jueves, 2 de mayo de 2024

Del libro “Encuentra tu persona vitamina” de Marian Rojas Estapé - En el trabajo

 

Del libro  “Encuentra tu persona vitamina”  de Marian Rojas Estapé

 

EN EL TRABAJO

 

Te cuento el caso de Juan, mi amigo de Glovo.  Siempre apunto mis cosas y mis citas en una agenda Moleskine – cada año cambio de color y tengo todas guardadas en un cajón, así me recuerdan lo vivido –. La llevo en el bolso y la cuido para no perderla.  Me han recomendado que lo pase a digital, pero me gusta escribir, tachar y verlo todo plasmado en una hoja.

Una mañana de miércoles me di cuenta de que la había olvidado en casa.  Me habían llamado para acudir a dar una sesión y no me acordaba de si tenía algo ese día. La necesitaba y a través de la aplicación de la plataforma solicité que me la trajeran al trabajo.

Al cabo de un rato llamaron a la puerta y un tipo alto, con su característica mochila amarilla, me entregó el paquete, con la agenda dentro, y se marchó.  Me quedé de pie verificando las fechas libres cuando escuché a alguien que sollozaba al otro lado de la puerta mientras hablaba por teléfono.  Al acercarme me encontré con el repartidor, sin el casco, llorando desconsoladamente.

– ¿Necesitas algo? – le pregunté.

– Nadie me puede ayudar, es muy grave.

– Soy especialista en temas graves, quizá sí te pueda ayudar.

Le hice pasar a mi despacho y me contó su historia.

– Mi madre vive en Venezuela y está muy enferma.  Necesita un tratamiento para curarse y entre mis hermanos y mis primos hemos conseguido el dinero para enviárselo. Nos acaban de comunicar que la empresa de envío de dinero ha perdido lo que le hemos mandado y mi madre no va a poder curarse. No sé qué hacer y tengo pedidos pendientes, pero estoy bloqueado.

Se me encogió el corazón.  Juan, como se llamaba, de casi dos metros, parecía un niño pequeño.  Me enterneció profundamente y dediqué un buen rato a calmarle y hablar con él.  Al cabo de unos minutos se marchó a proseguir con su trabajo y le dije que regresara al día siguiente.

Cuando volví a verle, estaba más tranquilo y tenía planes para solucionar el problema.  Vio mi libro encima de la mesa y me preguntó cómo podía hacer para que le pasasen cosas buenas a un repartidor de Glovo.

No tenía duda.

  Los repartidores acudís a las casas, pero el contacto que se genera con el comprador es casi imperceptible.  En muchas ocasiones, uno no ve la cara del otro, le tapa el casco, y ese instante dura por lo general menos de quince segundos.  Yo te recomiendo que pongas ilusión y pasión en tu trabajo. Por dos razones: la primera es que cuando introduces pasión en tu vida surgen cambios neurológicos importantes en tu cerebro; la segunda es que cuando actúas desde la ilusión, la gente lo capta, lo percibe y pueden suceder cosas maravillosas.  Alguien con ilusión se convierte en persona vitamina. – Y por supuesto le hablé de la oxitocina.

Unas semanas más tarde, Juan me telefoneó.  Había acudido a entregar comida a las afueras de Madrid.  Desde hacía unos días había cambiado su “forma de entrega”: saludaba al que abría la puerta, se quitaba el casco, sonreía… Y un mediodía algo sucedió.

Estaba en el jardín de una casa donde había entregado un pedido.  Fue amable con el dueño y le dijo que la comida todavía estaba caliente y que había oído en cocina que si la recalentaba perdía sabor.  El señor, muy cordial, le comento que a la mañana siguiente empezaba a entrevistar para contratar un conductor.  Buscaba a alguien afable, de confianza y que le gustara su trabajo.  Al preguntarle si le interesaba, le respondió que lo iba a consultar con su psiquiatra.  El dueño de la casa, atónito, no entendía la razón por la que Juan me llamaba.

- ¿Por qué le consultas a tu psiquiatra? ¿Te ha pasado algo muy grave?

Le dije a Juan que tenía que contarle toda la verdad. Y a los dos días Juan volvió a visitarme.

- Fui sincero, le narré mi historia y la enfermedad de mi madre. Me ha contratado.  Mirian, tu consejo me ha servido de mucho.  Gracias de corazón.

Me gusta hablar de Juan porque creo que ayuda muchísimo a entender que, en la vida, trabajar con ilusión y confianza en ti mismo, mejora la salud física y psicológica y abre un mundo entero de oportunidades.  Estoy segura de que el hecho de generar esa conexión –llena de oxitocina – le sirvió para mejorar su situación profesional… ¡y la personal!

El señor que le contrató trabaja en un banco y ayudó a Juan a conseguir el dinero que necesitaba para el tratamiento de su madre. Siempre que pienso en su historia me emociono.

 

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