer encajar y ser aceptado, pero lo que sí es malo es abandonar tus valores y creencias para conseguirlo.

Me estaba rechazando a mí mismo con la esperanza de que nadie más me rechazara. Qué locura, ¿verdad? Todos hacemos ajustes para llevarnos bien con otras personas. Hasta cierto punto, todos tenemos que adaptarnos a lo que las personas que nos rodean quieren o necesitan. Todo eso es parte de vivir en un mundo más grande: formando parte de una familia, una comunidad, un país y el mundo.

Pero nunca deberías hacer cosas que sientes que están mal porque quieres encajar. No necesitas fingir que eres alguien más para eso: tú ya tienes un lugar en esta tierra.

Mejor prueba esto: Siéntete tan cómodo contigo mismo que las demás personas se sientan cómodas contigo también.  Crea una vida que te gaba tan feliz que quieran compartir tu felicidad.


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viernes, 21 de marzo de 2025

 

Del libro “El regalo” de Stefanos Xenakis

 

HUMOR

 




La vida es un juego y la única forma de perder es no jugar. Esa era una de las frases favoritas de mi mentor.  Nos la repetía hasta la saciedad, hasta que captábamos el mensaje.

Un día, mientras hago cola en el banco, oigo una interesante conversación detrás de mí y me paro a escuchar. Una mujer, de unos cuarenta y tantos años, está hablando con un hombre mayor. Le está diciendo lo joven que parece su padre para su edad.

– Cuando nos ven juntos, ¡la gente piensa que somos pareja! – exclama–. ¡Ahí está! Papá, ven aquí, ¿quieres?

Lo miro de reojo. Un anciano alegre se acerca a paso ligero. Tiene una sonrisa de oreja a oreja y lleva unas bermudas, una camiseta moderna y una gorra de béisbol; el eterno adolescente. Irradia energía. Es el tipo de hombre que, con solo mirarlo, ya te alegra el día. Se mete de pleno en la conversación.

– ¿Qué edad me echas? – le pregunta al hombre mayor.

– ¿Sesenta? – pregunta el tipo en voz alta.

– ¡Setenta y cinco! – declara con orgullo el “adolescente”, y deja escapar una risita.

Me doy vuelta, atónito. No me perdería la energía que irradia aquel hombre por nada del mundo.  Cedo mi tanda en la cola y me cuelo en la conversación. El anciano sonría con toda la cara.

– ¿Nos conocemos? – me pregunta–. ¿Del barbero, puede ser? – Suelta una risotada al quitarse la gorra. Está completamente calvo, como yo –. ¿Vamos juntos a clase de baile? ¿Nadas en invierno?

El tipo se lo guisa y se lo come, pero, sobre todo, nunca se olvida de reír. Ni de bromear. Por cualquier cosa, por pequeña que sea.

 

La alegría lo es todo. La risa es la hija y la madre de la alegría, como en el dilema del huevo y la gallina. Cuando estás feliz, te ríes, pero también te ríes para estar feliz. Y en la base de ambas está tu sentido del humor, que ocupa el puesto de mando de tus sentimientos. El humor es vida. Es la esperanza de que algo nuevo, algo especial, esté naciendo. El humor es la celebración de la vida.

 

Las personas con sentido del humor son más felices. No envejecen y enferman mucho menos. Brillan con luz propia, resplandecen. Vayan donde vayan, atraen la energía positiva, como si estuvieran lanzando purpurina a su alrededor. Dejan el mundo un poquito mejor que como se lo encontraron.

 

Tener sentido del humor es señal de carácter, delicadeza y elegancia.  Es algo propio de las grandes personas. 

 

Winston Churchill y la parlamentaria británica lady Astor eran conocidos por sus ingeniosas conversaciones.  Un día, lady Astor le dijo:

– Si fuera usted mi esposo, le envenenaría el té.

A lo que Churchill respondió:

– Señora, si yo fuera su esposo, me lo bebería.

