Del Libro “¡Ya
supéralo! Te adaptas, te amargas o te
vas” de
César Lozano
EL
ANCIANO AMARGADO
Este relato lo leí hace muchos años y me dejó una gran
enseñanza:
Un anciano vivía en un pueblo. Todo el pueblo estaba cansado de él, siempre estaba
triste, se quejaba constantemente y siempre lo encontraban de mal humor. Cuanto más vivía, más vil era y más venenosas
se hicieron sus palabras. Entonces la
gente hizo todo lo posible para evitarlo porque su desgracia era
contagiosa. Creaba la sensación de
infelicidad en los demás.
Pero un día, cuando cumplió 80 años,
sucedió algo increíble. De la
nada todos comenzaron a escuchar el rumor:
“El viejo está feliz hoy,
no se queja de nada, sonríe, incluso su rostro parece iluminado.”
Toda la aldea se reunió alrededor del hombre y le
preguntó: “¿Qué te ha pasado?”
El viejo respondió:
“Nada especial. Ochenta años
perseguí la felicidad pero fue inútil.
Ahora decido vivir sin felicidad y simplemente esforzarme en disfrutar
la vida. ¡Y así he alcanzado la
felicidad!”
La moraleja de esta historia es muy clara: no
persigas la felicidad, ¡disfruta la
vida!
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