sábado, 20 de marzo de 2021

 

Del Libro “La felicidad ¡Ahora!” de  Andrew Matthews

 

Cuando las cosas se complican

 




¿Cómo sobrevivir cuando la vida se vuelve difícil?

¿Cómo sostenerte en pie cuando te sientes afligido, solo y sin un centavo?

Sólo puedes resolver tus problemas como cuando escalas una montaña…

Si escalando una roca quedas atascado en una saliente peligrosa, tu mente no piensa en nada más que en el presente.

Te olvidas del futuro y cada esfuerzo lo empleas para dar el primer paso.  Luego el siguiente, y así, centímetro a centímetro hasta que consigues superar esa dificultad.

La misma estrategia funciona para la vida cotidiana.

Cuando te enfrentas a circunstancias adversas, debes concentrarte sólo en el presente.

Atajas un problema a la vez.  Das un paso.  Adquieres un poco de confianza… y después das otro paso y otro.  A la larga te das cuenta de que lo peor ya pasó.

Si te preocupas por:

a)      Todo lo que debes hacer el próximo mes, o

b)      Todo lo que podría salir mal el próximo año, ¡te volverías loco!

Sin embargo, lo que si puedes hacer es enfocarte en un día cada vez.

Y si las 24 horas resultan también demasiado difíciles, entonces enfócate en cinco minutos a la vez.

 

EN DOS PALABRAS

Todo lo que puedes hacer es poner tu mejor esfuerzo hasta que la jornada termine.  Deja que el día de mañana se arregle por sí solo.

 

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Del Libro: “Las Tres Preguntas” de Jorge Bucay

 

Del Libro:  “Las Tres Preguntas”  de  Jorge Bucay



Cuentan que una tarde, un rey que amaba las plantas y las flores, al regresar de un largo viaje, decidió caminar un poco por su jardín.  Recordaba que había dejado instrucciones precisas a los jardineros para el cuidado de cada planta.  Sin embargo, descubrió con tristeza que sus árboles, arbustos y flores, muchos de los cuales había plantado él mismo con mucho trabajo, se estaban muriendo.

Con angustia, les preguntó qué les pasaba.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.  El Pino agonizaba lamentándose de no dar uvas como la Vid.  En la pérgola, la Vid se moría de rabia porque no podía florecer como la Rosa; mientras, la Rosa lloraba por no poder ser fuerte como el Roble.

También el rey sintió que tenía ganas de llorar.

Entonces, en el rincón más lejano del jardín, vio un montón de flores creciendo, de todos los colores y rebosantes de salud y energía.  El rey se acercó a las Fresias floreciendo más frescas que nunca.

El rey preguntó:

-¿Cómo es que crecéis tan saludables, alejadas de la fuente y posiblemente olvidadas de los cuidados de mis jardineros?

Las flores contestaron:

-¡Quién sabe! Nosotras siempre supusimos que cuando nos plantaste, querías que fuéramos Fresias.  Si hubieras querido un Roble o una Rosa, habrías plantado aquí una Rosa o un Roble.  En aquel momento supimos que nuestra manera de agradecerte la vida era ser las mejores Fresias que pudiéramos llegar a ser…. Y eso hicimos.

 

Ahora es tu turno.  Estás aquí para contribuir con tu fragancia al mundo en el que has nacido.

Simplemente, mírate a ti mismo.

Sé quien eres y sé consciente de ello.

No hay posibilidad de que seas otra persona.

Puedes disfrutar de ello y florecer regado con tu propio amor o marchitarte en tu propia condena, tratando de ser otra cosa.

Tú decides. 


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