 

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miércoles, 19 de marzo de 2025

Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif - Tus sueños

 Del libro “Inquebrantables” de Daniel Habif





“Si tus sueños no te aterran, es porque todavía estás soñando muy abajo.


Sueña hasta que te tiemblen las piernas”.


El reto del siglo es hacer más con lo que sabemos. Te aseguro que así se abrirán caminos en el

desierto y ríos en la soledad. Sentirás estas palabras solo como una inyección de entusiasmo que

durará unas horas o unos días, y después la emoción bajará y te llevará de nuevo a la confusión o

la depresión por falta de propósito.


Vivirás la motivación como un acto de magia y no como un hecho irreversible en tu vida. Debes

tatuar tu alma, reprogramar tu mente y tu corazón con los códigos de lo alto, es urgente que

limpies las telarañas de la mediocridad y te eleves a un nuevo estándar. ¡Júratelo allí donde estás!,

¡júratelo ahora mismo!, date cuenta de que no quieres cambiar, solo deseas cambiar: tú no

quieres dejar de estar deprimido, tú solo deseas dejar de estar deprimido; lo que tienes es una

lista de deseos, no de convicciones.


Ningún deseo existe sin el poder firme de decisión y de acción, pero antes de aprender hay que

desaprender. Tira lo que sabes que ya no te sirve, necesitas firmeza, no dureza. Tu promesa no se

retrasará ni un día, pero debes creer que es tuya, solo tuya, y debes pelear por ella.

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jueves, 6 de marzo de 2025

¿Cómo aprendiste a ver la muerte? Autora: Alicia Campos Vera

 

¿Cómo aprendiste a ver la muerte?   Autora:  Alicia Campos Vera

 




Analiza como has aprendido a ver la muerte, desde tu infancia. ¿Qué te dijeron tus familiares y amigos sobre la muerte? ¿Qué películas te impactaron sobre el tema de la muerte? ¿Cómo fue tu primera pérdida significativa?

Recuerdo la historia de un anciano gravemente enfermo que no quería morir, porque su creencia era que si moría se iría al infierno, pues de joven había hecho muchas cosas malas.  También hay gente que cree que deben guardar luto o vivir tristes casi de por vida, porque en las películas de antes así se veía. Hay varias películas mexicanas donde a gritos expresan “si te mueres, me mato”, o “si tu te mueres, ya no tiene caso vivir”, o “la vida sin ti, no es vida”. Por mencionar algunas. Que diferente sería que en las películas dijeran “honraré tu memoria viviendo intensamente”, o “me duele tu partida, pero te quedas en mi corazón y me darás fuerza para volver a ser feliz”, o “ya no te tengo físicamente conmigo, pero tu recuerdo no muere”, etc.

En otras culturas como la hindú y la islámica, la muerte no se ve como una tragedia sino como un proceso natural, donde al morir el cuerpo físico deja de existir, pero el alma sigue un nuevo camino. Por lo tanto, ellos celebran la muerte y se quedan con los gratos recuerdos y enseñanzas del ser querido. Esto hace que su proceso de duelo sea breve y puedan encontrar paz.

El miedo a morir, por ejemplo, en muchos casos se debe a experiencias muy desagradables a temprana edad, ya sea porque presenciaron una muerte violenta, porque la madre casi enloqueció cuando murió el padre, porque le tocó auxiliar en los cuidados de un familiar moribundo, o por una experiencia traumática en una alberca, etc. Sin embargo, nadie, absolutamente nadie nos puede asegurar como se siente morir, pero muchos podemos explicar a detalle como se siente vivir, y vivir intensamente.

