miércoles, 28 de octubre de 2020

 

Del Libro:  “Las Tres Promesas”  de  David J. Pollay

 

1.-  DISFRUTA

2.-  HAZ LO QUE AMAS HACER

3.-  HAZ LO QUE TIENE UN IMPACTO POSITIVO EN LOS DEMÁS

Las personas agradecidas experimentan niveles más altos de emociones positivas tales como alegría, entusiasmo, amor, felicidad y optimismo, y la práctica de la gratitud como disciplina las protege de los impulsos negativos de la envidia, el resentimiento, la codicia y la amargura.





Cadenas de gratitud

Así pues, el reto que tenemos es encontrar modos de ser más agradecidos.  Una manera poderosa en que puedes incrementar tu gratitud es aumentando la cantidad de lo que yo llamo “cadenas de gratitud” en tu vida. Las cadenas de gratitud están hechas de los eslabones de reconocimiento hacia las personas y cosas que nos importan.  Estas son las cuatro claves para construir cadenas de gratitud:

Cultivar la conciencia

Cada día, echa un vistazo a tu alrededor y toma nota de aquello que valoras.  ¿Qué y a quién aprecias en tu vida? Por ejemplo, tu mujer, tus hijos, tu trabajo, tus comidas diarias, tus amigos, tu país, tu coche, tu casa, el servicio de atención a cliente que recibes, el café que te tomas, etcétera.  Escribe lo que observes.  Haz que esto forme parte del cumplimiento de tu primera promesa.

Cultivar la curiosidad

Aprende más sobre cada persona o elemento de tu lista.  ¿Cómo hacen esas personas lo que hacen cada día? ¿Qué contribuye a que lo que es importante en tu vida sea una realidad? Formula preguntas, estudia e investiga.  Haz lo que tengas que hacer para comprender mejor aquello y a aquellos que valoras.

Cultivar el recuerdo

Tan solo nos sentimos agradecidos por lo que recordamos.  Practica el recuerdo de las personas que son más importantes para ti y de las cosas que valoras en la vida.  Enumera esas personas y esas cosas por la mañana.  Inclúyelas en tus oraciones.  Escribe sobre ellas.  Reflexiona sobre ellas cada día.  Dales las gracias.

Crear cadenas de gratitud

Las cadenas de gratitud tienen poder.  Cuanto más sepamos acerca de las personas y las cosas que nos importan en la vida, más probable será que nos sintamos agradecidos.  La gratitud que sientes infundirá energía a las actividades relacionadas con tus 3 Promesas.


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Del Libro “Cuando digo NO me siento culpable” de Manuel J. Smith

 

Del Libro “Cuando digo NO me siento culpable”  de  Manuel J. Smith




Aprender a decir “NO” con persistencia

 

Vendedor:  Sin duda, usted d4esea que sus hijos aprendan más deprisa, ¿no?

Carlo:  Comprendo, pero no me interesa comprar el libro.

Vendedor: Sin duda, su esposa desearía que les comprara esta enciclopedia a sus hijos.

Carlo: Comprendo, pero no me interesa.

Vendedor:  Aquí fuera hace un calor espantoso.  ¿Puedo entrar y beber un vaso de agua?

Carlo:  Comprendo, pero no me interesa.

Vendedor:  No me diga que va a negarme un vaso de agua.

Carlo:  Comprendo lo que siente, pero no me interesa.

Vendedor: No, no lo comprende usted, porque si solo comprendiera compraría la enciclopedia para sus hijos.

Carlo: Comprendo lo que piensa, pero no me interesa.

Vendedor:  Usted no hace más que repetir que comprende.  ¿No sabe decir otra cosa?

Carlo: Comprendo, pero simplemente, no me interesa.

Vendedor:  Permítame que le haga una sola pregunta.  ¿Qué edad tienen sus hijos?

Carlo:  Comprendo, pero no me interesa comprar nada.

Vendedor: ¿Ni siquiera quiere decirme qué edad tienen sus hijos?

Carlo:  Comprendo lo que siente usted, pero no me interesa.

Vendedor:  Vamos a ver, ¿cuántos niños viven en esta manzana?

Carlo:  Comprendo, pero no me interesa.

Vendedor:  ¿O sea que no quiere contestar a lo que le pregunto?

Carlo:  comprendo, pero no me interesa.

Vendedor:  Si no quiere hablar conmigo, me voy.


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sábado, 10 de octubre de 2020

 

 

Del Libro “FRANCESCO  -  El llamado”  de  Yohana García

 



Maestro:

Falleció mi esposa y me ha deja con un hijo discapacitado.

¿Usted cree que la vida puede ser justa?

Porque yo veo gente mala que se la pasa bien y gente buena que no tiene suerte.

 

El maestro le dijo a Agustín:

-          Te diré la verdad de la suerte.  Lo malo, duro y triste que hoy te pasa, no es precisamente porque te lo merezcas, muchas veces ser demasiado confiado tiene malas consecuencias.  Si eres una persona trabajadora y honesta y ves tu vida comparada con el que es deshonesto y vive bien, quizá te confundas.  Te contaré un cuento:

             Había una vez un joven que estaba preguntándose lo mismo que este señor y fue a ver a un maestro.  Cuando el maestro lo atendió, lo llevó a su ventana y le dijo:  “Ven, acompáñame.”  Le mostró dos hierbas que estaban creciendo y le preguntó cuál le parecía más fuerte y el alumno dijo que sería la que viviera más tiempo, ésa sería la que podría darle más satisfacciones al sembrador.

