jueves, 25 de mayo de 2023

Del libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé - RESPIRAR

 

Del libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé

 

CÓMO  RESPIRAR



Cuando, a alguien que está nervioso, otro le dice, con ánimo de ayudar, ¡respira!, lo lógico es que uno piense… “¡pero si estoy respirando!”.  Está claro que cuando pedimos a alguien que respire en un momento de angustia o ansiedad, estamos pidiendo una respiración más profunda y concienzuda.  Entremos a analizarlo.   

Desde hace tiempo se han hablado mucho de las técnicas de relajación y existen múltiples estudios y artículos al respecto. La mayoría de personas creen que consiste únicamente en inspirar profundamente y espirar lentamente.  No están desencaminados, pero vamos a intentar aplicarlo de forma más eficaz y ordenada.

Lo primero es encontrar un lugar cómodo y que no sea excesivamente ruidoso. Se puede asociar una luz tenue – bajando luces, persianas o corriendo cortinas –, y añadir algo de música relajante.  

 Comenzamos:

-         *  Siéntate en una silla con la espalda recta, pero que sea confortable.

-         *  Empieza por prestar atención a las sensaciones corporales.  Enfócate en los pies. En un primer momento, experimenta el peso de tu cuerpo. Siente tus extremidades inferiores ancladas en el suelo. Y de ahí hacia arriba, las piernas, los hombros, brazos… Permite que la paz vaya entrando en tu cuerpo mientras disfrutas de esos instantes.

-        *  Observa tu respiración; antes de entrar a “dominarla” y “ejercitarla”, presta atención a los suaves movimientos de tu abdomen mientras inspiras y espiras.  Posteriormente pasa a la zona de la nariz mientras entra y sale el aire.

-         *  Tras estos primeros instantes de observación y calma, vamos a comenzar con la denominada respiración diafragmática. Es más eficaz debido a que se llena de aire la zona baja de los pulmones para inspirar mejor el oxígeno.

-        *  Coloca una mano sobre tu pecho y otra sobre el vientre y fíjate en cual se eleva durante la inspiración. Si se eleva la zona del vientre, lo estás realizando correctamente.

-       *   Toma aire profundamente por la nariz, detente unos segundos y suéltalo por la boca de forma pausada.

 

Uno de los métodos más conocidos es el diseñado por el doctor Andrew Weil, director de Medicina Integral de la Universidad de Arizona. Ha sido portada de la revista Time en dos ocasiones y fue entrevistado por Oprah Winfrey para hablar de su teoría de la respiración. Recomienda el 3-3-6 o el 4-7-8, dependiendo del número de segundos que el aire está en juego. En el caso de 4-7-8 sería de esta manera.

-         *   La inspiración dura 4 segundos,

-         *   La pausa, aguantando la respiración, 7 segundos,

-         *   La espiración se produce en 8 segundos

De hecho, esta técnica realizada por la noche, tumbado en la cama, resulta muy útil para conciliar el sueño. Como todo, se recomienda ir poco a poco, probando un par de veces al día, y luego ir aumentando.  De esta manera el cuerpo, la respiración y el sistema nervioso simpático y parasimpático van aprendiendo a autorregularse.

 

 .

jueves, 18 de mayo de 2023

Del libro “Comunícate Cautiva y Convence” de Gaby Vargas - Montaña Rusa (postergar)

 

Del libro “Comunícate Cautiva y Convence” de Gaby Vargas

 

EL SÍNDROME DE LA MONTAÑA RUSA

 




¿Te ha sucedido esto? Tienes un mes para entregar un trabajo o una tarea, o para terminar un proyecto.  Pasan los días y las semanas y no haces nada, aun sabiendo que tu reputación, trabajo o derecho a pasar un semestre, está de por medio.

“Todavía tengo tiempo. Sí la hago.”  Te mantienes optimista y te autoconvences de que todavía hay tiempo, para después, por supuesto, tener que elaborar historias complicadas que intentan disculpar tu falla o retraso.

Has escuchado por la radio que hay una fecha límite para empadronarte, para inscribirte a un curso o para pagar tus impuestos.  Pero, por alguna extraña razón, esperas hasta el último día para hacer lo que necesitas, aunque sabes todo lo que estás arriesgando.  Muchos lo hacemos, ¿por qué?