Otra creencia que dificulta la aceptación y resolución de un duelo por muerte de un hijo joven, es que se cree que por ley general primero deben morir los abuelos, luego los padres y después los hijos, pero la realidad es que nuestra “línea de vida” o “fecha de expiración” nadie la sabe, y puede ocurrir cuando menos lo esperemos. Cuando me preguntan, ¿por qué aun sabiendo que todos vamos a morir algún día, nos cuesta tanto trabajo aceptarlo?, les digo que se debe a que por más que escuchamos la frase “vive hoy como si fuera el ultimo día”, en realidad no lo hacemos.

Hay quienes aprendieron a negar la muerte, creyendo que al negarla no existe, o se evita. Un ejemplo es la expresión “no voy a hacer testamento, porque estaría invocando a la muerte”, o “llamaron para ofrecer paquetes funerarios y les colgué, ¡yo no pienso morirme!”.  Sin embargo, hablar de muerte te invita a hablar de vida. Ayuda a visualizar que estás haciendo hoy para vivir (los años que tengas que vivir), de forma sana, autosuficiente e independiente. Ayuda a tener siempre tus documentos en orden y tu última voluntad por escrito, solo por si acaso. Hasta pudiera ser un motivador, para viajar, darte algunos lujos, atreverte a completar proyectos o ideas y hasta ir cerrando ciclos, para no dejar asuntos pendientes.

En el otro extremo, están los que ven a la muerte como algo maravilloso, un paso a la gloria, a donde no hay dolor, a un lugar mejor, y entonces, ante una situación agobiante o dolorosa piensan en acabar con su vida. La verdad es que no es necesario morir, para vivir una buena vida.

En conclusión: La forma en que aprendiste a ver la muerte, puede facilitar o dificultar tus procesos de duelo, y hasta tu propia muerte. Si la forma en que aprendiste te impide hablar de ella, o genera sentimientos desagradables, cámbiala por la aceptación de ésta como parte de la vida, y como un recordatorio de que debemos vivir, apreciar lo que tenemos, disfrutar el tiempo con nuestros seres queridos, aprender a despedirnos y a dejar la mejor huella posible en este mundo a cada paso que damos.

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jueves, 27 de febrero de 2025

 

Del libro: “Del otro lado del miedo” de Mario Guerra.


EL MIEDO

 

Ø  El miedo pertenece a la categoría de las “emociones negativas” y éstas se llaman así NO porque sean “malas”, sino porque producen sensaciones desagradables precisamente para movernos y alejarnos, para evitar o resolver lo que sea que las haya provocado.

 

Ø  El miedo se marcha cuando ha cumplido la función de alertarnos y ponernos a salvo, pero en su modalidad de ansiedad o angustia existencial, puede permanecer por mucho tiempo hasta que nos adaptamos o aprendemos a convivir con las causas que lo provocan cuando no es posible evitarlo.

 

Ø  Si el miedo no te mueve a evitar, afrontar, resolver o adaptarte a una situación desagradable, entonces se vuelve desadaptativo porque no conduce a nada útil.

 

Ø  No hay miedos imaginarios, lo imaginario en todo caso pueden ser las causas de tu miedo, pero el miedo siempre es real.

 

Ø  A muchas personas les gusta exponerse a experiencias que les provocan miedo, como ver una película de terror o lanzarse de un paracaídas, pero la percepción del riesgo es calculado, lo que hace que la experiencia pueda disfrutarse sin caer en pánico.

 

Ø  La ansiedad y la angustia no son exactamente lo mismo que el miedo, pero ambas forman parte de la experiencia del miedo o lo tienen como componente. Por ejemplo, la ansiedad es una forma de miedo, pero el miedo no es una forma de ansiedad.  Recordemos que el miedo es una emoción primaria. En este libro agrupo estas experiencias bajo la denominación de “miedo” para efectos prácticos.

 

Ø  Los trastornos de ansiedad van más allá del miedo y deben ser tratados por un especialista. Si vives en un estado constante de miedo por la mayoría de las cosas que te rodean y esto interfiere con tu vida o tu capacidad de disfrutarla, busca ayuda profesional cuanto antes. Un psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra pueden ayudarte. 

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