Del
libro: “La ausencia. Cuando un ser querido se va” de Patricia Ibarra
SABER CUANDO VAMOS A MORIR
No solo
sentimos angustia por la muerte misma, sino por las circunstancias, sobre todo
en el caso de niños y jóvenes, o cuando se trata de algo accidental o resultado
de un hecho violento, entonces se muestra más incomprensible, doloroso y
terrible. Cuando se trata de algo sorpresivo, inesperado, que nos estremece en
lo más profundo, quizá pensemos que sería menos doloroso haberlo esperado, como
cuando alguien muere después de una larga enfermedad.
Hay quienes
piensan que sería mejor dejar que la muerte los tomara por sorpresa y no darse cuenta de nada. Otros afirman que sería
preferible saber con anticipación a
la fecha de su fallecimiento, para dejar en orden todos sus asuntos personales
y despedirse con tiempo de sus seres queridos.
En este caso, se viviría cada día como si fuese el último, muy
intensamente.
La muerte
no es enemiga de la vida sino su amiga.
Saber que nuestros años están contados es lo que los hace tan preciados.
Por otra parte, ¿realmente nos gustaría
vivir en este mundo para siempre? Si nadie muriera no acabarían nunca el frío
y el calor, el sufrimiento y la enfermedad, el cansancio, la decepción, el
aburrimiento. Perderíamos la capacidad
de asombro, la vida se hundiría en la nada.
Si
viviéramos para siempre, no habría razón para crear nada. Las grandes obras de
arte destacan porque sus autores no eran inmortales. Los genios sabían que iban
a morir y de ahí nació su impulso por dejar algo para la humanidad.
La realidad
es que todos morimos y a todos nos duele la muerte de los seres cercanos a
nosotros. El dolor siempre está presente, pero es necesario hacerlo leve, que
duela lo menos posible, que dañe lo mínimo, que no nos encierre, que no nos aísle,
que nos deje vivir en paz.
En la vida
nada, absolutamente nada, es eterno, todo es temporal. El dolor es pasajero, en algún momento se transformara en algo
diferente que nos permitirá seguir viviendo. Aceptar la pérdida y aceptar
el dolor, saber que no va a durar para siempre y será sustituido por otros
sentimientos.
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