jueves, 26 de febrero de 2015

Del libro “ ¡Porque lo mando yo! 3” de John K. Rosemond…..







La armonía basada en el respeto se predica con el ejemplo.  Es el camino a la educación y a la convivencia familiar.

Los padres nos obligamos a comportarnos con respeto, consideración, buenos modales, buen humor.  Exigimos de los hijos disciplina porque mamá y papá son seres disciplinados.

La privacidad es un asunto de extrema importancia.  En el caso de que las puertas de cada habitación se encontraren cerradas, todos nos obligamos a tocar de manera respetuosa y a esperar una respuesta.
Esto se aplica irrestrictamente a todas las habitaciones y tanto padres como hijos tenemos el derecho inalienable a nuestra intimidad.

Las horas de descanso son sagradas.  Nadie tiene porque soportar ruidos a la hora de dormir.  Existen trabajos en donde los padres necesariamente trabajan cuando el resto de la familia duerme.  Ellos merecen tanta consideración como los otros.

Una forma de abuso se da en el cuarto de baño.  Es comprensible que los adolescentes se preocupen por su apariencia física, pero el baño es de todos y es necesario negociar con ellos un uso racional del agua a la hora de ducharnos y a no tardarnos más de lo necesario al usar el escusado.
El consumo de la energía eléctrica desde luego que requiere supervisión por parte de nosotros.

Como familia e individuos nos preocupamos en todo momento por cuidar el agua, la luz y a hacer un uso más racional del teléfono.
Todos nos comprometemos a respetar las conversaciones privadas y a tratar con cortesía a quien llame por teléfono.

El espacio personal incluye los cuartos y sus respectivos muebles.  Las pertenencias son sagradas y será necesario establecer con los hijos las bases para que no se entrometan en los asuntos ajenos.
Esto aplica a los diarios personales y correspondencia de todo tipo.

Siempre y cuando no atenten contra lo que papá y mamá ordenen, los hijos podrán arreglar y decorar su cuarto de acuerdo a su muy particular gusto y estilo.
Si por razones de espacio ese cuarto se comparte con otro y otros hermanos todos tendrán la misma oportunidad de decorarlo como gusten.
Si por alguna razón los chicos no se ponen de acuerdo, los padres ordenaremos qué se deberá hacer.

La vestimenta de los hijos es asunto de ellos.  Sin embargo los padres debemos hacer las observaciones pertinentes.
Un atuendo por muy estrafalario que nos parezca podría considerarse como “normal” entre los adolescentes.  En todo caso los hijos siempre pedirán la opinión y autorización de sus padres.

La comida no la regalan.  Es un bien preciado al que se le debe dar especial cuidado.  Todos podemos consumir los alimentos que deseemos sin ninguna restricción, pero la familia acuerda no tolerar desperdicios.

Nuestra casa es un lugar que requiere de todo tipo de cuidados.  La familia se obliga a reportar cualquier falla en puerta, ventanas, tuberías o paredes.
El cuidado de los muebles también nos corresponde a todos y además sabremos darles un uso responsable.

En cuanto al cuidado de los menores de edad, todos acordamos en protegerlos.  No podrán hacer travesuras “inocentes” como fumar o tomar alcohol.
Conocen a la perfección que de hacerlo se perderán sus privilegios.  ¿Cuáles? Los que más les duela perder.
En este sentido los hermanos mayores asumen con libertad y de manera responsable cuidarlos, vigilarlos e informarnos de inmediato sobre cualquier anomalía.

Como familia tenemos la obligación de velar por nuestra propia seguridad.  Cerraremos puertas con llave, ventanas y sabremos resguardar los bienes y el patrimonio familiar.
Cualquier trabajo doméstico es respetuosamente considerado por todos los miembros de la casa

La delicada labor de la madre en el cuidado y esmerada atención a la familia se verá retribuida con el agradecimiento, reconocimiento y respeto.
Todos estamos obligados a levantar nuestro propio plato después de comer y a lavarlo.  Así lo decidimos mamá y papá.


.

jueves, 19 de febrero de 2015

Del Libro “500 Consejos para enfrentar la vida” de Anand Dílvar




“En los contratiempos es en donde conocemos todos nuestros recursos, para hacer uso de ellos.”

                                                      Horacio




Si no tuviéramos problemas que enfrentar, nunca pondríamos a prueba nuestra capacidad para superarlos. 

,

jueves, 12 de febrero de 2015

Del Libro “Ser como el río que fluye” de Paulo Coelho…..



