jueves, 28 de julio de 2022

Del Libro “Las 3 Promesas” de David J. Pollay - Año degustación

 

Del Libro “Las 3 Promesas”  de  David J. Pollay

 

1)       Disfruta cada día

2)       Haz lo que amas

3)       Da a los demás

 


Puede ser el momento de un “año degustación”

 

No tienes por qué esperar para hacer lo que amas; puedes tomarte lo que yo llamo un “año degustación” y empezar a explorar tus inclinaciones ahora.

Sean cuales sean las obligaciones que tengas, el objetivo de un año degustación es que explores todos los intereses que te sea posible experimentar.  La clave para hacer lo que amas es conseguir tiempo cada día para desarrollar tus talentos y expresar tus intereses por medio de tu trabajo o aficiones. Ve y prueba cosas.  Persigue todo aquello que te interese.

En este momento puede ser que te estés preguntando cómo podrías encontrar el tiempo para hacer esto con la vida tan ocupada que llevas, con un trabajo a tiempo completo y multitud de responsabilidades para con otras personas.  ¿Cómo te las puedes apañar?

He hecho algunos deberes y he calculado que hay unas dieciocho semanas laborables al año en las que puedes explorar tus intereses, si lo planeas de forma cuidada y realmente te enfocas en ello.  Echemos un vistazo a los cálculos.  Dispones de todo este tiempo para degustar muchas actividades significativas:  treinta minutos a la hora de la comida tres veces por semana, treinta minutos por la noche tres veces por semana,  una noche a la semana, dos noches de un fin de semana al mes, dos días festivos al mes y una semana de tus vacaciones anuales.

Y ¿qué puedes degustar? Empieza observando las principales etapas de tu vida: la infancia, la escuela secundaria, la universidad, tus empleos, tu matrimonio, tus hijos y tu profesión.  ¿Cuándo fuiste más feliz? ¿Cuándo tuviste más éxito? ¿Qué estabas haciendo? ¿Qué estabas aprendiendo? ¿Qué actividades te gustaba hacer? ¿Qué leías? ¿Qué escribías? ¿Con quién preferías pasar el tiempo? Tus respuestas a estas preguntas te ayudarán a descubrir tus pasiones en la vida.

  

Indaga

 

¿De qué otras maneras puedes encontrar claves de lo que amas hacer?  Pregunta a las personas que están en tu vida lo que piensan al respecto.  ¿Qué han visto que haces bien? ¿En qué has mostrado interés? Pregunta a tu familia, amigos y compañeros de trabajo.  Sus opiniones podrían sorprenderte.

Si no sabes qué actividades están disponibles para ti, busca los calendarios de eventos de las universidades locales, los museos, las bibliotecas, lo teatros, las salas de conciertos, los hoteles, las cámaras de comercio, las administraciones locales y los lugares de culto.  Averigua qué asociaciones tienen áreas de interés para ti.  Obtén una lista de clubs de la zona donde vives.  Mira qué es interesante para ti y empieza a anotar actividades en tu agenda.

Tal vez estés pensando que en realidad no puedes “robar” esa cantidad de tiempo a tu pareja, niños, padres, amigos o compañeros de trabajo.  En ese caso, puedes compartir la degustación.  Piensa en quiénes podrían estar dispuestos a participar en algunas de las actividades que encuentras interesantes y después invítalos a ir contigo.  Ellos apreciarán la invitación, haréis algo divertido juntos y tú habrás dado otro paso hacia delante en tu año de exploración.

 

Acciones

 

Saca tu agenda y empieza a programar actividades que encuentres interesantes.  Haz algo cada día que te ayude a comprender mejor qué es aquello que enciende tu pasión.

 

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jueves, 21 de julio de 2022

 

Del Libro  “El lado  FÁCIL  de la  GENTE   DIFÍCIL”  de  César Lozano

 

 



¡Con quién te juntas?   No entraré en detalles en una decisión tan obvia y tan trascendente.  Como ya comenté, la gente influye para bien o para mal.  La bien conocida frase “dime con quién andas y te diré quién eres” tiene su fundamento.  Por lo tanto, conocer a la gente que más tratas o más te agrada puede ayudarte a tomar decisiones certeras para continuar o no una relación.  Formularte preguntas contundentes como:

 

·         ¿Su presencia me motiva o desmotiva?

·         ¿Concuerdo con la mayor parte de su forma de ser, pensar y actuar?

·         ¿Estoy de acuerdo con la mayoría de sus decisiones?

·         ¿Insiste en cambiar mi manera de ser o pensar por considerarla fuera de su contexto?

·         ¿Relacionarme con esa persona me ha provocado problemas frecuentes?

·         ¿Me ha involucrado en situaciones de conflicto con o sin mi autorización, de lo cual me arrepiento?

·         En conclusión, ¿su presencia ha sido nociva para mí o para la gente que quiero?

 

No olvides que una cosa es divertirte con alguien y otra muy diferente que esa diversión te haya metido en problemas de los cuales te arrepientes.  Gente divertida abunda, y las situaciones desgastantes, fruto de esa diversión, pueden cambiar tu destino.

