jueves, 18 de julio de 2013

Del Libro “Psicología del mexicano en el trabajo” de Mauro Rodríguez y Patricia Ramírez.






Aspectos POSITIVOS del trabajador mexicano.


Los aspectos más positivos del trabajador mexicano los encontramos en su actitud servicial, inclinada a la colaboración siempre y cuando se sienta aceptado y valioso.  Las empresas de servicio harían bien en aprovechar estas cualidades recompensando a sus trabajadores por su actitud servicial y cooperativa.  Fácilmente pueden, por este medio, desarrollar lealtad a la empresa.

Su arraigada religiosidad lo defiende: permite que pese a ser inhibido y melancólico, no sea desesperanzado ni desesperado;  en las más tristes carencias o situaciones conserva su fe en Dios y en la vida.  Su sentido del humor también permite al mexicano adaptarse a cualquier adversidad. 

Por otra parte, su capacidad imaginativa conviene orientarla más hacia el esfuerzo creador que a las soluciones improvisadas de último momento.  Existen características en nuestro pueblo que lo predisponen o lo acercan a lograr una alta calidad en la producción; al mexicano le gusta lo bonito, el nuestro es un pueblo que valora la belleza y el arte.  Vasconcelos decía hace más de 50 años que “el arte es la única salvación de México.”

Otra cualidad del mexicano es su flexibilidad, que en el ámbito laboral hace que se encuentre dispuesto a tipos de producción muy diferenciados, a fin de cumplir las exigencias de los clientes.  Asimismo, su ingenio puede aprovecharse para el mejoramiento de la calidad de los servicios y productos.

El respeto y la obediencia, unidos a su flexibilidad e ingenio, hacen que el trabajador mexicano sea muy apreciado en otras culturas.  ¿Por qué no valorarlo aquí mismo y reconocer abiertamente su actitud servicial y generosa?

La facilidad con que se puede relacionar y la alta valoración de los amigos, así como su extroversión al manifestar sus sentimientos, propician su integración a los equipos de trabajo y ponen una plataforma para construir un ambiente cordial y armonioso que permite la satisfacción tanto de necesidades sociales como de seguridad emocional.

En condiciones favorables, el mexicano puede ser un excelente trabajador, dispuesto a todo, a colaborar con su esfuerzo y con el deseo de lograr lo mejor, pero necesita saberse valorado, útil e importante.

Su predisposición a sobrellevar la vida y su actitud un tanto lúdica, le permiten no sólo una apreciable capacidad hacia el trabajo, sino también encontrar la vida lo suficientemente agradable como para poder gozarla.  Aunque también puede ser pasivo, fatalista y dependiente, es afectuoso, obediente, humilde, y cooperativo.

Tenemos tanto o más potencial que los habitantes de otros países, sólo hace falta aumentar la responsabilidad por parte de unos (los trabajadores) y fomentar el aprecio de estos valores por parte de otros (empresarios y gerentes).


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