jueves, 25 de julio de 2013

Del Libro “Los 7 peores errores que cometen los padres” de John & Linda Friel




Tú puedes descubrir que algo del dolor que experimentas como padre es causado, al menos en parte, por algunos de estos SIETE errores de la paternidad.

1)       Mimar a tu hijo
2)       Dejar tu matrimonio en último término
3)       Someter a tu hijo a una actividad excesiva
4)       Ignorar tu vida emocional o espiritual
5)       Querer ser el mejor amigo de tu hijo
6)       No ofrecerle a tu hijo una estructura
7)       Esperar que tu hijo haga realidad tus propios sueños.


NO OFRECERLE A TU HIJO UNA ESTRUCTURA

De acuerdo con nuestra experiencia, como padres y psicólogos es mucho más eficaz establecer unas cuantas reglas que puedan ponerse en vigor de manera consistente, que tener muchas caóticamente impuestas.

Una inconsistencia diseminada inhibe el crecimiento de la estructura interna que necesitamos para convertirnos en seres humanos civilizados.
¿Cómo podemos esperar que nuestros niños tengan una estructura interna, así como habilidades de autodisciplina y autorregulación, si nosotros carecemos de ellas?
¿Alguna vez te preguntaste por qué es tan común que los padres lleven a sus hijos a terapia, para descubrir que son ellos quienes deben continuar en terapia sin la presencia de los niños?  Tener una gran cantidad de reglas insignificantes y no saber como imponerlas es síntoma de algo.  Es un marcador, un signo, un indicador, una bandera roja, la punta del iceberg, que grita:  “¡Algo anda mal!”  La parte más triste de esta película es ver a los padres enojados con sus hijos por ser unos pequeños monstruos, cuando éstos sólo responden a un sistema que ha sido caótico durante años y años.

Si creciste en una familia típicamente estadounidense aprenderás que, sin importar lo que hagas, puedes contratar a un abogado para salir de la situación en la que te has metido.  Si creciste en Inglaterra o Irlanda, es más probable que aprendas a ser cortés con los demás. 
Si tus padres te permitieron maldecir, contestar con insolencia  y ser grosero con ellos, crecerás con gran dificultad para reprimir tus impulsos cuando, por decir algo, estás hablando con tu jefe.  Sin una estructura interna que te diga: “Comunícate con tus superiores de manera respetuosa,”  puedes atestiguar  tus despidos sucesivos, y a la vez, sentirte “agraviado,:  “incomprendido”  y  “juzgado injustamente”  cuando, de hecho, se ha conducido de manera terriblemente impropia.

Si tu familia se encuentra fuera de control, si cada vez tienes más reglas, más y más regaños, menos y menos obediencia por parte de tus hijos, dolores de cabeza cada vez más frecuentes y explosiones emocionales, estás listo para un cambio.  Ve a algún lugar silencioso y reflexiona sobre todas tus reglas y expectativas, como también las de tu pareja, y escríbelas en un pedazo de papel.

Cuando termines, ve el papel con tu pareja y observa lo que sientes.  ¿Vergüenza?  ¿Miedo al caos?  ¿Enojo porque los hijos no cumplen tus peticiones?  Está bien.  Pon el papel en un lugar seguro.  Y haz algo distinto durante el resto del día.  Después de esperar al menos veinticuatro horas, vuelve a tomar el papel y escoge un punto de la lista.  Quizá sería bueno que escogieras uno pequeño.  Uno fácil.  Elige uno con el que sepas que vas a tener éxito.  Tu pareja y tú deben acordar que ésta es la única regla en la que se concentrarán durante las siguientes semanas.  Además, deben ponerse de acuerdo en que, por el momento, olvidarán las otras.

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