Recordé la historia de aquel rey que deseaba tener en sus filas a un nuevo guardia principal que lo protegiera, ya que el anterior había fallecido.  Decenas de guardias de palacio deseaban tan anhelado puesto.  El rey citó a todos los candidatos para elegir a quien supliera a su antecesor, y lo resguardara directamente.  Nadie sabía ni se imaginaba de qué forma el rey tomaría tan importante decisión.  ¿Les formularía alguna pregunta difícil? ¿Los pondría en combate? Todos sabían que tenía formas extrañas y originales para tomar decisiones trascendentes.

El día tan anhelado llegó y la cita fue en uno de los salones más grandes del palacio.  En el centro del salón había una maravillosa mesa labrada con las más bellas y carísimas madreas.  Un jarrón asombroso, de los más finos, traído de tierras lejanas y, en su interior, las flores más exóticas e increíbles jamás vistas.  Todo un espectáculo.

Llegó el rey, observó fijamente a cada uno de los candidatos y señalando la mesa, el jarrón y las flores les dijo: “He ahí el problema”, y se sentó en el trono.

El silencio y la incertidumbre se hicieron presentes.  El murmullo de algunos de los presentes se escuchó…. ¿Cuál problema? Y después de varios minutos de silencio, se levantó uno de los candidatos, sacó su espada y destruyó la mesa, el jarrón y las flores, dejando pedazos  por doquier.  Los murmullos no se hicieron esperar.  La cara de asombro y desaprobación del resto de sus compañeros era notable.

El rey, después de ver lo acontecido, se levantó de su trono, vio los despojos delo que había sido una maravillosa mesa, pedazos del jarrón carísimo y la destrucción de las flores bellísimas que antes lucían en el centro del salón.  Volteó a ver al hombre que guardaba su espada en ese momento. El rey sonrió y dijo:  “He aquí el nuevo guardia principal de palacio”.  Y se marchó.

¿Cuál es la moraleja?  Que los problemas más graves de nuestra vida se disfrazan de cosas muy bellas.

·         “Al cabo nadie se va a dar cuenta.”

·         “Tengo derecho a disfrutar la vida.”

·         “Lo que sucede en Las Vegas, en Las Vegas se queda.”

·         “Al cabo todo el mundo lo hace…”

·         “Sí, ya sé que soy casado pero ella está bien guapa…”

 

Y podría seguir con la lista de situaciones agradables que pueden constituir un problema.

 

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sábado, 9 de julio de 2022

Del libro “¡Supéralo! Te adaptas, te amargas o te vas” de César Lozano - Las cosas de quien vienen

 

Del libro “¡Supéralo!  Te adaptas, te amargas o te vas”  de  César Lozano  - Las cosas de quien vienen

 


- ¡Ando emperrada!  ¡Vengo encabritada porque un señor me mentó la madre hace un momento!

- ¿Quién?  ¿Quién te ofendió?

- Un señor de un camión rojo…

- ¿Y quién era?

- ¡Pues no sé!  Un señor gordo y feo.

- ¡Hay niveles!  ¡No seas naca, Rosa!  No puedo creer que alguien que ni conoces te cambie tu día de tal forma que llegues encolerizada, ¿te das cuenta?

Y aunque parece mentira hay personas así, dispuestas al enojo, al pleito, a responder con violencia por tonterías, sólo espero que tú, amiga lectora, amigo lector, no seas como la Rosa del diálogo anterior, así que mejor:

¡Que fluya el drenaje! 

¡Que fluyan las ofensas!

¡Que circule el agua estancada porque se apesta!

¡Que se vaya lo que tenga que irse!

Y me quede con lo bueno y lo mejor de cada persona y de cada situación.

Recordé la paciencia (sobrenatural, por cierto) de mi hermana Magda, una mujer de más de 50 años que aparenta muchos menos de los que tiene, y me imagino que una de las razones por las que sigue tan bella y joven es porque no se engancha en discusiones ni con gente que, según ella, no vale la pena.

Su temperamento flemático le ayuda a que las escasas ofensas que recibe, literalmente, se le escurran sin darles la mínima importancia.  Su risa contagiosa y su forma de llevar su tiempo con pausas, sin estrés, hace que disfrutemos su presencia además de sus múltiples ocurrencias.

Un día me llevó a recoger mi automóvil.  Ella maneja con una lentitud y una paciencia fuera de este mundo, parece que para Magdita el tiempo no importa, y aun con la prisa que yo tenía por recoger mi auto e ir a una junta importante, ella subió lentamente a su auto, revisó los espejos retrovisores, acomodó su asiento en la posición que consideró más cómoda, se puso lentamente el cinturón de seguridad y todo lo anterior tarareando una canción que nunca supe cuál era.  El calor era sofocante dentro y fuera del auto, yo sentía que me asfixiaba, la verdad no sé si por el calor o por la tranquilidad de mi adorada hermana:

- ¡Magda, por favor, rápido!... ¡Magda, enciende el aire acondicionado!

