Regreso al trabajo después de una pérdida significativa. (Autora: Alicia Campos Vera)
Reanudar actividades después de haber perdido a un ser
querido, es lo más recomendable. Para el
doliente puede ser difícil y doloroso, y para los compañeros de trabajo suele
resultar incómodo, al no saber cómo actuar, así que aquí te comparto algunas
sugerencias:
Para
el doliente:
Nadie, absolutamente nadie va a entender como te sientes,
por mas detallado que se lo describas, no va a entender por lo que estás
pasando; pero todos, entenderán que hay dolor y tristeza. Por lo tanto, tú
decides que tanta información proporcionas y a quien. Por otro lado, si no te
sientes con ganas ni de hablar, puedes informarle a tu jefe, o tus compañeros y
amigos mas cercanos, que te den tu espacio, que no te pregunten, que no te
abracen, que no te den el pésame, o lo que creas que te pueda incomodar, y
puedes indicar que conforme vayas procesando tu duelo y te sientas mejor, tú se
los harás saber.
Si te sientes torpe o sin poderte concentrar en tus tareas,
háblalo con tu jefe. O si cometes un error ante un cliente, puedes disculparte
y agregar que tuviste una pérdida significativa recientemente, que pudiera
estar afectando tu desempeño, e igualmente comunícaselo a tu jefe, solo para
que traten de entenderte.
Para
los compañeros de trabajo:
No le digas, “sé cómo te debes sentir”, porque
no lo sabes; puedes tener una idea de cómo TÚ te sentirías o te sentiste, en
alguna situación similar, pero no puedes asegurar el cómo esa persona se
siente.
Prohibido decir “échale ganas”, porque
minimizas su esfuerzo.
Evita preguntar de que murió, como murió, etc.
(espera que la información provenga del doliente).
Por ningún motivo des consejos no pedidos, y evita
dar órdenes como: “no llores, no la dejas descansar”, “no vistas de negro”, “ya
saca sus pertenencias…”, etc.
Por lo general el doliente no quiere comentarios que le
recuerden su pérdida, solo quiere que respeten su privacidad, su tristeza, su
coraje, y a veces solo quiere compartir (sacar) su dolor, sin ser juzgado,
criticado o comparado. El que decir o que hacer, va a depender del grado de
cercanía o vínculo afectivo que tengan. A veces, una mano en el hombro
puede ser suficiente para mostrar presencia y afecto. La frase “mis
condolencias” es preferible a “mi mas sentido pésame”. Antes de abrazar al
doliente, pregúntale si puedes hacerlo y respeta su decisión. También puedes preguntarle si quiere hablar
sobre lo ocurrido. Y si en verdad no sabes ni que decir, puedes sincerarte
diciendo algo como “supe de tu pérdida, pero la verdad no sé que decir”. Por último, las tarjetas de pésame se
recomiendan, porque el doliente las leerá cuando esté listo.
En conclusión: El doliente tiene derecho a
procesar su duelo como mejor le funcione y sus compañeros de trabajo a respetar
sus decisiones y… entre menos digan, mejor.
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