jueves, 9 de mayo de 2024

Del libro “¡Con golpes NO! de Martha Alicia Chávez - Estrategia

 

Del libro “¡Con golpes NO!  de Martha Alicia Chávez

 

 

No importa la edad que tengan tus hijos, es fundamental que tomes en cuenta las siguientes recomendaciones:

 

1.        Establece una estrategia sólo en los siguientes casos:

a)       En los asuntos que son fuentes de conflicto.  Esto significa aquello por lo cual pelean, por lo cual gritas todos los días o con frecuencia, eso que te causa ansiedad y estrés. No queremos que te conviertas en una madre o un padre “introyector de normas” y nada más, ni que tu hogar sea el remedo de un colegio militar.

b)      En los asuntos que son trascendentes para la vida de tu hijo.  Un hijo que no tolera un no, que no soporta cuando la realidad es diferente a lo que él desea, que no valora ni aprecia lo que se le da, que sólo piensa en sus necesidades y sus deseos, que no experimenta las consecuencias de sus actos y sus decisiones porque sus padres las asumen por ellos, que vive bajo la “ley del mínimo esfuerzo” porque todo se le da en charola de plata, se convertirá en la clase de persona adulta que nadie quiere en la sociedad.  Sufrirá fracaso tras fracaso y su vida será insatisfactoria y más difícil de lo necesario no sólo para él, sino también para sus seres queridos.  ¡Eso es trascendente! Algo que te puede ayudar a identificar lo que es trascendente es preguntarte si esa determinada conducta lo afectará a él y a otros en unos meses, en un año, en cinco… Si tu respuesta es sí, ¡hay que hacer algo al respecto!

 

2.        Concédete el derecho de ser imperfecto.  No es posible que hagas siempre bien las cosas, que manejes todo de manera adecuada, que perpetuamente sepas cómo, que siempre puedas y que en todo momento tengas la disposición, la energía y las ganas de aplicar lo que en este capítulo te presento. Aun los padres y las madres mejor intencionados a veces están cansados o abrumados por otros problemas. Sin embargo, cuando establezcas una estrategia sé consistente y fiel a ella hasta que se haya logrado el objetivo por el cual la estableciste, por la siguiente razón.

 

3.       Sé consistente.  Cuando te interesa cambiar una conducta inaceptable, es indispensable que siempre reacciones a ella de la misma forma. Si a veces respondes de una manera, en ocasiones de otra y a veces ni siquiera reaccionas, es imposible que tu hijo pueda hacer una asociación entre una cosa y la otra, de manera que la estrategia no funcionará ni en un millón de años. El camino más seguro para que un manejo disciplinario no funcione, es reaccionar cada vez de forma diferente ante la misma conducta. En conclusión: TAL CONDUCTA, DEBE TRAER COMO CONSECUENCIA TAL REACCIÓN DE PARTE DE MAMÁ O PAPÁ… ¡SIEMPRE!

 

4.       Cuida que la aplicación y el control de la estrategia dependa de ti.  Si pretendes que la nana sea quien la aplique, los abuelos, los tíos o cualquier otra persona, corres el riesgo de que aquello se convierta en un desastre, porque cada quien lo hará a su manera o ni siquiera lo hará.  Así las cosas, sólo quemaremos un valioso cartucho y perderemos la oportunidad de beneficiarnos con la efectividad de esa estrategia. No podemos decirle a un niño algo así como: “si vuelves a escupir la comida, no irás a comprar un helado con el abuelo en la tarde”; porque lo más probable es que el abuelo lo llevará a comprar su helado.

 

 .

jueves, 2 de mayo de 2024

Del libro “Encuentra tu persona vitamina” de Marian Rojas Estapé - En el trabajo

 

Del libro  “Encuentra tu persona vitamina”  de Marian Rojas Estapé

 

EN EL TRABAJO

 

Te cuento el caso de Juan, mi amigo de Glovo.  Siempre apunto mis cosas y mis citas en una agenda Moleskine – cada año cambio de color y tengo todas guardadas en un cajón, así me recuerdan lo vivido –. La llevo en el bolso y la cuido para no perderla.  Me han recomendado que lo pase a digital, pero me gusta escribir, tachar y verlo todo plasmado en una hoja.

