jueves, 28 de septiembre de 2023

Del libro “Los cinco ladrones de la felicidad” de John Izzo

 

Del libro “Los cinco ladrones de la felicidad” de John Izzo

 

El control  (Intentamos controlar el pasado y el futuro, en vez de vivir el presente)

La arrogancia  (en vez de pensar que me deparará el día de hoy, preguntar ¿qué puedo ofrecerle hoy al mundo?)

La codicia  (en vez de compararnos, valorarnos y agradecer lo que tenemos)

El consumismo  (eliminar el “sería feliz si…”  y elegir la satisfacción y felicidad ahora)

La comodidad  (Cambia tus rutinas. Intenta una o dos cosas nuevas cada semana)

 

 

Treinta días para expulsar a los ladrones

 


 


Probablemente ya te habrás dado cuenta de cómo cada uno de estos ladrones nos roba la felicidad, y deseas vivir sin que te controlen. Pero ¿cómo puedes conseguirlo? Es importante saber que deshacerse de estos patrones mentales es como desarrollar cualquier otro hábito: requiere tiempo, disciplina y planificación.

Puesto que pocos podemos comprometernos a algo a largo plazo de forma imprevista, te recomiendo un sencillo plan de 30 días para echar de tu casa a los ladrones. Tendrás que comprometerte a realizar tres sencillas prácticas que no te exigirán más de 15 minutos al día.  Puede que transcurrido este plazo no hayas conseguido expulsar del todo a los ladrones, pero habrás avanzado mucho en el entrenamiento mental para la felicidad.

En primer lugar, comprométete a usar los cinco mantras de este libro repitiéndolos cada día. Te aconsejo que los recites cuando te levantes y que los vuelvas a repetir antes de acostarte:

Elijo estar en el momento presente y aceptar las cosas tal como son. La felicidad no está en el resultado que busco.

Estoy conectado con todo lo que es, y si puedo contribuir al bien de la totalidad, la felicidad me encontrará a mí.

La vida no es una competición. Voy a dar gracias por lo que tengo y por quien soy. Celebraré el éxito de los demás, pues cuando me alegro por otros, soy feliz.

Puedo elegir la felicidad y la satisfacción ahora. Son un producto de mi mente, no el resultado de lo que está sucediendo. Ahora elijo la felicidad.

No soy mis patrones. El hecho de que éste sea mi canal habitual, no significa que todavía me sirva. Puedo elegir otro camino.

 

Concéntrate cada día en uno de estos mantras. Por ejemplo, si eliges concentrarte durante todo el día en vivir el momento presente, detén cualquier preocupación por el futuro o lamento por el pasado en cuanto se manifieste y sustitúyelo por el mantra.  Si te das cuenta de que te estás resistiendo a algo que está sucediendo y que no puedes cambiar, repite el mantra. Puede ser un atasco de tráfico, que la lluvia te haya obligado a suspender el partido de golf o que tu pareja no quiera hacer lo mismo que tú. Simplemente acepta las cosas tal como son en cada momento.

La segunda práctica es escribir un diario de gratitud durante los 30 días. Piensa cada día en tres cosas por las que puedas dar las gracias. Comprométete, y proponte hacerlo siempre a la misma hora, ya sea al levantarte y reflexionar sobre el día anterior o antes de acostarte. Luego elige a diario a alguien que conozcas y escribe algo que te gustaría que le sucediera en su vida para celebrarlo con él. Esta práctica puede ser especialmente poderosa si eliges algo que, de algún modo, envidias o codicias.

La tercera y última práctica es dedicar todos los días unos minutos a preguntarte: “¿Ha aparecido hoy alguno de los cinco ladrones?” Permite que el conocedor identifique el patrón para que pueda atraparlo la próxima vez. Quizás el mero hecho de saber que vas a hacerte esta pregunta al final del día, signifique que te vas a dar cuenta justo en el momento en que aparezca.

Haz estas tres prácticas durante todo un mes. Comprobarás que tu felicidad aumenta cuanto más entrenas tu mente a estar abierta a ella.

 

.

Del libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé

 

 

Del libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” de Marian Rojas Estapé  - Traza un plan

 

 

DEJA TU CORAZÓN VOLAR, TRAZA UN PLAN DE ACCIÓN Y EJECÚTALO.

 



El proyecto de vida parte de tener un foco donde agarrarse y apoyarse.

Ten un plan, sé realista y sal a buscarlo. 

Decía al inicio del libro que pocas cosas han hecho tanto daño como la frase “llegará cuando menos te lo esperes”.  Esto nos lleva a una actitud pasiva, a la espera, muy peligrosa… quizá nunca llegue nada. 

¡No tengas miedo a ilusionarte, a imaginar algo grande, trazar un plan y llevarlo a cabo!

Tener un plan conlleva la satisfacción personal de ser capaz de paladear los diferentes logros o hitos que se van alcanzando.

Ahí, en esos pequeños pasos, radica la verdadera felicidad. ¡No en obsesionarse con una meta!

Es fundamental saber reconducir los planes según las circunstancias…, si no uno puede acabar profundamente frustrado ante el fracaso. 


.