sábado, 21 de abril de 2018

Una opinión. Autora: Alicia Campos




UNA  OPINIÓN

Se dice que cuando pedimos una opinión casi siempre la solicitamos a quien sabemos nos va a dar la respuesta que andamos buscando, y aquí presento un par de ejemplos:

-  ¿Qué opinas?    Estoy embarazada y quiero abortar, ¿qué hago?
-  ¿Por qué no hablas con tu mamá?
-  Ni pensarlo, ya se lo que me va a decir
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-  Me ofrecen el trabajo de mis sueños, pero es en España y no sé qué hacer, ¿tú qué opinas?
-   ¿Y dejar a tu novia, tu familia, tus a amigos, y las parrandas?, no sé ni porque la piensas
-   Tienes razón, esta es mi vida.  ¡Me quedo!

En el diccionario encontramos la definición de opinión como “la manera de pensar sobre un tema”, y con eso de que “cada cabeza es un mundo” imagínense que tan similar puede ser la opinión de los demás  a la mía, pero aún las opiniones más disparatas nos pueden servir de guía, para evaluar enfoques diferentes y hasta para remarcar lo que no queremos decir o hacer.

Ahora bien, si en verdad quieres hacer algo positivo con tu vida, pídele opinión, consejo, o guía  a una persona positiva.  Si quieres tomar decisiones en base a buenos valores, acepta el consejo de una persona que para ti sea ejemplar en ese aspecto.  Si deseas aprender a desarrollar actitudes afectivas, acércate a quien te puedan brindar un cálido abrazo, dulces palabras y tiernos besos.   Si lo que te falta es saber escuchar, observa y aprende de quienes escuchan tus más profundos sentimientos sin juzgarte.   Si estas vacilante en tomar un decisión que cambiará tu vida en forma radical, habla con un terapeuta, un sacerdote, un amigo incondicional o tus padres  (siempre y cuando exista la confianza suficiente), todos ellos se enfocarán en tu bienestar (salvo muy raras excepciones).   Si requieres asesoría financiera, busca a quien lícitamente haya obtenido logros económicos. 

Casi todos sabemos las respuestas para cada situación, sobre todo para las “decisiones equivocadas” en cuyo caso buscamos “aliados” que avalen lo que queremos hacer.  Es más fácil delegar o compartir la culpa que enfrentar solos las consecuencias de nuestros actos. 
En el resto de los casos, pedimos una opinión aunque ya tenemos nuestra propia respuesta, porque nos sentimos titubeantes ya sea por falta de valor, por falta de confianza (en nosotros mismos y/o en los demás), por falta de información y por falta de visión sobre las consecuencias de tal o cual decisión, así que todo lo que necesitamos es reafirmar nuestra creencia compartiendo nuestro sentir con alguien más, lo cual es válido y hasta recomendable.

Sin embargo, recuerda que solo debes  ESCUCHAR los consejos, opiniones y críticas constructivas de los demás, pero es  TU  RESPONSABILIDAD  el discernir toda esa información y adaptarla a tus necesidades para que  TU TOMES LA DECISIÓN de lo que mejor te convenga hacer  EN ESE MOMENTO.   Al final, tu corazón, tu sexto sentido y tu intuición son tus mejores consejeros.



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sábado, 14 de abril de 2018

Del Libro 90 respuestas a 90 preguntas de Martha Alicia Chávez






¿Tu hijo hace “pipí” en la cama?


A este hecho se le conoce como “enuresis nocturna”, la cual se diagnosticará como tal si el niño hace pipí en la cama mientras duerme, después de haber cumplido los cuatro años.  Existe también la “enuresis diurna”, pero en este espacio me enfocaré en la nocturna, que en mi experiencia profesional parece ser la que vuelve locos a los padres, tal vez – entre otras cosas – porque implica tener que lavar sábanas y pijamas y asolear colchones casi todos los días, tareas que pueden resultar agobiantes para quien las lleva a cabo.
Los niños que padecen enuresis nocturna suelen sentirse avergonzados, sucios, culpables y ansiosos, y esto con frecuencia es reforzado por la respuesta inadecuada que muchos padres tienen al respecto, castigando al niño, agrediéndolo, burlándose y hasta golpeándolo.  Los padres de un niño que padece esta problemática deben entender que no lo hace por maldad o con mala intención;  ni siquiera con intención.
Anteriormente, la enuresis nocturna se consideraba un problema netamente psicológico y emocional, y esto suponía que los padres no estaban haciendo bien su función.  Si bien es cierto que la enuresis puede tener un fuerte componente psicológico y emocional, también es verdad que hay otros factores que la causan, por ejemplo:
·         Factores fisiológicos:  vejiga muy pequeña o niveles muy bajos de la hormona antidiurética llamada vasopresina.  Esto se explica así:  el cerebro produce niveles más altos de dicha hormona durante la noche, haciendo que el riñón libere menos agua.  En los niños con enuresis puede que no suceda este aumento nocturno en los niveles de dicha hormona.
·         Factores neurológicos:  el sistema nervioso del niño no ha alcanzado la madurez necesaria para percibir cuando la vejiga está llena.
·         Factores psicológicos:  conflictos familiares, falta de atención y amor, temores, ansiedad, soledad, inseguridad.
·         Factores genéticos:  en las familias con padres que tuvieron enuresis, existe una alta probabilidad de que el hijo también la presente (aproximadamente un 44 por ciento si uno de los padres fue enurético y 77 por ciento si ambos lo fueron).  Cuando éste es el caso, los padres inconscientemente ven proyectado en su hijo al niño/a que ellos fueron, reviviendo todo el dolor y la vergüenza que en su momento les hicieron experimentar, y sintiendo gran enojo y rechazo hacia su hijo, como proyección del enojo y el rechazo que en su infancia sentían hacia sí mismo por ser “niños sucios y malos”.