- Ya voy, tranquilo, César Alberto – así me dice ella desde siempre, con mi segundo nombre, tal y como lo hacía mi madre cuando se enojaba: “Cesar Alberto, ¡no te aceleres porque te infartas!”

Y allí íbamos, mi hermana manejando a una velocidad de 40 kilómetros por hora en una avenida donde bien podría ir a 80, y yo desesperado.  Ella me platicaba tranquilamente sobre sus hijitos y otras cosas.  Y yo con la adrenalina y la taquicardia a todo lo que daba.

La pasaban todos los autos y no faltaba el que accionaba su claxon con el sonido ofensivo de mentada de madre, a lo que mi hermana simplemente hacia caso omiso y seguía con su conversación.

De pronto un hombre la rebasó despacio y le pidió que abriera el vidrio para decirle algo;  ella lo hizo de inmediato.

“¡Vieja pachorra! ¡Vieja lenta!”

Después de eso, mi hermana cerró su vidrio volteó a verme y me dijo:  “¡Pobre hombre, que prisa traerá! Que Dios lo bendiga, ¡se ha de estar cagando el pobre!”

Claro que es saludable tomar las cosas de quien vienen, aunque a veces duele cuando esa persona está en la categoría de un ser querido (un familiar o amigos cercanos), pues por sus acciones negativas pasan a ser, siendo sinceros, seres ya no tan queridos.

Insisto, toma las palabras de quien vienen, utiliza todos tus sentidos para detectar si vale la pena expresar lo que sientes.  Detecta con tu observación o tu maravillosa intuición si vale la pena, o no, iniciar un diálogo para llegar a acuerdos o simplemente es conveniente dejar que sus opiniones o juicios se vayan por el drenaje imaginario que a todos nos rodea.

¡Que fluya lo que tenga que fluir!

¡Ya supéralo!  No todos tienen (ni tendrán) el gran corazón que tú tienes.  No todos tienen la educación y buenos modales que te caracterizan; hay a quienes, literalmente, les tiene sin cuidado tu vida y tus razones.  Sigue tu camino y toma las cosas de quien vienen.

 

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Del libro “Dominar el ESTRES” de Pascale Patte-Wilbert - 10 reglas para reducir el estrés

 

Del libro “Dominar el ESTRES” de  Pascale Patte-Wilbert

 

Las 10 reglas de oro para reducir el estrés

 



1.-  Respiración:  coherencia cardíaca para controlar el estrés,  la regla de 3,6,5: 3 veces al día, espiro a un ritmo de 6 ciclos respiratorios por minuto durante 5 minutos.  A medida que inspiro, mi ritmo cardíaco y mi presión arterial aumentan, y cuando exhalo, ocurre lo contrario.  Cinco minutos:  el tiempo necesario para tener un efecto fisiológico eficaz sobre las hormonas del estrés, incluido el cortisol.

2.-  Me organizo, ya sea en el trabajo o en casa:  en cuanto siento que la situación se me va de las manos, planifico y anticipo.  Priorizo las tareas, desde las más urgentes hasta las que pueden esperar.

3.-  Practico al menos treinta minutos de actividad física diaria, pues fortalece el sistema anti-estrés.

4.-  Bebo menos café y alcohol.

5.-  No fumo; si fumo pensando que me relaja, me equivoco: al contrario, corro el riesgo de sufrir un infarto de miocardio.

6.-  Llevo una dieta equilibrada:  tres comidas al día con cinco frutas y verduras; menos grasa, azúcar y sal.  Nada de merendar.

7.-  Cada día me regalo momentos de relax: relajación, meditación, lectura, música, cine… Me doy el gusto una vez al día.

8.-  Siempre planifico de diez a veinte minutos adicionales en mi tiempo de transporte:  básicamente, no cambiará mi horario y me permitirá comenzar el día mucho mejor.

9.-  Respeto mi ritmo de sueño:  si siento la llamada de la almohada, no peleo.  Me acuesto temprano, preferiblemente a una hora fija.  Y pienso en comer al menos una hora antes de acostarme.  Mi digestión sólo mejorará.

10.-  Si siento la necesidad, no dudo en consultar a un especialista:  psicólogo, psicoterapeuta….

 


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Del libro “Manual del guerrero de la luz” de Paulo Coelho” - El miedo

   

Del libro “Manual del guerrero de la luz”  de Paulo Coelho”   - El miedo




El guerrero de la luz lo sabe:  todo el mundo tiene miedo de todo el mundo.

Este miedo generalmente se manifiesta de dos maneras:  a través de la agresividad o a través de la sumisión.  Son aspectos del mismo problema.

Por eso, cuando está delante de alguien que le inspira temor, el guerrero se acuerda de que el otro tiene las mismas inseguridades que él, pasó por obstáculos parecidos, vivió los mismos problemas.

Pero está sabiendo manejar mejor la situación.  ¿Por qué?  Porque él utiliza el miedo como motor, y no como un freno.

Entonces el guerrero aprende del adversario, y actúa de la misma forma. 


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