Los sentimientos que experimentamos al postergar las cosas se pueden comparar con lo que sentimos al subirnos a una montaña rusa.  Con la fecha límite en la mente, vamos pensando distintas cosas y pasamos por seis etapas.

Las seis etapas

1.-  Empezamos diciendo:  “Voy a prepararlo con todo el tiempo del mundo.”  Sólo que los días pasan y se van indiferentes sin que suceda nada específico que nos “motive” a comenzar.

2.-  Ponemos excusas como: “Ahorita me siento cansado” o “necesito hacer ejercicio primero”, o “después de comer, par que me pueda concentrar”.  Después, a medida que la fecha se acerca, empezamos a sentir un poco de ansiedad porque no hemos hecho nada.  Sin embargo, todavía tenemos esperanzas porque “todavía hay tiempo”.  Nos tranquilizamos y pensamos: “Es viernes; mejor empiezo el lunes.”

3.-  Conforme pasan los días, el optimismo se transforma en un presentimiento negativo.  Nos damos cuenta de todo lo malo que nos puede pasar y empezamos a lamentar el hecho de haber esperado tanto.

Lo increíble es que, en este punto, es común empezar a hacer mil cosas, “menos” lo que debemos hacer.  Arreglamos el escritorio, que no urge; hacemos limpieza, que bien podría esperar; escribimos alguna carta pendiente.  Estas actividades nos proporcionan cierto alivio; sin embargo, está claro que ¡no hemos empezado “El Proyecto”!

4.-  También es frecuente que tratemos de distraernos con actividades que nos dan un placer inmediato.  Vamos al cine, nos juntamos con los amigos, vemos la televisión… En fin, nos esforzamos por divertirnos, aunque la nube gris del trabajo pendiente siga flotando en nuestra cabeza.  ¿No es el colmo?

5.-  Seguimos así hasta que, de pronto, nos invade un sentimiento de culpa, enojo y desesperación.  Es tan grande la presión y la sensación de que el tiempo que queda es mínimo que, ahora sí, sentimos la presión y es mejor empezar.

Entonces, como prisioneros que van al paredón, nos resignamos y empezamos.  Por fin, el proyecto está en camino.  Para nuestro asombro, no está tan mal como habíamos pensado.  Por lo menos la sensación de estar trabajando en el tan postergado proyecto es gratificante.

6.-  Cuando, exhausto, terminamos la tarea, decimos:

      “Juro que no vuelvo a posponer nada.”

 

¿Por qué lo hacemos?

Según los psicólogos, la razón por la que aplazamos interminablemente las tareas o las obligaciones es una estrategia para protegernos de los miedos básicos:  a fracasar, a tener éxito, a perder una batalla, a la separación o el miedo al apego.

Por lo general, nos sentimos temerosos de ser juzgados, ya sea por los demás o por ese crítico implacable que habita dentro de nosotros.  Nos da miedo, quizá, encontrar que nuestro mejor esfuerzo no es suficiente.  Nos aterroriza no cumplir con lo requerido o con las expectativas que otros tienen de nosotros.

Por lo tanto, siempre nos queda el autoconsuelo de decirnos un pretexto:  “Lo hubiera hecho mejor, si hubiera tenido otra semana más.”

Los estudios demuestran que, cuando sentimos algún miedo, suponemos mil cosas que convierten el esfuerzo por lograr algo en un terrible riesgo, por eso tratamos de evadirlo.

Surge entonces la siguiente ecuación:

¿Valor personal = Habilidad = Desempeño?

En tal caso, si hago las cosas bien, quiere decir que soy hábil.  Por lo tanto, me siento muy bien conmigo mismo y lo que produzco refleja lo que valgo como persona.

El problema aparece cuando juzgas tu habilidad como la única medida del valor personal, sin tomar en cuenta nada más.  Los que postergan las tareas se justifican pensando: “No puedo juzgar mi desempeño porque no hice el esfuerzo completo.”

Este sentimiento es tan poderoso que a veces preferimos que los demás piensen que somos desorganizados, flojos o poco cooperadores, antes de sufrir la humillación de intentar algo sin conseguir lo que esperamos.

Lo primero que debo aceptar es que mi valor personal es independiente de la habilidad que yo tenga para desempeñarme.

