jueves, 30 de octubre de 2025

Las dos pasajeras. Autora: Alicia Campos Vera

 

“Las dos pasajeras”.   Autora:  Alicia Campos Vera

 



Imagina un paseo en taxi donde La Vida y La Muerte son las compañeras de viaje.

Desde que inicia el recorrido, La Vida no para de admirar las bellezas del entorno, describe detalladamente el colorido del paisaje, la belleza de flores y la majestuosidad de los árboles, y hasta la música lejana que parece acompañarlos en el trayecto. Después de un rato comienza a hablar de su fascinación por el cuerpo humano, por la inteligencia y por esa capacidad de asombro que poseen todas las personas.  La Muerte, en cambio, solo observa y permanece callada e inexpresiva.

Es un viaje bastante largo, y La Vida no para de hablar. Su tono se vuelve más pausado cuando toca el tema de los sentimientos y las emociones, pues representa todo un enigma que requiere ser analizado con calma. El conductor a ratos presta atención y otras veces muestra enfado y desgano. La Muerte, quisiera intervenir indicando que es importante lo que La Vida le está enseñando, sobre todo en cuanto al tema del enojo, la culpa, la depresión y la ansiedad, pero no se atreve.

Ya han recorrido más de la mitad del camino cuando La Vida pregunta al conductor si es feliz, y cuáles son sus expectativas para el resto de su transitar por el mundo. Él se sorprende. Nadie le había hecho esa pregunta antes y no sabe que contestar. Tras una larga pausa, confiesa que su vida le parece monótona, vacía y sin un rumbo fijo. Al ver por el retrovisor la expresión de asombro de sus dos pasajeras, añade que tal vez haga algunos cambios, aunque en realidad no sabe bien como empezar. Solo tiene claro que debería dejar de fumar y de beber.

Durante un buen trecho, los tres personajes viajan en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos. La Vida, inquieta y alegre, termina por sentirse incómoda y decide romper el silencio con el tema de sueños e ilusiones. El chofer les confiesa que ha dejado muchas cosas inconclusas, y que la falta de dinero le ha impedido realizar algunos proyectos. Luego suspira hondo y en voz baja, admite que renunció a algunos sueños de su adolescencia, convencido de que ya era demasiado tarde para retomarlos.

El chofer conduce a una velocidad arriba de los límites permitidos, aunque con muy buena destreza al volante, pero mientras reflexiona sobre lo que ha dejado inconcluso en su vida, acelera más y más, al grado de tener que frenar abruptamente un par de veces. Sin darse cuenta, enciende un cigarrillo, y baja la ventana para dejar escapar el humo. Por el espejo retrovisor nota las miradas fijas de La Vida y La Muerte, que parecen recordarle algo que él mismo acaba de olvidar…. pero las ignora.

Entonces La vida cambia a un tema que considera de mucha valía. Con una actitud optimista, aunque con un tono sereno, le dice que, si desea una vida larga y plena, debe cuidar su cuerpo y su mente, alimentarse bien, hacer ejercicio, disfrutar y agradecer lo que tiene. Le habla también de la importancia de dejar una huella positiva en su entorno, de dar amor, de ser empático, de ser bondadoso y de compartir el conocimiento que otorgan los años. Pero el conductor se muestra impaciente y molesto. La vida decide guardar silencio.

Al aproximarse a una ruta de curvas pronunciadas, La Vida decide concluir su viaje. Se despide con una sonrisa y desciende. La muerte, entonces, toma la palabra por primera vez y le da instrucciones al conductor para continuar hacia un nuevo destino.      


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jueves, 23 de octubre de 2025

 

Del libro: “El lado fácil de la gente difícil” de César Lozano

 

¿Cómo te gustaría ser recordado?

  




Hoy sería un buen ejercicio el siguiente:

 

1.       Pregunta a la gente que verdaderamente te conoce ¿Cuáles características valoran más en ti? ¿Qué acciones o actitudes aprecian en tu persona? Si tardan en contestar, tal vez te espera un trabajo arduo en los próximos días.

 

¿Qué es lo que más les agrada de ti?

¿Qué recuerdan de ti respecto a tus acciones del pasado?

¿Qué disfrutan más de ti en la actualidad?

Ése será un excelente inicio para conocerte y dar el siguiente paso.

 

2.       Haz tu epitafio sin pensar que se leerá después de tu muerte, lo cual siempre causa incertidumbre y temor por enfrentarnos a lo desconocido. No tanto por la muerte en sí, sino por el ¿Cuándo y cómo será? Hay quienes repiten una y otra vez que no temen morir, lo cual no dudo, pero en el fondo de nuestro corazón siempre se alberga el temor de ese momento, dónde será y qué hay después de ese paso que todos daremos.

 

3.       Analiza la congruencia entre tu epitafio y la vida que actualmente llevas. Identifica si tus acciones inciden con la forma en que te gustaría ser recordado por familiares, amigos y conocidos.

 

4.       Como complemento a este ejercicio, sé honesto y piensa qué cambios requieres para ser recordado con admiración.  ¿Qué debo hacer desde hoy para que mi familia se exprese de mi de la mejor manera? Para que jamás bajen la cabeza con vergüenza ante la vida que llevamos.


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jueves, 16 de octubre de 2025

Del libro “Joderillo Una luz en la oscuridad” de Fidel Alcántar Pérez - EXITO

 

Del libro “Joderillo  Una luz en la oscuridad”  de Fidel Alcántar Pérez

 


- Primero, deben tener en cuenta que “el éxito” no distingue razas, no es parcial, no está reservado para unos cuantos; está disponible para quien lo desee.  Así como hemos escuchado a mucha gente decir que solo en el diccionario encontrarás “el éxito” antes que “trabajo”, de la misma manera, solo en el diccionario encontrarán “fama” antes que “preparación y perseverancia”.