Permanecer abiertos al amor


Hay momentos en los que nos gustaría ayudar a quien queremos mucho, pero no podemos hacer nada;  sea porque las circunstancias no permiten que nos acerquemos, o la persona está cerrada a cualquier gesto de solidaridad y apoyo.
Entonces sólo nos queda el amor.  En los momentos en que todo es inútil, aún podemos amar…. Sin esperar recompensas, cambios, agradecimientos
Si conseguimos actuar de ese modo, la energía del amor empieza a transformar el universo que nos rodea.  Cuando aparece esa energía, siempre consigue hacer su labor.  “El tiempo no transforma al hombre.  El poder de la voluntad no transforma al hombre.  El amor lo transforma”, dice Henry Drummond.
Leí en el periódico sobre una niña, en Brasilia, que fue brutalmente golpeada por sus padres.  A consecuencia de ello, perdió los movimientos del cuerpo y se quedó sin habla.
Tras ser internada en el hospital de base, cuidaba de ella una enfermera, que diariamente le decía:  “Yo te amo”.  Aunque los módicos aseguraban que no conseguía oírla y que sus esfuerzos eran inútiles, la enfermera seguía repitiendo:  “Yo te amo, no lo olvides”. 
Tres semanas después, la niña había recuperado los movimientos.  Cuatro semanas después, volvía a hablar y a sonreír.  La enfermera nunca concedió entrevistas y el periódico no publicaba su nombre…. Pero queda aquí constancia, para que no olvidemos nunca:  el amor cura.
El amor transforma, el amor cura, pero a veces construye trampas mortales y acaba destruyendo a la persona que decidió entregarse por entero.  ¿Qué sentimiento complejo es ese que, en el fondo, es la única razón para que sigamos vivos, luchando, y procurando mejorar?
Sería una irresponsabilidad intentar definirlo, porque, como todos los demás seres humanos, yo sólo he conseguido sentirlo.  Se escriben millares de libros, se representan obras teatrales, se producen películas, se componen poemas, se tallas esculturas en madera o en mármol y, aun así, lo único que puede transmitir el artista es la idea de un sentimiento… no el sentimiento en sí.
Pero yo he descubierto que ese sentimiento está presente en las pequeñas cosas y se manifiesta en la más insignificante de las actitudes que adoptamos, por lo que es necesario tener siempre presente el amor, cuando actuamos o dejamos de hacerlo.
Tomar el teléfono y decir la palabra cariñosa que aplazamos.  Abrir la puerta y dejar entrar a quien necesita nuestra ayuda.  Aceptar un empleo.  Abandonar un empleo.  Tomar la decisión que estábamos dejando para más adelante.  Pedir perdón por un error que cometimos y que no nos deja en paz.  Exigir un derecho que tenemos.  Recurrir con frecuencia a la floristería más que a la joyería.  Poner la música muy alta cuando la persona amada está lejos,  bajar el volumen cuando está cerca.  Saber decir “sí” y “no”, porque el amor contiende con todas las energías del hombre. Descubrir  un deporte que puedan practicar dos al mismo tiempo.  No seguir ninguna receta, ni siquiera las que figuran en este párrafo…..  porque el amor necesita creatividad.
Y, cuando nada de eso sea posible, cuando lo que queda sólo es soledad, entonces recordar una historia que un lector me envió en cierta ocasión:
Una rosa soñaba día y noche con la compañía de las abejas, pero ninguna acudía a posarse en sus pétalos.
Sin embargo, la flor seguía soñando: durante sus largas noches, imaginaba un cielo en el que volaban muchas abejas, que acudían, cariñosas, a besarla.  De ese modo, conseguía resistir hasta el próximo día, cuando volvía a abrirse con la luz del sol.
Una noche, al enterarse de la Soledad de la rosa, la luna preguntó:
- ¿No estás cansada de esperar?
- Tal vez, pero necesito seguir luchando.
- ¿Por qué?
- Porque, si no me abro, me muero.
En los momentos en que la soledad parece menoscabar toda la belleza, la única forma de resistir es seguir abierto.
   

 

  . 

jueves, 5 de febrero de 2015

Del Libro "La Felicidad Ahora!" de Andrew Matthews



 

Concéntrate en lo que quieres


 
Estás a punto de dar un discurso frente a 200 personas  Te dices  “¡No te pongas nervioso!”  ¡No olvides tus líneas!  ¡No te avergüences!  Luego, subes al podio y  ¿qué ocurre?  ¡Lo arruinas todo!  Hasta olvidas el nombre de tu esposa.  ¿Por qué sucedió esto si te propusiste NO quedar como un tonto?  La razón de por qué ocurrió, es la forma en que nuestra mente trabaja.  Hay un importante principio que opera aquí y rara vez se explica.

Tu mente opera fotográficamente.  Para hacer cualquier cosa necesitas una imagen.  Para tocar tu nariz, necesitas en tu mente una imagen de tu dedo sobre tu nariz.  Con esta imagen en tu subconsciente, la mente puede ordenar a los músculos que lo realicen.  Para dar un discurso seguro, necesitas una imagen en tu cabeza de ti dando dicho discurso antes de siquiera pararte.  Sólo después tu mente enviará instrucciones a tu cuerpo para que lo realices.

No le des a tu imagen mensajes sobre NO hacer algo.  Tu subconsciente debe tener una imagen de  LO QUE QUIERES.

Si te dices  “¡No te pongas nervioso!”, automáticamente tu subconsciente se llena de imágenes donde estás temblando y tartamudeando, y en eso se convierte tu intervención.  Es la ley de la mente.

¿Qué pasa cuando estás en un curso de golf ante un obstáculo de agua y te dices:  “¡NO LA MANDES AL AGUA!”?  Aunque te lo repitas diez veces tu subconsciente tiene sólo la imagen de tu bola dando un chapuzón.  Y lo que ves en tu mente es lo que obtienes.

Esto explica por qué la confianza es tan importante en cualquier cosa que hagas  Cuando tienes confianza, sólo hay imágenes positivas en tu mente, de un buen discurso, de una entrevista de trabajo relajada, de un exitoso examen de conducir.  Cuando adquieres confianza en ti mismo no interpretas papeles desastrosos, interpretas papeles exitosos, y así regularmente consigues tus propósitos.  No eres perfecto;  sin embargo, procura darte siempre las mejores oportunidades. 

 

EN DOS PALABRAS

Los que piensan de manera positiva tienen la costumbre de imaginarse lo que quieren, no lo que les da miedo.  Lo que piensas es lo que obtienes.

 
.