Estarás de acuerdo conmigo en que el primer paso para ponerle remedio a un problema es reconocerlo.  Para evitar el síndrome de la montaña rusa, la próxima vez que te des cuenta que dejas pasar el tiempo, sin actuar, detente.

Reflexiona y analiza las excusas que estás poniéndote a ti mismo y enfréntalas a tiempo; recuerda que aunque tu vales por lo que eres, es mejor ser evaluado por lo que hacemos y dejamos de hacer por temor.  No vale la pena, ¿no crees?


.

jueves, 11 de mayo de 2023

Del libro “La vida es para gozarla” de Arturo Malpica - Recuerda ese día...

 

Del libro “La vida es para gozarla” de Arturo Malpica 

 

Recuerda ese día….

 




La mente humana en muchas ocasiones es más propensa a recordar todo lo mal que le ha ido:  Las ofensas, las desgracias, el abandono, el desamor, las deudas, los complejos y tantas cosas que se enraízan en lo más hondo del subconsciente, y va amarrando fuertes ramas de memoria, mismas que anudan en la vida de todos los días rencor, amargura y mucho dolor en todas los actos que lleves a cabo.

Sin embargo, siempre hay esperanza  si traes a tu memoria más cosas, escenarios, personas y situaciones buenas.

 

Borra y reprograma

 

Que tu vida no transite en experiencias negativas que repercutan tu presente y todo lo que lleves en él, familia, trabajo, sueños, proyectos, tú mismo.

Bloquea trayendo a tu mente algún recuerdo dulce y placentero.  Una escena, un día, un amor, un hijo, una fecha, una palabra, una película, una canción.

Siempre habrá una imagen que te ponga una sonrisa en los labios.  Hoy trabaja tus recuerdos, el dulce aroma de lo que fue.

Recuerda:

·         Un cumpleaños

·         Un abrazo

·         Tu boda

·         Un beso

·         Tu primer hijo

·         Una puesta de sol junto al amor de tu vida.

 

Siempre, siempre, habrá hermosos recuerdos que te hagan sonrojar, que hagan que tu mirada brille y se te llene el rostro de sonrisas; acude a ellos y ve sanando todo ese dolor que se ha instalado en tu maravillosa vida.

Elige los que hoy quieras que sanen en tu vida.

 

 .

viernes, 5 de mayo de 2023

Del libro “La vida es para gozarla” de Arturo Malpica - Fuerza de voluntad

 

Del libro “La vida es para gozarla” de Arturo Malpica 

 

 

Con fuerza de voluntad, un ratón se come a un gato

 




El año que pasó, ¿no hubo cambios?  Deja la rutina de ese empleo que te da sólo para malcomer y arriésgate con uno que implique mayor responsabilidad y, por añadidura, más dinero.  Deja ese estudio que no te gusta y sólo tomaste por que no hubo de otra.  Abandona ese mal hábito que sólo te ha generado tos, molestias cardiovasculares y problemas emocionales.  No es necesario que sea fin de año para que comiences a hacer promesas.

Toma riesgos desde hoy, y serás la diferencia.  Comienza ya a tomar ese empleo, a estudiar lo que consideras difícil y complicado;  arriésgate con esa pareja que tanto te gusta, pero que consideras fuera de tu alcance.

Haz algo diferente a partir de hoy, aunque resulte insignificante; pero que sea diferente.  La fuerza de voluntad es una fuerza interior que te empujará a dar el primer paso.  ¿La fórmula?:  una cucharadita de carácter, una pizca de ánimo, diez gotitas de coraje, dos puñitos de espíritu, unos granos de empuje, un cuartito de carácter y tres tazas llenas de paciencia.  Revuelve con determinación y tendrás un delicioso avance.

Para muchos, la simple frase les resulta imposible, horrorosa, porque la asocian con hábitos que tienen que romper o con el recuerdo de las veces que la han usado para algo y no lo han conseguido.  Pero tú puedes conseguirlo.

Siente cómo esa energía emocional invade cada arteria, cada poro, cada vena de tu ser, a pesar de lo que te hayan dicho que eres.

Baja el piloto automático de tu vida que te ha limitado a más de lo mismo.

No importa cuánto te cueste; el costo de no hacer nada por tu salud física y emocional es mayor.  Imagina que cada día es el último que brilla para ti, y aceptarás agradecido el día que no esperabas vivir ya.

 

 .