Del Libro “El lado
FÁCIL de la GENTE
DIFÍCIL” de César Lozano
¡Con quién te
juntas? No entraré en detalles en una
decisión tan obvia y tan trascendente.
Como ya comenté, la gente influye para bien o para mal. La bien conocida frase “dime con quién andas y te diré quién eres” tiene su fundamento. Por lo tanto, conocer a la gente que más
tratas o más te agrada puede ayudarte a tomar decisiones certeras para
continuar o no una relación. Formularte
preguntas contundentes como:
·
¿Su presencia me motiva o desmotiva?
·
¿Concuerdo con la mayor parte de su forma
de ser, pensar y actuar?
·
¿Estoy de acuerdo con la mayoría de sus
decisiones?
·
¿Insiste en cambiar mi manera de ser o
pensar por considerarla fuera de su contexto?
·
¿Relacionarme con esa persona me ha
provocado problemas frecuentes?
·
¿Me ha involucrado en situaciones de
conflicto con o sin mi autorización, de lo cual me arrepiento?
·
En conclusión, ¿su presencia ha sido
nociva para mí o para la gente que quiero?
No olvides que
una cosa es divertirte con alguien y otra muy diferente que esa diversión te
haya metido en problemas de los cuales te arrepientes. Gente divertida abunda, y las situaciones
desgastantes, fruto de esa diversión, pueden cambiar tu destino.
Recordé la
historia de aquel rey que deseaba tener en sus filas a un nuevo guardia
principal que lo protegiera, ya que el anterior había fallecido. Decenas de guardias de palacio deseaban tan
anhelado puesto. El rey citó a todos los
candidatos para elegir a quien supliera a su antecesor, y lo resguardara
directamente. Nadie sabía ni se
imaginaba de qué forma el rey tomaría tan importante decisión. ¿Les formularía alguna pregunta difícil? ¿Los
pondría en combate? Todos sabían que tenía formas extrañas y originales para
tomar decisiones trascendentes.
El día tan
anhelado llegó y la cita fue en uno de los salones más grandes del palacio. En el centro del salón había una maravillosa
mesa labrada con las más bellas y carísimas madreas. Un jarrón asombroso, de los más finos, traído
de tierras lejanas y, en su interior, las flores más exóticas e increíbles
jamás vistas. Todo un espectáculo.
Llegó el rey,
observó fijamente a cada uno de los candidatos y señalando la mesa, el jarrón y las flores les dijo: “He ahí el problema”, y se sentó en el trono.
El silencio y la
incertidumbre se hicieron presentes. El
murmullo de algunos de los presentes se escuchó…. ¿Cuál problema? Y después de
varios minutos de silencio, se levantó uno de los candidatos, sacó su espada y destruyó
la mesa, el jarrón y las flores, dejando pedazos por doquier.
Los murmullos no se hicieron esperar.
La cara de asombro y desaprobación del resto de sus compañeros era
notable.
El rey, después
de ver lo acontecido, se levantó de su trono, vio los despojos delo que había
sido una maravillosa mesa, pedazos del jarrón carísimo y la destrucción de las flores
bellísimas que antes lucían en el centro del salón. Volteó a ver al hombre que guardaba su espada
en ese momento. El rey sonrió y dijo:
“He aquí el nuevo guardia principal de palacio”. Y se marchó.
¿Cuál es la
moraleja? Que los problemas más graves de nuestra vida se disfrazan de cosas muy
bellas.
·
“Al
cabo nadie se va a dar cuenta.”
·
“Tengo
derecho a disfrutar la vida.”
·
“Lo
que sucede en Las Vegas, en Las Vegas se queda.”
·
“Al cabo todo el mundo lo hace…”
·
“Sí,
ya sé que soy casado pero ella está bien guapa…”
Y podría seguir
con la lista de situaciones agradables que pueden constituir un problema.
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