Una mañana de miércoles me di cuenta de que la había olvidado en casa.  Me habían llamado para acudir a dar una sesión y no me acordaba de si tenía algo ese día. La necesitaba y a través de la aplicación de la plataforma solicité que me la trajeran al trabajo.

Al cabo de un rato llamaron a la puerta y un tipo alto, con su característica mochila amarilla, me entregó el paquete, con la agenda dentro, y se marchó.  Me quedé de pie verificando las fechas libres cuando escuché a alguien que sollozaba al otro lado de la puerta mientras hablaba por teléfono.  Al acercarme me encontré con el repartidor, sin el casco, llorando desconsoladamente.

– ¿Necesitas algo? – le pregunté.

– Nadie me puede ayudar, es muy grave.

– Soy especialista en temas graves, quizá sí te pueda ayudar.

Le hice pasar a mi despacho y me contó su historia.

– Mi madre vive en Venezuela y está muy enferma.  Necesita un tratamiento para curarse y entre mis hermanos y mis primos hemos conseguido el dinero para enviárselo. Nos acaban de comunicar que la empresa de envío de dinero ha perdido lo que le hemos mandado y mi madre no va a poder curarse. No sé qué hacer y tengo pedidos pendientes, pero estoy bloqueado.

Se me encogió el corazón.  Juan, como se llamaba, de casi dos metros, parecía un niño pequeño.  Me enterneció profundamente y dediqué un buen rato a calmarle y hablar con él.  Al cabo de unos minutos se marchó a proseguir con su trabajo y le dije que regresara al día siguiente.

Cuando volví a verle, estaba más tranquilo y tenía planes para solucionar el problema.  Vio mi libro encima de la mesa y me preguntó cómo podía hacer para que le pasasen cosas buenas a un repartidor de Glovo.

No tenía duda.

  Los repartidores acudís a las casas, pero el contacto que se genera con el comprador es casi imperceptible.  En muchas ocasiones, uno no ve la cara del otro, le tapa el casco, y ese instante dura por lo general menos de quince segundos.  Yo te recomiendo que pongas ilusión y pasión en tu trabajo. Por dos razones: la primera es que cuando introduces pasión en tu vida surgen cambios neurológicos importantes en tu cerebro; la segunda es que cuando actúas desde la ilusión, la gente lo capta, lo percibe y pueden suceder cosas maravillosas.  Alguien con ilusión se convierte en persona vitamina. – Y por supuesto le hablé de la oxitocina.

Unas semanas más tarde, Juan me telefoneó.  Había acudido a entregar comida a las afueras de Madrid.  Desde hacía unos días había cambiado su “forma de entrega”: saludaba al que abría la puerta, se quitaba el casco, sonreía… Y un mediodía algo sucedió.

Estaba en el jardín de una casa donde había entregado un pedido.  Fue amable con el dueño y le dijo que la comida todavía estaba caliente y que había oído en cocina que si la recalentaba perdía sabor.  El señor, muy cordial, le comento que a la mañana siguiente empezaba a entrevistar para contratar un conductor.  Buscaba a alguien afable, de confianza y que le gustara su trabajo.  Al preguntarle si le interesaba, le respondió que lo iba a consultar con su psiquiatra.  El dueño de la casa, atónito, no entendía la razón por la que Juan me llamaba.

- ¿Por qué le consultas a tu psiquiatra? ¿Te ha pasado algo muy grave?

Le dije a Juan que tenía que contarle toda la verdad. Y a los dos días Juan volvió a visitarme.

- Fui sincero, le narré mi historia y la enfermedad de mi madre. Me ha contratado.  Mirian, tu consejo me ha servido de mucho.  Gracias de corazón.

Me gusta hablar de Juan porque creo que ayuda muchísimo a entender que, en la vida, trabajar con ilusión y confianza en ti mismo, mejora la salud física y psicológica y abre un mundo entero de oportunidades.  Estoy segura de que el hecho de generar esa conexión –llena de oxitocina – le sirvió para mejorar su situación profesional… ¡y la personal!

El señor que le contrató trabaja en un banco y ayudó a Juan a conseguir el dinero que necesitaba para el tratamiento de su madre. Siempre que pienso en su historia me emociono.