jueves, 25 de abril de 2013

Del Libro “Cuando los niños preguntan” - Sobre DINERO y ESCUELA, de Chick Moorman y Thomas Haller.






Actúa como si supieras


Los niños frecuentemente dicen “no sé cómo hacerlo”.  Resista la tentación de enseñarle cómo hacerlo inmediatamente.  Ellos están interpretando su papel de “no puedo”.  Sepa usted que esto es un acto.  
Motívelos a buscar un acto alterno al decirles “actúa como si pudieras”.

Otras maneras de mandar el mismo mensaje sería:
“Finge que sí sabes cómo”
“Juega a que sabes”
“Si supieras cómo empezar, ¿cómo lo harías?”
“Si supieras qué escribir, ¿qué escribirías?”
“Si supieras cómo deletrearlo,  ¿cómo lo harías?”
“Haz como si ya hubieras hecho esto cinco veces”.
“Finge que ya eres todo un profesional haciendo esto”

Pedir a los niños que “hagan como si” no significa que lo vayan a hacer correctamente.  Solo les da la pauta para iniciar.  Les ayuda a hacer algo.   Usted puede corregir lo que le salga mal.  Al no hacer nada, no hay nada para corregir.

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jueves, 18 de abril de 2013

Del Libro “Caldo de Pollo para el alma” de Jack Canfield & Mark Victor Hansen





El poder de la determinación



La pequeña escuela rural se calentaba con una anticuada y barrigona estufa de carbón.  Un pequeño tenía la tarea de llegar todos los días temprano a la escuela para encender el fuego y calentar el salón antes de que la maestra y sus compañeros de clase llegaran.
Una mañana al llegar, encontraron la escuela ardiendo en llamas.  Arrastraron al pequeño, inconsciente y más muerto que vivo, fuera del edificio incendiado.  Tenía quemaduras graves en la mitad inferior de su cuerpo y lo llevaron al hospital del condado más cercano.
Desde su cama, el pequeño, semiinconsciente y terriblemente quemado, alcanzó a oír al doctor hablando con su madre. El doctor le dijo que con toda seguridad su hijo moriría, lo que en realidad más valía que así fuera, pues el terrible incendio había devastado la mitad inferior de su cuerpo.
Pero el valiente niño no quería morir;  decidió que sobreviviría.  De alguna manera, para asombro del médico, sí sobrevivió.  Cuando pasó el peligro mortal, de nuevo escuchó al doctor y a su madre hablando en voz baja. El doctor le dijo a la madre que como el fuego había destruido tanta carne de la parte inferior de su cuerpo, era casi preferible que hubiera muerto, pues estaba condenado a una invalidez de por vida, sin poder usar sus miembros inferiores en lo absoluto.

Una vez más, el valiente niño tomó una determinación.  El no sería un inválido.  El caminaría.  Pero, desafortunadamente, de la cintura para abajo no tenía capacidad motora.  Sus delgadas piernas sólo colgaban, casi sin vida.
Finalmente lo dieron de alta en el hospital.  Todos los días, su madre daba masaje a sus pequeñas piernas, pero no había sensaciones, ningún control sobre ellas, nada.  Sin embargo, su determinación de caminar era más fuerte que nunca.
Cuando no estaba en la cama, lo confinaban a una silla de ruedas.  Un día soleado, su madre lo condujo al patio para tomar un poco de aire fresco.  Ese día, en vez de quedarse sentado, se arrojó de la silla.  Avanzó por el pasto, arrastrando sus piernas detrás de él.
  
Se abrió paso hasta la valla blanca que rodeaba su lote.  Con un gran esfuerzo, se levantó y se recargó en la valla. Entonces, estaca por estaca, comenzó a arrastrarse a lo largo de la valla y decidió que caminaría.  Comenzó a hacer esto todos los días hasta desgastar toda la parte del camino que estaba junto a la valla.  No había nada que deseara más que cultivar vida en esas piernas.
Finalmente, a través de sus masajes diarios, su férrea tenacidad y su firme determinación, logró cultivar la habilidad de levantarse, luego caminar vacilantemente, luego caminar él solo sin apoyos y, después, correr.
Comenzó a caminar hacia la escuela, después a correr hacia la escuela y a correr por el puro gozo de correr.  Más adelante, en la universidad, él formó el equipo de atletismo.
Todavía más adelante, en el Madison Square Garden, este joven que no se esperaba que sobreviviera, que seguramente jamás caminaría, que no tenía esperanzas de correr, este joven decidido, el doctor Glenn Cunningham, corrió la milla con mayor velocidad que nadie en el mundo.

