lunes, 20 de enero de 2025

 

Regreso al trabajo después de una pérdida significativa. (Autora: Alicia Campos Vera)


Reanudar actividades después de haber perdido a un ser querido, es lo más recomendable.  Para el doliente puede ser difícil y doloroso, y para los compañeros de trabajo suele resultar incómodo, al no saber cómo actuar, así que aquí te comparto algunas sugerencias:

Para el doliente:

Nadie, absolutamente nadie va a entender como te sientes, por mas detallado que se lo describas, no va a entender por lo que estás pasando; pero todos, entenderán que hay dolor y tristeza. Por lo tanto, tú decides que tanta información proporcionas y a quien. Por otro lado, si no te sientes con ganas ni de hablar, puedes informarle a tu jefe, o tus compañeros y amigos mas cercanos, que te den tu espacio, que no te pregunten, que no te abracen, que no te den el pésame, o lo que creas que te pueda incomodar, y puedes indicar que conforme vayas procesando tu duelo y te sientas mejor, tú se los harás saber.

Si te sientes torpe o sin poderte concentrar en tus tareas, háblalo con tu jefe. O si cometes un error ante un cliente, puedes disculparte y agregar que tuviste una pérdida significativa recientemente, que pudiera estar afectando tu desempeño, e igualmente comunícaselo a tu jefe, solo para que traten de entenderte.

 

Para los compañeros de trabajo:

No le digas, “sé cómo te debes sentir, porque no lo sabes; puedes tener una idea de cómo TÚ te sentirías o te sentiste, en alguna situación similar, pero no puedes asegurar el cómo esa persona se siente.

Prohibido decir “échale ganas, porque minimizas su esfuerzo.

Evita preguntar de que murió, como murió, etc. (espera que la información provenga del doliente).

Por ningún motivo des consejos no pedidos, y evita dar órdenes como: “no llores, no la dejas descansar”, “no vistas de negro”, “ya saca sus pertenencias…”, etc.

Por lo general el doliente no quiere comentarios que le recuerden su pérdida, solo quiere que respeten su privacidad, su tristeza, su coraje, y a veces solo quiere compartir (sacar) su dolor, sin ser juzgado, criticado o comparado. El que decir o que hacer, va a depender del grado de cercanía o vínculo afectivo que tengan. A veces, una mano en el hombro puede ser suficiente para mostrar presencia y afecto. La frase “mis condolencias” es preferible a “mi mas sentido pésame”. Antes de abrazar al doliente, pregúntale si puedes hacerlo y respeta su decisión.  También puedes preguntarle si quiere hablar sobre lo ocurrido. Y si en verdad no sabes ni que decir, puedes sincerarte diciendo algo como “supe de tu pérdida, pero la verdad no sé que decir”.  Por último, las tarjetas de pésame se recomiendan, porque el doliente las leerá cuando esté listo.

En conclusión: El doliente tiene derecho a procesar su duelo como mejor le funcione y sus compañeros de trabajo a respetar sus decisiones y… entre menos digan, mejor.

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