        Pero el maestro le dijo: Obsérvalas bien.  Una es alta y tiene mucho color y la otra tiene un tallo pequeño y no llama la atención”.  El alumno sin titubear dijo: “Esa, la grande”.

        Y el maestro que sabía que iba a obtener esa respuesta esbozó una sonrisa un poco burlona y le dijo:

        “Esa es la respuesta de la mayoría de los alumnos, eso quiere decir que les falta tiempo para diferenciar la verdad de la mentira.  La planta pequeña es la que tiene todas las bondades enunciadas anteriormente por ti.  La grande es una hierba que no sirve para nada.  Así es la verdad y la mentira, el poder y la pobreza.  Primero se ve lo reluciente, y lo pequeño y humilde no se ve.  Pero no te olvides que la vida da muchas vueltas y que el tallo pequeño siempre crecerá fuerte ante los ojos de quienes lo reconozcan”.

 

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jueves, 1 de octubre de 2020

Del Libro “100 rebanadas de sabiduría empresarial” de Silvia Cherem

 

Del Libro “100 rebanadas de sabiduría empresarial” de Silvia Cherem

 

 


 

61.-  Si el gobierno se comprometiera a no impulsar políticas cambiantes sexenio tras sexenio, si destinara mayores recursos para educar y fomentar estrategias de desarrollo, si tuviera más visión, podríamos ser un país productivo y no un país productor de braceros.

 

62.-  No me he mordido la lengua para decir que los empresarios debemos pagar fielmente nuestros impuestos, debe haber una mayor equidad impositiva y el Estado debe pugnar por la eliminación del fraude fiscal.

 

63.-  En México, los empresarios con visión de futuro hemos sido como “lagartijas apedreadas”.  No nos desanimamos a la primera, sabemos correr, escondernos, defendernos de discursos socializantes por parte de los políticos en turno y estar alertas, como las lagartijas cuando las quieren apedrear.

 

64.-  No es una medida popular ajustarse el cinturón, dejar de gastar, pero es necesaria para mantener una economía sana o un negocio próspero.  No hay que tenerles miedo a las medicinas amargas, sirven para curar los problemas de raíz.

 

65.-  De analfabetas económicos se ha poblado América Latina.  La gente ha olvidado los alcances del populismo que hemos padecido, y aún hoy existe la tentación de sucumbir ante las soluciones fáciles.

 

66.-  Cuando somos autoridad, corremos el riesgo de ser condescendientes y agravar los problemas.  Por capotear las situaciones, por temor a no asumir la toma de decisiones, por tratar de privilegiar a todos, puede uno generar crisis más profundas que las que tratamos de evitar.

 

67.-  La confianza es el ingrediente fundamental para construir un país, una empresa, una familia.  Como le decía un viejo filósofo chino al emperador, en caso extremo se puede prescindir de armas y alimento, pero, sin confianza, se pierde el imperio.

 

68.-   Quien rehúye al conflicto, acaba vencido por él.

 

69.-  Conciliar, sin doblarse ni ceder en lo fundamental, será siempre mejor que la añeja cultura de la confrontación.  Creo en el diálogo como el mejor recurso para superar los conflictos.

 

70.-  Los dioses se marean, creen tener más poder del que ya gozan y cometen errores lamentables.

 

 

Del Libro: “Las Tres Promesas” de David J. Pollay

 

Del Libro:  “Las Tres Promesas”  de  David J. Pollay

 

1.-  DISFRUTA

2.-  HAZ LO QUE AMAS HACER

3.-  HAZ LO QUE TIENE UN IMPACTO POSITIVO EN LOS DEMÁS

 



Más que feliz

 

Cuando descubrí las 3 promesas, me di cuenta de algo;  sentirse  infeliz  es malo pero NO sentirse realizado es aún peor.   A nadie le gusta sentirse infeliz, pero es mucho peor sentir que estás malgastando tus talentos naturales, desaprovechando las oportunidades de ayudar a los demás y perdiéndote ocasiones de ser feliz con aquellos a quienes amas y que te importan.  Pero esto no tiene por qué ser así.  Después de años ejerciendo la psicología positiva en grandes empresas y con particulares de más de cien países, he aprendido que implicarse en actividades gratificantes a diario es lo que verdaderamente conduce a la felicidad.

 

Ø  Disfruta.   La felicidad vendrá.

Ø  Haz lo que amas hacer.  La felicidad vendrá.

Ø  Haz lo que tiene un impacto positivo en los demás.  La felicidad vendrá.

 

Si vives una vida gratificante, serás feliz.  Esta es una noticia excelente, porque significa que la felicidad que tienes a tu alcance no es una felicidad limitada. No está predeterminada ni por tus genes ni por las restricciones del pasado.  Significa que no dependes del humor, la actitud y el comportamiento de las otras personas (ni de los tuyos propios, de hecho).  Tampoco eres víctima de las circunstancias.  Lo que significa que eres LIBRE,  LIBRE PARA VIVIR UNA VIDA PLENA.   “¿Cuándo?”,  puedes preguntarte.  La respuesta es :  “¡Ahora!”


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