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viernes, 12 de abril de 2013

Del Libro “Comunícate, Cautiva y Convence” de Gaby Vargas




CÍRCULO MÁGICO




¿Quién no quisiera caerle bien a todo el mundo?  Todos buscamos la aceptación, el aprecio y el cariño de los demás.  Esto requiere no sólo de esfuerzo, trabajo y entrega de nuestra parte, sino un ingrediente muy importante:  amor propio.  Oscar Wilde decía que “amarse a uno mismo es el comienzo de un eterno romance:  Este romance es con la pareja, los amigos, el trabajo y la vida misma.  Un círculo mágico se crea.  Cuando yo vivo en armonía conmigo mismo, lo proyecto en todo lo que me rodea.
¿Has notado cómo cuando estás en amistad contigo mismo, te caes bien y tiendes a pensar que los demás te ven con buenos ojos?  Cuando estás convencido de esto, contagias a los demás tu creencia.
Los investigadores descubrieron también que las personas con alta autoestima son menos vulnerables a esta información manipulada.  “Si te caigo mal, no importa, verás que al rato te caeré bien.”  A pesar de saberse rechazados, continúan enviando mensajes silenciosos de amistad y calidez.  Y, ¿qué crees que suceda?

Muchos pasamos por etapas o épocas de falta de aceptación.  Te repites mentalmente frases como: “No soy nadie”,  “soy un fracasado”  o  “¡estoy muy gorda!”, y nuestro error es compararnos con el otro.  Siempre va a haber ese alguien que sea, esté o haga las cosas mejor que tú.  Lo importante es compararte y competir contigo mismo.  No estar conformes con “cómo” eres, sino con “quien” eres.  Esto me recuerda una fábula de Leo Buscaglia en su libro Vivir, amar y aprender que me gustó mucho:

Un día los animales del bosque se dieron cuenta de que ninguno de ellos era el animal perfecto:  los pájaros volaban muy bien, pero no nadaban ni escarbaban.  La liebre era una estupenda corredora, pero no volaba ni sabía nadar.  Y así analizaron a todos.  Decidieron por lo tanto crear una escuela para mejorar el reino animal, y enseñarse mutuamente sus habilidades.
En la primera clase de carrera, el conejo corrió de maravilla y se ganó el aplauso de todos.  En la clase de vuelo subieron al conejo a la rama de un árbol y le dijeron  “¡Vuela conejo!” El animal saltó y se estrelló contra el suelo, con tan mala suerte que se rompió dos de sus patas y fracasó en el examen final de todo su curso.
El pájaro estuvo fantástico volando, sin embargo le pidieron que excavara como topo.  Al hacerlo se lastimó las alas y el pico, por lo que ya no pudo seguir volando.  Con esto, tampoco aprobó el curso.  La moraleja es que un pez debe ser un pez, un magnífico pez; pero no tiene por qué ser pájaro, ni sentirse menos porque no puede volar como él.

Por ejemplo, cuando vemos fotos de los artistas de Hollywood, quisiéramos ser como ellos, y a veces simplemente es imposible.  Lo que debemos ver es lo que está en nuestras manos cambiar y aceptar lo que no podemos modificar.  Por ejemplo, un ingeniero experto en computación debe sacarle el mejor provecho a su habilidad y no empeñarse necesariamente en sobresalir en basquetbol, filosofía o música al mismo tiempo.
Aceptarte no significa rendirte o renunciar, es reconocer los hechos y entonces decidir lo que vas a hacer. 

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viernes, 5 de abril de 2013

Del Libro “Cómo librarme del estrés y la preocupación” de Anand Dílvar







Si alguna vez estás obsesionado con un pensamiento molesto o no puedes dormir por que tu mente sigue trabajando, haz lo siguiente:
Pon toda tu atención en tu respiración y en tu cuerpo, siente el aire pasando por tu nariz, tu garganta, hasta tus pulmones.  Siente como se expanden y contraen los músculos de tu pecho.  Bastan unos minutos de este ejercicio para que tu mente disminuya su ritmo.



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El mejor consejo para evitar la preocupación:

Piensa en qué es lo peor que puede suceder acerca de lo que te preocupa, pero en lugar de torturarte deseando que no suceda, imagina que ya sucedió.  Una vez que lo hayas hecho ponte a pensar qué es lo que puedes hacer al respecto.

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