A veces sucede que el niño presenta una “regresión”, es decir, comienza de nuevo a orinarse en la cama después de meses o años de ya no hacerlo, como consecuencia de cierto evento en su vida que le afecta emocionalmente;  por ejemplo:  la pérdida de un ser querido, la llegada de un nuevo hermanito, el divorcio de los padres, el cambio de residencia o de escuela, etcétera.  En estos casos, el niño necesita apoyo psicológico para poder superar esa situación y la enuresis se corregirá por añadidura.
La enuresis tiene solución y con mucha frecuencia se corrige sola, pero es muy conveniente que los padres acudan a un especialista, ya sea el pediatra o un urólogo para determinar si las causas son físicas, o es necesaria la intervención de un psicólogo cuando éstas son de origen emocional.  En ambos casos, el especialista diseñará un “plan de acción” y aconsejará a los padres sobre el manejo adecuado de la situación. 
A fin de cuentas, la actitud de los padres es un factor decisivo en la solución de la enuresis.  Insisto una vez más en que no deben regañar ni castigar al niño;  tampoco burlarse de él o ridiculizarlo ante los demás.  Una actitud amorosa y comprensiva y la atención profesional adecuada le ayudarán a salir adelante, sin que la enuresis deje huellas en su autoestima y en su bienestar emocional.



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Del Libro “FRANCESCO decide volver a nacer” de Yohana García





Cada persona que en la Tierra dice una de las verdades transforma en luz esa energía.  Y esa luz forma un globo de color y éstos vienen a pasear por el mar.  Luego caen como gotas de rocío sobre el cuerpo de las personas.  Por eso cuando se dice la verdad muchos sienten que se sacaron un peso de encima.  Pero luego con estos globos como bendiciones, la gente se siente reconfortada.  Claro que la verdad casi nunca es linda… pero qué bien hace.  La verdad te hace libre siempre.
- Había una vez un hombre que caminaba por el bosque.  Mientras iba caminando encontró a una mujer muy fea, tan fea que hasta se asustó el verla.  Ella estaba sentada y cuando el hombre pasó por su lado ella le pidió que extendiera la mano y el hombre así lo hizo, aunque realmente le seguía impresionando su apariencia.
- ¿Quién eres? – le preguntó el peregrino a la mujer.
Soy la verdad, pero te pido un favor, no cuentes que soy tan fea.
- ¿Me escuchaste? – dijo el maestro que acababa de citar el cuento-, parece que no me prestaste atención.  Dime la verdad.
- ¿De qué verdad hablas?
- ¡No me escuchaste!
- Si sabes que nosotros no necesitamos escuchar, sólo que ese cuento ya lo sabía.
- ¿No podrías haber disimulado?  Aunque sea haber hecho como si estuvieras interesado en la historia o hubieras hecho vibrar la luz de tu cuerpo etérico.  Entonces yo hubiera creído que me estabas prestando atención y entonces no me sentiría tan tonto hablando solo.
- Bueno, no te enojes conmigo, me temo que tenías razón con el cuento, la verdad realmente es fea.  Ahora me pides que te mienta, pero no lo haré, ¿sabes por qué?  Porque al final la verdad resulta hermosa cuando te llega el momento de verla, sólo que debemos estar preparados para que cuando se haga notar, en vez de asustarnos, y salir corriendo la admiraremos.



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sábado, 7 de abril de 2018

Del Libro “FRANCESCO decide volver a nacer” de Yohana García






Cada persona que en la Tierra dice una de las verdades transforma en luz esa energía.  Y esa luz forma un globo de color y éstos vienen a pasear por el mar.  Luego caen como gotas de rocío sobre el cuerpo de las personas.  Por eso cuando se dice la verdad muchos sienten que se sacaron un peso de encima.  Pero luego con estos globos como bendiciones, la gente se siente reconfortada.  Claro que la verdad casi nunca es linda… pero qué bien hace.  La verdad te hace libre siempre.

- Había una vez un hombre que caminaba por el bosque.  Mientras iba caminando encontró a una mujer muy fea, tan fea que hasta se asustó el verla.  Ella estaba sentada y cuando el hombre pasó por su lado ella le pidió que extendiera la mano y el hombre así lo hizo, aunque realmente le seguía impresionando su apariencia.
- ¿Quién eres? – le preguntó el peregrino a la mujer.
Soy la verdad, pero te pido un favor, no cuentes que soy tan fea.

- ¿Me escuchaste? – dijo el maestro que acababa de citar el cuento-, parece que no me prestaste atención.  Dime la verdad.
- ¿De qué verdad hablas?
- ¡No me escuchaste!
- Si sabes que nosotros no necesitamos escuchar, sólo que ese cuento ya lo sabía.
- ¿No podrías haber disimulado?  Aunque sea haber hecho como si estuvieras interesado en la historia o hubieras hecho vibrar la luz de tu cuerpo etérico.  Entonces yo hubiera creído que me estabas prestando atención y entonces no me sentiría tan tonto hablando solo.
- Bueno, no te enojes conmigo, me temo que tenías razón con el cuento, la verdad realmente es fea.  Ahora me pides que te mienta, pero no lo haré, ¿sabes por qué?  Porque al final la verdad resulta hermosa cuando te llega el momento de verla, sólo que debemos estar preparados para que cuando se haga notar, en vez de asustarnos, y salir corriendo la admiraremos.



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