Del libro “Por el placer de vivir” de César Lozano
El peor momento que podemos elegir para tomar decisiones es
precisamente cuando se está enojado.
Al respecto, recordé una historia que me compartieron.
Un hombre tenía que tomar una decisión importante. Acudió
con un sabio a quien él respetaba y admiraba por su forma inteligente de
solucionar los problemas. Le expresó su preocupación sobre decir sí o no a un
ofrecimiento.
El sabio le dijo: “Sube a lo alto de aquella montaña. Al
llegar a la cumbre encontrarás una piedra. La tomas y la lanzas con fuerza
hacia arriba. Si la piedra cae a tu derecha, haz lo que se te propuso. Si la
piedra cae a tu izquierda, la respuesta es no. No lo hagas.”
El hombre subió feliz a la montaña con la seguridad de que
el sabio le había dado el mejor consejo. Al llegar a la cumbre, se encontró la
piedra, tal y como el hombre se lo había dicho. La agarró y la lanzó con fuerza
hacia arriba, y de pronto, ¡la piedra le cayó en la cabeza! Con mucha rabia y
dolor el hombre bajó de la montaña a buscar al sabio.
Entró a su casa abruptamente y le dijo: “¡Me mentiste!”
“¿Por qué me dices eso?”, preguntó el sabio.
“¡Porque la piedra la lancé como me dijiste, pero me cayó
en la cabeza!”
A lo que el sabio le contestó: “¡Y después de que cayó en
tu cabeza, a dónde fue a parar, a tu derecha o a tu izquierda?”
“Pues no sé” dijo el hombre sobándose todavía del
dolor. “No me fijé,”
“Ah, dijo el sabio.
Así son las decisiones. El
peor momento para tomarlas es cuando se encuentra uno enojado por el dolor.”
Moraleja:
nunca tomemos una decisión importante o trascendente cuando estemos
enojados.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario