jueves, 16 de junio de 2022

Del Libro “ ¡Porque lo mando yo! 2¨ de J.K.R. - Dormir con los padres

 

Del Libro “ ¡Porque lo mando yo! 2¨ de J.K.R.

 




Pregunta: ¿Qué piensa respecto a los niños que duermen con sus padres?

Respuesta: Generalmente hablando, los niños deben dormir en su cuarto, en su cama.  Bajo ciertas circunstancias, yo violaría la regla.  Por ejemplo, no hay daño si el pequeñín duerme en su cuna, en la recámara de sus padres.  Tampoco se ocasiona perjuicio alguno si el niño duerme temporalmente en la cama de sus padres si está enfermito o si pasa por una temporada de alto stress, como la que sigue a una muerte cercana o un intento de robo o amago de incendio en la casa.  Fuera de excepciones como las anteriores, sostengo que  EL NIÑO DEBE ESTAR EN SU PROPIA CAMA A UNA HORA RAZONABLE.

Dormir en su propia cama, ayuda a establecer que el niño es un individuo autónomo, independiente y con un sentido claro de identidad.  Además el hecho de que los padres duerman en una habitación independiente, refuerza el concepto infantil de que el matrimonio es, no sólo una identidad separada dentro de la familia, sino también la relación más importante que existe en el núcleo.  El nene que duerme con sus padres corre el riesgo de no entender lo anterior o de llegar a la conclusión de que el matrimonio es asunto de tres, no de dos.

Dormir en habitaciones separadas también establece un precedente importante respecto a la salud de la separación, del concepto de que el niño es un individuo independiente y autónomo, con un concepto claro de identidad separada de los padres.  No quiero ser repetitivo, pero es importante establecer que los padres que duermen juntos, pero separados del nene, mejoran la perspectiva del niño respecto a que el matrimonio no solo es una entidad separada, sino también la relación más importante dentro del seno de la familia.  El niño que duerme con sus padres se encuentra en grave peligro de no entenderlo jamás.

Dormir separados también establece un precedente importante de separación sana; Los niños que se separan de sus padres a la hora de dormir están mejor preparados para alejarse de ellos bajo circunstancias tales como el primer día de escuela, el cuidado de otras personas, las clases de natación o gimnasia, etcétera.


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viernes, 10 de junio de 2022

Del Libro “500 consejos para enfrentar la vida” de Francisco J. Angel. - Nobleza

 

Del Libro  “500 consejos para enfrentar la vida”   de Francisco J. Angel.

 


 

No hay nada noble en ser mejor que otros.  La verdadera nobleza es ser superior a lo que antes eras.”

 

                                                                                          Samuel Johnson

 

 

Esta vida no es una competencia en contra de los demás, es una oportunidad para mejorar cada día.


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sábado, 4 de junio de 2022

Del libro “El contador de historias” del Dr. Camilo Cruz

 

Del libro “El contador de historias”  del  Dr.  Camilo Cruz

 



La roca

 

Un grupo de ingenieros se encontraba realizando el estudio geológico del subsuelo de una zona en la que se planeaba construir una carretera de acceso a una remota población.  Al llegar a cierto tramo del camino se encontraron con un obstáculo que, a primera vista, daba la impresión de ser imposible de superar: una gigantesca roca atravesada en un punto por donde, necesariamente, debería pasar la vía.

No parecía haber forma de desviar el camino sin incurrir en gastos enormes que harían poco viable su construcción, de modo que decidieron que la única solución era despedazar el gigantesco peñón y removerlo del lugar.  El problema era que, debido a su localización y a la inestabilidad geológica del área, no era posible el acceso de maquinaria pesada, ni mucho menos el uso de explosivos para removerlo.  Tendrían que recurrir a la manera más rudimentaria de llevar a cabo aquella tarea:  mediante el uso de un buen mazo y de mucha paciencia.

Cuando la compañía anunció que buscaba un contratista local que pudiera realizar el trabajo en un plazo de dos semanas, varios constructores y obreros de la región acudieron a la zona para evaluar el proyecto, pero, a pesar de su interés inicial, pronto lo rechazaron.

Al primer contratista en llegar, no le tomó sino unos cuantos segundos observar la descomunal roca para concluir que era una tarea imposible.  “Es demasiado grande.  No creo que nadie vaya a lograr lo que ustedes piden”, decretó enfáticamente y se marchó.

El siguiente, no vio la tarea como algo imposible de realizar.  “Puede hacerse”, dijo con cierta seguridad, “pero no me atrevo a asegurar que yo sea el indicado para llevar a cabo este trabajo”.

Otro que llegó después, tomó un poco más de tiempo examinando el terreno, pero al final llegó a la misma conclusión:  “No es imposible, y en otras circunstancias yo estaría en capacidad de lograrlo”, expresó con firmeza.  “Sin embargo, sin los recursos, ni el equipo necesarios, va a ser imposible”.

