jueves, 20 de marzo de 2014

“Una bella sonrisa”….. del Libro ?????? ...... de Alicia Campos



Cuando era niña, reía a carcajadas con la naturalidad y espontaneidad que tienen las criaturas en sus primeros años, ante eventos graciosos, situaciones divertidas y hasta por el simple hecho de sentirse feliz; pero luego cuando se me empezaron a caer los dientes, cubría mi boca cada vez que sonreía para evitar la burla de la gente, principalmente de mis compañeros y compañeras de clase.  No me sentía tan mal, porque no era la única entre los chiquillos de la edad, pero de cualquier forma me limitaba en reír abiertamente.
En la adolescencia las cosas se complicaron, porque a pesar de tener ya mi dentadura completa, estaba totalmente desalineada sobresaliendo al frente los famosos “dientes de conejo” y los conocidos “colmillos de vampiro” y entonces si dejé de reír, o lo hacía solo ante familiares y amigos muy cercanos y tapándome la boca.
Pasaron unos 3 años y poco a poco volví a reír a veces al descubierto, otras agachando la cabeza para que no pudieran ver mi fea dentadura, y otras veces utilizando mis manos o algún otro objeto para ocultar mis dientes.
Cuando obtuve mi primer trabajo, recuerdo esperar con ansias el primer cheque porque estaba decidida a ir con un ortodoncista para mi arreglo bucal, pero una vez teniendo el dinero en mano preferí gastármelo en una cena con mi mamá y un poco de ropa.  El segundo cheque fue para más ropa, zapatos y una ida al cine, y así sucesivamente siempre había “otras prioridades”. 
El tiempo pasó y aunque en la edad adulta ya reía con naturalidad, estaba consciente de que algunas personas criticarían mi sonrisa por el mal acomodo de mi dentadura, así que por fin hice cita con el ortodoncista para un presupuesto, el cual en aquel entonces equivalía a un viaje a Cancún, México y decidí realizar el viaje.
Un día conocí a una familia norteamericana, y el comentario de la señora NUNCA lo olvidaré ya que cambió por completo la percepción de mi propia sonrisa.  Le dijo a la persona que nos presentó… “¿Sabes que me gusta de tu amiga? …. ¡Su sonrisa!!!  Es tan natural, tan franca, tan espontánea, irradia felicidad  
Obvio que en cuanto inició la pregunta “¿sabes que me gusta de tu amiga?” me quedé atenta a la respuesta que para mi sorpresa fue… “su sonrisa”.  No había cámaras que grabaran la expresión de mi rostro pero estoy segura que me quedé  boquiabierta.  No lo podía creer!!!!  Años creyendo que tenía una de las peores sonrisas y a ella le gustaba;  A una persona proveniente de una cultura donde las aseguranzas dentales  forman parte de su día a día.  
Al reflexionar en lo que acababa de escuchar, entendí que había una enorme diferencia entre una sonrisa y un perfecto acomodo de las piezas dentales. Ella estaba describiendo mi sonrisa como el resultado de tener alegría en el alma, y que yo equivocadamente ocultaba por temor a burlas, desaprobación y críticas que tal vez ni ocurrirían.

Desde entonces, río como cuando era niña y vivo feliz y orgullosa de mi bella sonrisa!!!!

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario