Del libro “La vida es para gozarla” de
Arturo Malpica
La fábula del
“tonto”
Se cuenta que, en provincia, un grupo de
personas se divertía con el “tonto” del pueblo, un pobre infeliz de poca
inteligencia quien vivía haciendo pequeños mandados y recibiendo limosnas. Cada día, algunos hombres lo llamaban y le
ofrecían escoger entre dos monedas: una
de tamaño grande de 50 centavos y otra de menos tamaño, pero de un peso. Él siempre agarraba la más grande y, por
supuesto, menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día, alguien que observaba cómo se
divertían esos amigos, llamó al hombre aquel
y le preguntó si aún no había percibido que la moneda de mayor tamaño
valía menos, y éste le respondió:
- Lo sé, no soy tan tonto, vale la mitad,
pero el día que escoja la otra, el jueguito se acaba, y no voy a ganar más mi
moneda.
Esta historia podría concluir aquí, como un
simple chiste, pero se pueden sacar varias conclusiones:
·
Primera: Quien parece tonto, no siempre lo es.
·
Segunda: ¿Cuáles eran los verdaderos tontos de la
historia?
·
Tercera: Una ambición desmedida puede acabar cortando
tu fuente de ingresos.
·
Cuarta: Puedes estar bien, aun cuando otros no tengan
una buena opinión sobre ti. Por lo
tanto, lo que importa no es lo que piensan ellos de ti, sino lo que tú piensas
de ti mismo.
Moraleja:
El verdadero hombre
inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que aparenta ser
inteligente.
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