jueves, 19 de mayo de 2022

Quiero aprender a manejar! … Autora Alicia Campos.

 

Quiero aprender a manejar!     Autora Alicia Campos.

 


“!Quiero aprender a manejar!”…. Estas palabras hacen eco en la cabeza de cualquier padre cuando el muchacho o muchacha las pronuncia con emoción y determinación,  pues saben la gran responsabilidad que eso representa y se anticipan a los posibles riesgos.  Por lo general  ante ese temor las respuestas son, “hasta que cumplas la mayoría de edad”, “hasta que tengas para comprarte un auto tu solo”, o “hasta que tengas licencia de manejar”.   Pero ¿qué pasa cuando ya cumple con todo eso, o cuando la necesidad obliga al muchacho (a) a conducir?    Hay que concientizarlos de la gran responsabilidad que eso representa, pues es común que los jóvenes crean que con Comprar el auto, sacar su licencia y tener para la gasolina es  más que suficiente y no es así.

Hay muchos puntos a considerar y aquí enlisto algunos de los más importantes.

1)     1)   Es recomendable que ellos paguen el valor del auto pues esto hará que lo cuiden más.  

2)      2)   Deben estar conscientes de que hay gastos secundarios como el Seguro del auto, Placas, tarjeta de circulación, Tenencia, Mantenimiento (llantas, batería, servicio, etc), y posibles infracciones.

3)      3)  Lo ideal es que tomen clases de manejo pagadas por ellos mismos, en una escuela bien establecida.

4)      4)   Definitivamente deben obtener  su Licencia de conducir ante la institución correspondiente de gobierno y no pagar a falsos tramitadores. 

5)      5)  Al comprar el auto a terceros, es importante asegurarse del cambio de propietario y cumplir con todos los requisitos de ley.

6)      6)  Conducir NO es solo respetar los señalamientos y reglas de tránsito, es AGUDIZAR  LOS SENTIDOS para estar ALERTAS a objetos en el pavimento, a un frenar brusco del auto de enfrente, al cambio inesperado de carril por evadir un bache, a una pelota que por lo general viene seguida de un pequeño, al cruce inesperado de personas o animales, a los malos conductores, etc, etc, etc.

7)       7)  Es importante remarcarles que los lineamientos de transito tienen una razón de ser, por ejemplo, los límites de velocidad así como la distancia entre vehículos han sido cuidadosamente estudiados para dar tiempo a frenar, cambiar de carril, o maniobrar para evitar accidentes. 

8)       8)  Hay muchas cosas que no están escritas y se aprenden con la práctica, o que si están escritas pero no les ponemos atención y son muy importantes, como el estar atento para en cierta forma “adivinar” que va a hacer el de enfrente, como viene el de atrás, espejear y cuidar el punto ciego por si traemos un carro o motocicleta al lado, ceder el paso a las unidades con sirena, emplear las reglas de cortesía cuando los semáforos están apagados o se unen algunos carriles.

9)       9)  El muchacho debe estar consciente de las IMPLICACIONES  LEGALES que puede haber.  Es muy común que entre amigos se presten el automóvil sin considerar los riesgos en caso de que “el amigo” cometa algún delito o infracción, lo ideal es no prestarlo.  De igual forma hay que considerar otros puntos para no tener problemas con la ley, por ejemplo, dar de baja la unidad al venderla, conservar en lugar seguro la documentación de Compra – Venta, reportar de inmediato un robo, y siempre traer consigo licencia, tarjeta de circulación y seguro.

10   10)  Quiero poner especial énfasis en la RESPONSABILIDAD que se tiene de lo que ocurra a los acompañantes en caso de accidente, por lo tanto no solo deben conducir bien, sino asegurarse de que los pasajeros hagan la parte que les corresponde como lo es el uso del cinturón de seguridad, y el conductor está en todo su derecho de NO poner en marcha el auto hasta que todos cumplan con tal requisito.  Ahora bien, para quienes conducen Pick Ups, hay que recordarles que la parte trasera o zona de carga no es para transportar a personas, es muy común ver a conductores con  niños, jóvenes y adultos en la parte trasera del pick up donde no hay ningún tipo de seguridad, esto representa un alto riesgo ante un descontrol del volante o accidente, por lo tanto no es recomendable.

