Del libro “Joderillo Una luz en
la oscuridad” de Fidel Alcántar Pérez
- Primero, deben tener
en cuenta que “el éxito” no distingue razas, no es parcial, no está reservado
para unos cuantos; está disponible para quien lo desee. Así como hemos escuchado a mucha gente decir
que solo en el diccionario encontrarás “el éxito” antes que “trabajo”, de la
misma manera, solo en el diccionario encontrarán “fama” antes que “preparación
y perseverancia”.
Gustavo y Joderillo
tomaban algunas notas mientras Jackie hablaba.
Define tu meta y visión. Debes saber hacia dónde vas, hacia dónde
quieres llegar. De lo contrario, te va a
suceder lo que a aquel señor que le pregunta a otro: “Oiga, amigo, ¿por aquí
voy bien?, y el otro responde: “¿Y a dónde quiere ir?, “Pues no sé”, dice el
amigo, “¡Ah, entonces va bien, siga por ahí”!
Debes tener fe. Cree en ti, pues nadie lo hará por ti. Tendrás que empezar a pensar que sí se
puede. Visualiza el final que tú quieres
y así será.
Aprovecha el fracaso. Debes estar consciente de que en ocasiones
tal vez caigas, pero si quieres seguir adelante tendrás que levantarte. El fracaso puede ser tu gran aliado si lo
recibes como una gran oportunidad para crecer, en ese omento se convierte en tu
amigo y obtienes un buen aprendizaje.
No te pongas límites. Nunca pierdas de vista la meta porque
entonces tropezarás en cualquier obstáculo; si encuentras alguno, simplemente
evádelo, rodéalo, concéntrate en la solución, no en el problema, el cual es el
obstáculo en sí mismo.
Fortalece tu voluntad. ¿Con cuál actitud enfrentas la vida?, ¿quieres
lograrlo o no? Pule tus hábitos y convierte los malos en buenos o sencillamente
deséchalos. Camina con disciplina.
Sé responsable. Acepta tus errores, no busques culpables.
Alguien dijo que solo los mediocres no aspiran a superarse.
Sé honesto. No pretendas justificarte, primero entiende y
sé responsable de tus acciones.
Aprovecha el tiempo. Tendrás éxito cuando utilices el tiempo para pensar y
ser creativo; fracasarás cuando desperdicies el tiempo en lamentos y buscando
compasión. No trates de administrar el
tiempo, administra tu vida; lo importante es saber qué vas a hacer con las
veinticuatro horas que tiene cada día, y con frecuencia haz y responde las
siguientes preguntas: ¿Cómo lo estoy
haciendo?, ¿para qué lo estoy haciendo?
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