Aspectos POSITIVOS del
trabajador mexicano.
Los
aspectos más positivos del trabajador mexicano los encontramos en su actitud servicial, inclinada a la
colaboración siempre y cuando se sienta aceptado y valioso. Las empresas de servicio harían bien en
aprovechar estas cualidades recompensando a sus trabajadores por su actitud
servicial y cooperativa. Fácilmente
pueden, por este medio, desarrollar lealtad a la empresa.
Su
arraigada religiosidad lo defiende:
permite que pese a ser inhibido y melancólico, no sea desesperanzado ni
desesperado; en las más tristes
carencias o situaciones conserva su fe en Dios y en la vida. Su sentido
del humor también permite al mexicano adaptarse a cualquier
adversidad.
Por otra
parte, su capacidad imaginativa
conviene orientarla más hacia el esfuerzo creador que a las soluciones
improvisadas de último momento. Existen
características en nuestro pueblo que lo predisponen o lo acercan a lograr una
alta calidad en la producción; al mexicano le gusta lo bonito, el nuestro es un
pueblo que valora la belleza y el arte. Vasconcelos decía hace más de 50 años que “el
arte es la única salvación de México.”
Otra
cualidad del mexicano es su flexibilidad,
que en el ámbito laboral hace que se encuentre dispuesto a tipos de producción
muy diferenciados, a fin de cumplir las exigencias de los clientes. Asimismo, su ingenio puede aprovecharse para el mejoramiento de la calidad de
los servicios y productos.
El respeto y la obediencia, unidos a su flexibilidad e
ingenio, hacen que el trabajador mexicano sea muy apreciado en otras
culturas. ¿Por qué no valorarlo aquí
mismo y reconocer abiertamente su actitud servicial y generosa?
La
facilidad con que se puede relacionar
y la alta valoración de los amigos,
así como su extroversión al manifestar
sus sentimientos, propician su integración a los equipos de trabajo y ponen
una plataforma para construir un ambiente cordial y armonioso que permite la
satisfacción tanto de necesidades sociales como de seguridad emocional.
En
condiciones favorables, el mexicano puede ser un excelente trabajador, dispuesto a todo, a colaborar con su esfuerzo
y con el deseo de lograr lo mejor, pero necesita saberse valorado, útil e
importante.
Su
predisposición a sobrellevar la vida y su actitud
un tanto lúdica, le permiten no sólo una apreciable capacidad hacia el
trabajo, sino también encontrar la vida lo suficientemente agradable como para
poder gozarla. Aunque también puede ser
pasivo, fatalista y dependiente, es afectuoso,
obediente, humilde, y cooperativo.
Tenemos tanto o más
potencial que los habitantes de otros países, sólo hace falta aumentar la responsabilidad
por parte de unos (los trabajadores) y fomentar el aprecio de estos valores por
parte de otros (empresarios y gerentes).
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