11  11)   Es importantísimo que eviten distractores tales como hablar con sus acompañantes de viaje mirándolos a la cara o por el retrovisor,  distraerse con aparadores, seguir con la mirada a chicas o chicos que transitan por calles y avenidas, ser mirón de accidentes y sobre todo no deben distraerse con el uso del celular.  Un buen conductor se enfoca en la carretera y se orilla cuando requiere atender algún asunto que lo pudiera distraer.

12  12)  Otro distractor que deben evitar es escuchar la radio a alto volumen, eso provoca que la mente se desconecte brevemente del acto de conducir por recordar la letra, cantar y hasta hacer movimientos con la cabeza, manos y brazos.  Además, no van a poder escuchar la sirena de alguna unidad de emergencia.

 

Hay muchas más cosas a considerar, pero esto es lo que se puede poner sobre la mesa al hablar con un muchacho (a)  que quiere empezar a conducir.

 

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Del Libro  “Comunícate Cautiva y Convence”   de Gaby Vargas

 

 

Habla del corazón

 



 1.-  Recuerda que hablar honestamente no significa hablar sin pensar.

2.-  Quítate de la cabeza la idea de que lo espontáneo es lo mejor.  No sólo está bien prepararnos para hablar, sino que es la única manera de hacerlo bien.

3.-  Piensa que no basta saber qué quieres decir, sino saber escoger las palabras adecuadas.

4.-  Algo muy importante es recordar que entre más sencilla y clara sea tu propuesta, la otra persona podrá captarla mejor.  Por esto, la preparación es básica para evitar caer en esos típicos laberintos mentales y verbales que sólo confunden a todos:  “Es que yo pensé que tu creías, “y entonces dije”,  “porque a mí me habían dicho, y entonces….”  ¡Qué  horror!  

5.-  Es importante recordar que, al comunicarnos, lo mejor es hablar con palabras que unan:  “Nosotros, nuestro”, y evitar las que dividen:  “Tú, yo, ustedes.”  Asimismo debemos procurar que la plática se centre en los beneficios que la otra persona tendrá.  Durante la conversación, evita a toda costa que se sienta que al final habrá un ganador y un perdedor.  Utiliza palabras agradables al oído como:  admiro, el mejor, progreso, orgullo, ingenioso, honor, esperanza, ejemplo, ática, contribuir.

6.-  Por otro lado, evita palabras que, con sólo escucharlas, desaniman:  absoluto, en contra, enojado, política de la compañía, desafortunadamente, trampa, desastre, aniquilado, retiro, obedecer, injusto.

7.-  También recuerda que en la comunicación ocupan un lugar muy importante tus gestos, tono de voz y lenguaje corporal.  Así que atrevámonos a quitarnos las máscaras, a relajarnos antes de hablar, a escuchar con compasión y, sobre todo, a abrir nuestra mente y nuestro corazón para enriquecer las relaciones al decir las cosas bien.    


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Del libro “¡Porque lo mando yo! 2” del Dr. John K.Rosemond. - Berrinches

Del libro   “¡Porque lo mando yo! 2” del Dr.  John K.Rosemond.  

 

BERRINCHES

 

 

Si el sentido común indica que la Vitamina N es esencial para el bienestar de nuestros niños, ¿por qué nos esforzamos tanto para proporcionarles no sólo más de lo que requieren en objetos materiales sino muchísimo más de lo podrán obtener como adultos? Es indudable que gran parte del problema tiene sus raíces en la idea de que “quiero que mis hijos tengan todo lo que a mí me faltó”.  Pero también tiene relación con que muchos padres quieren eludir las consecuencias de rehusarse a las exigencias de sus hijos.  Me refiero a berrinches de varios tipos, desde el nene de dos años que se tira pataleando al suelo y echando espuma por la boca, hasta el del adolescente de dieciséis años que sale, furioso, azotando la puerta y murmurando toda clase de cosas horribles.  Muchos padres se sienten intimidados y hasta muy asustados por las pataletas y ceden.  Muchos ceden antes de que el berrinche se desate en todo su esplendor.  Cuando se les pregunta por qué ceden, la mayoría responde:  “Porque es más fácil doblar las manos que enfrentarse a una tromba”.

Es cierto… pero a muy corto plazo.  Darse por vencido resuelve el problema inmediato cancelando gritos, patadas, portazos y malas razones.  Infortunadamente, entre más ceden los padres a los berrinches, hay más rabietas y cada vez de mayor intensidad.  Cada vez que los padres damos el brazo a torcer ante una pataleta, garantizamos la aparición de no menos de cincuenta más.  Si se permite que el niño elija entre una forma fácil y una difícil para obtener algo, siempre escogerá la forma sencilla.  Para el niño, trabajar y esperar por algo (para no mencionar la horrible posibilidad de no obtenerlo), siempre parece “difícil”.  Le parece mucho más simple acabar con la resistencia de sus padres mediante pataleos, gritos y maldiciones.  Lo que el pequeño ignora y lo que muchos padres no parecen comprender es que darse por vencido ante un berrinche bloquea el desarrollo de la iniciativa, la motivación, y los propios recursosCon todas esas armas de supervivencia, el niño está destinado a tener menos éxito y por lo tanto, a ser menos feliz como adulto.

Los sentimientos de culpa son otra razón por la que los padres ceden ante las pataletas.  Para los padres que piensan que su medida de éxito como tales es tener un hijo feliz, el berrinche demuestra:  “No están funcionando bien”.  Y parecen razonar de la forma siguiente: (a) Los buenos padres tienen niños felices, (b) Los berrinches son señales de desdicha, por lo tanto, (c) Si nuestro nene tira un berrinche, seguramente hicimos algo malo.  Pensar de esa manera no tiene sentido, pero es sumamente común.  Pensemos por ejemplo en el peque de cinco años que pide galletas media hora antes de comer.  Cuando mamita  dice “NO”, se abren las puertas del infierno:  el niño comienza patalear por toda la cocina y a manifestar cosas tales como “¡Nunca me dejas comer nada cuando tengo hambre!” En respuesta mamá razona que el berrinche es resultado de una mala decisión que puede resultar en que se sienta inseguro o poco amado o (¡Dios nos libre!) resentido.  De modo que le da las galletas sabiendo perfectamente que, como resultado, el peque no comerá su almuerzo.  Cuando comprueba que no come, mamita piensa que la experiencia hará que la próxima vez, el niño sea más razonable.  La que tiene mucho que aprender es… mamita. 

Es indiscutible que no hay chico que no haga berrinches.  Por una parte, los niños llegan al mundo carentes de tolerancia para la frustración.  Por otra parte, su punto de vista natural está centrado en sí mismo (es egocéntrico). Creen que merecen todo lo que se les ocurre desearParte de nuestra labor como padres es ayudarles a desmantelar lenta y suavemente su egocentrismo reemplazándolo con un sentido de responsabilidad social… por una buena disposición de hacer a un lado los intereses personales por el bien de la familia, la amistad y la sociedad.  Podría decirse que esta es una de las funciones más importantes de los padres, ya que es la esencia del proceso de socialización…  e incluye cierto grado de incomodidad para ambas partes.  La reacción normal del niño ante esa incomodidad, se llama pataleta.  Considerado desde esta perspectiva, el berrinche es la forma en que el pequeñito se deshace de su egocentrismo y madura para convertirse en una persona que comprende cómo funciona el mundo.  Por lo tanto,   ES ESENCIAL  que los padres aprendan a decir NO a sus niños, y que lo hagan con convicción.

El hecho de que los padres actuales no le ofrezcan a sus hijos suficiente vitamina N, no sólo debilita el carácter de los niños, sino que erosiona a toda la sociedad futura.  Por todas las razones anteriores, la próxima vez que le dé al crío su tiamina N y se azote en el suelo pataleando y maldiciendo, ¡considere que ha hecho usted un buen trabajo!

 

¡AQUÍ  ESTA  LA  RECETA!

 

Puede comenzar a administrar la vitamina N a sus hijos de la siguiente forma:

1)       Voltéeles el mundo al derecho dándoles todo lo que realmente necesitan, pero NO MAS DEL veinticinco por ciento de lo que simplemente desean.  A esto lo llamo  “El Principio de la Privación Benévola”.

2)      No haga por sus hijos lo que ellos pueden hacer por sí mismo.  “Eso puedes hacerlo tú”, empuja al desarrollo de la perseverancia y la autosuficiencia.  Y cuando el peque declara “No puedo”, no discuta con él, simplemente dígale “Pues yo no lo hago”.  Le sorprenderá cuán creativos y llenos de recursos son los pequeñitos ante las circunstancias adecuadas.

3)      No los rescate invariablemente del fracaso y/o la desilusión.  Recuerde que irse de bruces puede ser una experiencia invalorable para el aprendizaje.

4)      Tenga presente que el simple hecho de que al niño no le guste algo, no significa que no deba suceder o existir ese algo.  Por ejemplo, el hecho de que el nene no quiera quedarse con la nana, la tía o la abuela mientras ustedes salen, no significa que no deban dejarlo.  Que el niño madure exige que sus padres resistan la tentación de protegerlo constantemente de la incomodidad de tener que deshacerse de la dependencia.

5)      Que no les preocupe tratarlo con verdadera justicia.  Recuerden que el concepto que el niño tiene sobre la justicia es  “PRIMERO YO.  TODO YO.  ME TOCA LO MEJOR Y LO MAS GRANDE”.

6)      Recuerden que el hecho de que ustedes tengan una buna posición económica no significa que sus hijos sean sus socios.  La vitamina N les da a los chicos algo por qué luchar y las armas para obtener sus fines.

7)      No le den a los nenes sobredosis emocionales ofreciéndoles demasiada atención o alabanzas.  Si ustedes les prestan demasiada atención, ellos no tienen razones para prestarles atención a ustedes.

  

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Del libro “¡Porque lo mando yo! 2” del Dr. John K.Rosemond. - Casa a prueba de niños

 

Del libro   “¡Porque lo mando yo! 2” del Dr.  John K.Rosemond.  

Casa a prueba de niños

 



P.  Nuestra hija de dieciséis meses empezó recientemente a escalar y a tocar cosas que consideramos que deben estar fuera de su alcance.  Hemos tratado de evitarlo, dándole un ligero manazo cada vez que toma algo que nosotros no queremos que toque, pero eso no parece desviar sus intenciones y comúnmente la hace más decidida a hacerlo.  ¿Qué nos sugiere para solucionar estas travesuras?

R.  El camino más efectivo para lograrlo es disminuir las probabilidades de que haga travesuras, con la fórmula “a prueba de niños”.  Una casa a prueba de niños protege al niño del peligro y evita los destrozos, al mismo tiempo en que proporciona al niño un medio ambiente abierto y lleno de estímulos en el que pueda explorar plenamente.

Haga un inventario, cuarto por cuarto, de las cosas peligrosas o de valor que estén al alcance de su hija.  Coloque cerrojos “a prueba de niños” en los gabinetes de poca altura, asegure los contactos eléctricos, y ponga puertas en las escaleras, y cualquier otra cosa que la pueda fascinar.  Si hace un buen trabajo, podrá dejar que su hija “circule” por toda la casa con mucha menos supervisión de la que ha tenido hasta ahora.

Cuando su hija tenga cerca de dos años y medio, puede empezar lentamente a reorganizar su casa y regresarla a su estado anterior.  Regrese las cosas que considere de valor a su lugar pero una por una.  Al principio deje que su hija vea  y toque el objeto;  después póngalo en el lugar que le corresponde y hágale saber que no se trata de una cosa para jugar.  La discriminación entre “poder tocar” es fácil de lograr a esta edad, siempre y cuando los padres no introduzcan demasiadas cosas interesantes al mismo tiempo.

Un consejo para los padres de los niños que empiezan a hacer sus “pininos”, es que cuando éste tome algún objeto de valor como sería una pieza de cristal cortado no pongan cara de horror, griten “Dame eso”, ni corran con exceso de velocidad hacia el niño, con los brazos extendidos y las manos abiertas como garras.  El pánico conduce al pánico.  Con esta actitud, lo más seguro es que el niño tire la pieza y ésta se rompa.  En vez de reaccionar de ésta forma, controle su miedo, acérquese tranquilamente, y agáchese para que sus ojos queden al nivel de los del niño; sonría, extienda su mano con la palma hacia arriba y diga “¡Huy!, qué bonito ¿lo pondrías en mi mano para que yo también lo pueda ver?”

Si usted resultó ser buen actor, el niño sonreirá y pondrá el objeto en la palma de su mano.  Haga que su hijo perciba que esto no fue un truco.  Ponga la pieza en su regazo y examínenla juntos por un minuto y antes de ponerse de pie dígale:  “Voy a poner esto aquí para que los dos podamos verlo.  ¿Verdad que es muy bonito?” Este procedimiento satisface la curiosidad del niño, le ahorra dinero y ayuda a construir una relación (entre usted y el niño) de cooperación en vez de una relación antagonista.


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