sábado, 20 de enero de 2018

Del Libro “FRANCESCO decide volver a nacer” de Yohana García







En la India aprendí un ritual para que crezca dentro de cada persona todo lo positivo, para que tengas montañas de logros y sabiduría.

Por favor, respira profundo y lleva el aire a la parte superior del pecho, exhala, empieza a recordar los momentos buenos que hay en tu corazón, esos momentos de amor, de alegría y de regocijo.  Mira por dentro con los ojos del alma cada sensación positiva, haz de cuenta que estás mirando una película pero ésta es la tuya.  Mira qué colores predominan en la pantalla que estás mirando.  Si escuchas sonidos, o voces, fíjate qué temperatura sientes, qué hay en esa escena.  Qué sensaciones recorren tu cuerpo.  

Ahora transforma en colores toda la sangre que recorre tu cuerpo, colores que juegan, que van y vienen por todo tu cuerpo.  Ahora cierra un puño de cualquier mano y dices tres veces la frase…  “voy por más….”  Repite….  “¡voy por más!”.  Cada vez que te suceda algo digno de recordar diciéndote estas palabras te sentirás espléndida y esta frase te funcionará como el abracadabra de los magos.



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sábado, 13 de enero de 2018

Del Libro “Soy mujer, soy invencible ¡y estoy exhausta! De Gaby Vargas



¿Qué  harías diferente?


“Enlista las cinco personas o cosas que más valoras en la vida, por orden de importancia.”   El maestro lanzó la orden, en el congreso de logoterapia, y te invito a ti, querida lectora, a que hagas el ejercicio también.  Me detuve y reflexioné.  Pensé en Pablo y, como ola, me inundé, me envolvió.  Me siento plena.  Su nombre es lo primero que escribo.  Mis compañeros y yo, entusiasmados, intercambiamos nuestros tesoros.  Mis hijos, mis nietos, la salud, mis yernos, mis papás, la naturaleza, los amigos, la vida, en fin…   Es difícil establecer una jerarquía con tantos amores, con todo aquello que siempre damos por descontado.

El siguiente planteamiento cae como balde de agua fría: imagina que pierdes aquello que escribiste en primer lugar.  ¿Qué pasaría?  Imagínate.  De inmediato se hace un silencio.  Todos sentimos un puñal en el plexo solar.  Esa idea ha existido siempre, pero nos la hemos quitado de la cabeza como si se tratara de un mal pensamiento.  Ahora debemos anidarla, sentirla, escribirla y comunicarla.  ¿Qué me pasaría si pierdo a Pablo? ¿Qué te pasaría si pierdes a la persona que más valoras en la vida?   Con sólo pensarlo se apaga mi vida.  Encuentro difícil expresar con palabras el sentimiento de orfandad al que me asomo.  Borges tuvo razón al escribir:  “No hay más paraísos que el paraíso perdido.”


Una vez que intercambiamos nuestros dolores, reales e imaginarios, escuchamos el tercer planteamiento: imagina que la vida te da la oportunidad de recuperar aquello que perdiste.  ¿Qué harías diferente?  ¿Qué actitud cambiarías?  Es increíble lo que un ejercicio de este tipo nos puede hacer reflexionar.  ¡Qué importante es ser conscientes de cuando estamos en el paraíso!  Para apreciarlo y disfrutarlo.   



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jueves, 4 de enero de 2018

Del Libro “La Felicidad ¡Ahora?” de Andrew Matthews




Cuando las cosas se complican




¿Cómo sobrevivir cuando la vida se vuelve difícil?
¿Cómo sostenerte en pie cuando te sientes afligido, solo y sin un centavo?
Sólo puedes resolver tus problemas como cuando escalas una montaña….
Si escalando una roca quedas atascado en una saliente peligrosa, tu mente no piensa en nada más que en el presente.
Te olvidas del futuro y cada esfuerzo lo empleas para dar el primer paso.  Luego el siguiente, y así, centímetro a centímetro hasta que consigues superar esa dificultad.
La misma estrategia funciona para la vida cotidiana.
Cuando te enfrentas a circunstancias adversas, debes concentrarte sólo en el presente.
Atajas un problema a la vez.  Das un paso.  Adquieres un poco de confianza…  y después das otro paso y otro.  A la larga te das cuenta de que lo peor ya pasó.
Si te preocupas por:
      a)       Todo lo que debes hacer el próximo mes, o
      b)       Todo lo que podría salir mal el próximo año, ¡te volverías loco!
Sin embargo, lo que si puedes hacer es enfocarte en un día cada vez.
Y si las 24 horas resultan también demasiado difíciles, entonces enfócate en cinco minutos a la vez.


EN DOS PALABRAS:
Todo lo que puedes hacer es poner tu mejor esfuerzo hasta que la jornada termina.  Deja que el día de mañana se arregle por sí solo.



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