El más cínico de todos, inventó mil excusas y se marchó de inmediato, no sin antes exclamar con gran sarcasmo: “¡A quién se le ocurre construir una carretera en este lugar! El mejor consejo es que se olviden de esta locura y dejen las cosas como están”.

Durante los primero dos días, todos los contratistas que evaluaron el proyecto, tarde o temprano, lo rechazaron.  La tarea daba la sensación de ser imposible o, en el mejor de los casos, prometía ser tan difícil de realizar en dos semanas que no valía la pena embarcarse en tal faena.

Cuando todo parecía estar perdido, apareció un joven, quien, después de examinar la roca con gran cuidado, acudió a los ingenieros y les informó que, no solo era posible romperla, sino que é era el indicado para realizar tal labor. 

Estaba dispuesto a aceptar el reto porque intuía que la culminación exitosa de un proyecto de tal magnitud colocaría su nombre en alto y su negocio prosperaría.

Entusiasmados con su optimismo, y al no tener otra opción, los ingenieros decidieron contratarlo, no sin antes advertirle que, si el trabajo no se completaba en las dos semanas pactadas, no se le pagaría un solo centavo por el esfuerzo realizado.

Al día siguiente, el joven acudió al lugar a estudiar con mayor detenimiento el inmenso peñón, buscando identificar el punto exacto sobre el cual enfocaría todo su esfuerzo.  Tras un largo rato de observación, tomó un tizón, marcó una “X” en uno de los lados de la roca y se dispuso a comenzar su tarea de inmediato.  El joven sabía que aquello no sería cosa de uno, ni dos días.  Tenía claro que debía poner manos a la obra a la mayor brevedad posible y trabajar arduamente si quería completar el trabajo en el plazo convenido.  Así que alistó su mejor mazo, organizó su horario de trabajo y comenzó la faena.

Día tras día, venía con su mazo y le propinaba cientos de golpes a la gigantesca roca asegurándose de concentrar todo su esfuerzo en el punto que había marcado desde un principio.  Y pese a que no advertía progreso alguno, su voluntad nunca desfalleció ni sucumbió en ningún momento a la tentación de cambiar el punto sobre el cual había decidido concentrar su energía.

Después de tres días de insistente labor, su terca persistencia terminó por llamar la atención de los vecinos de la zona.  Algunos de los que habían rechazado el proyecto comenzaron a darse cita en el lugar para observar, con burlona actitud, la terquedad de este joven que se rehusaba a darse por vencido.  Y mientras él trabajaba con la seguridad de que obtendría una buena paga, ellos preferían disipar su tiempo criticándolo y burlándose de su decisión de aceptar tan absurda tarea.  Aún así, su confianza no flaqueó.  Ignorando las críticas y negándose a escuchar a quienes buscaban disuadirlo, él continuó entregado a su labor, aún después de enterarse de que los ingenieros que lo habían contratado ya estaban pensando en otros planes alternos ante la aparente imposibilidad de despejar el camino.

El último día, como de costumbre, el joven llegó temprano a su trabajo y, aunque le quedaran unas pocas horas antes de que venciera el plazo asignado para lograr su objetivo, tomó el mazo y se dispuso a reanudar su faena con el mismo entusiasmo con que había estado trabajando hasta ese momento.

Sus críticos más duros se encontraban allí, ansiosos de presencia el instante en que él tuviera que aceptar su derrota y capitular sin haber logrado su cometido ni haber paga alguna después de tanto esfuerzo.  Pero él tenía clara su meta y no estaba dispuesto a renunciar a ella cuando sabía que el éxito podía encontrarse a la vuelta de la esquina.

De repente, ante las miradas incrédulas de todos los presentes, después de dar el primer golpe de esa mañana, sorprendentemente, la roca se partió en varios pedazos, despejando el camino.  Quienes acudían aquel día por primera vez a ver al joven no podían creer que la roca se hubiese partido después de un solo golpe.

Haciendo caso omiso al bullicio generado entre los espectadores como consecuencia del súbito desenlace, y con evidente placer por haber logrado los resultados que se había propuesto, el joven tomó su mazo y partió para informarles a los ingenieros sobre la finalización del trabajo.

 

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Esta narración tiene una característica particular que la hace muy efectiva y es que reúne múltiples personajes que juegan diversos papeles alrededor de un mismo evento.  Esto nos permite apreciar las diferentes maneras en que las personas responden ante una misma circunstancia, un aspecto muy importante cuando trabajamos con grupos grandes en los que es inevitable encontrar  diferentes tipos de personalidad, múltiples talentos, diversas formas de afrontar los retos y, con seguridad, cada persona está lidiando con una roca que considera imposible de romper.