Gustavo y Joderillo tomaban algunas notas mientras Jackie hablaba.

Define tu meta y visión.  Debes saber hacia dónde vas, hacia dónde quieres llegar.  De lo contrario, te va a suceder lo que a aquel señor que le pregunta a otro: “Oiga, amigo, ¿por aquí voy bien?, y el otro responde: “¿Y a dónde quiere ir?, “Pues no sé”, dice el amigo, “¡Ah, entonces va bien, siga por ahí”!

Debes tener fe.  Cree en ti, pues nadie lo hará por ti.  Tendrás que empezar a pensar que sí se puede.  Visualiza el final que tú quieres y así será.

Aprovecha el fracaso.  Debes estar consciente de que en ocasiones tal vez caigas, pero si quieres seguir adelante tendrás que levantarte.  El fracaso puede ser tu gran aliado si lo recibes como una gran oportunidad para crecer, en ese omento se convierte en tu amigo y obtienes un buen aprendizaje.

No te pongas límites.  Nunca pierdas de vista la meta porque entonces tropezarás en cualquier obstáculo; si encuentras alguno, simplemente evádelo, rodéalo, concéntrate en la solución, no en el problema, el cual es el obstáculo en sí mismo.

Fortalece tu voluntad.  ¿Con cuál actitud enfrentas la vida?, ¿quieres lograrlo o no? Pule tus hábitos y convierte los malos en buenos o sencillamente deséchalos.  Camina con disciplina.

Sé responsable.  Acepta tus errores, no busques culpables. Alguien dijo que solo los mediocres no aspiran a superarse.

Sé honesto.  No pretendas justificarte, primero entiende y sé responsable de tus acciones.

Aprovecha el tiempo.  Tendrás  éxito cuando utilices el tiempo para pensar y ser creativo; fracasarás cuando desperdicies el tiempo en lamentos y buscando compasión.  No trates de administrar el tiempo, administra tu vida; lo importante es saber qué vas a hacer con las veinticuatro horas que tiene cada día, y con frecuencia haz y responde las siguientes preguntas:  ¿Cómo lo estoy haciendo?, ¿para qué lo estoy haciendo?

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jueves, 9 de octubre de 2025

Del libro “El Método H.A.B.L.A” de Álvaro Gordoa - Audiencia

 

Del libro “El Método H.A.B.L.A” de Álvaro Gordoa

 



Toda audiencia desea sentirse incluida; desea saber que la conoces y que estás jugando de local. Cuando viajo a dar conferencias, aprovecho los tiempos muertos y las charlas informales para analizar a la audiencia sin que ella sepa que la estoy examinando. Hace poco, una sociedad universitaria me invitó a participar en su congreso académico anual. Durante el traslado del aeropuerto y mientras cenábamos, los jóvenes organizadores me contaron de todo: desde que estaba detenido el proyecto de la alberca del campus por un problema sindical, hasta que me extendían la invitación para asistir la siguiente noche a su fiesta de clausura en el Blush, el antro de moda. Al día siguiente me perdí la fiesta pues tenía que volar a otra conferencia, durante mi ponencia saqué a relucir el problema de la alberca, y aproveché para decirles; “¿Están cuidando su imagen? Respóndanmelo mañana cuando vayan saliendo del Blush”, con lo que logré la risa y empatía de la joven audiencia.

Y es que debemos adecuar nuestras formas a las características de los receptores. Según a quién nos dirijamos y qué deseamos conseguir, usaremos los códigos de comunicación más oportunos. La forma debe de ser una ayuda para la comprensión del fondo, por eso nunca olvides que nuestra comunicación siempre debe ser una CBA (Comunicación Basada en la Audiencia).

Para lograr esto, existe un acrónimo que considero muy útil para analizar a nuestro público y que ocupo cada vez que voy a hablar. Basta con seguir las letras de la palabra AUDIENCE (Laskowsky, 2001):

Análisis.  ¿En el marco de qué evento estás hablando y por qué estás hablando tú?

Understanding (Comprensión). ¿Cuál es el nivel de conocimiento que la audiencia posee sobre tu tema?

Demográficos. ¿Cuál es la nacionalidad, el lugar de residencia, la edad, el sexo, el nivel socioeconómico de la audiencia?

Interés. ¿Qué los motivó a asistir?, ¿pagaron, los obligaron, los invitaron, etcétera?

Environment (Ambiente). ¿Cómo es el lugar donde trabajas, cuánta gente habrá, usarás micrófono, te estarán transmitiendo por streaming en otro lugar?

Necesidades. ¿Qué necesita la audiencia de ti o qué necesitas tú de ella? Es todo lo que hablamos en la definición de objetivos.

Customized (Personalizado). ¿Sobre qué temas puedes hablar o qué dinámicas puedes hacer para conectar mejor con la audiencia? Ejemplo, casos, aplicaciones, noticias, objetivos particulares del evento, etcétera.

Expectativas. Todo lo relacionado a la expectación de la que hablamos en el modelo psicoemocional.

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jueves, 2 de octubre de 2025

 

IMAGINA  Autora:  Alicia Campos Vera

 




Imagina que, por alguna razón tu visión se ha deteriorado al 50%, al igual que tu audición. Además, a partir de HOY ya no tienes trabajo. También te has dado cuenta que tus pies y piernas son frágiles, ya no pueden sostenerte de pie por mucho tiempo. ¿Puedes imaginarlo?

Ahora bien, todos tus excompañeros de trabajo y amigos en general, se han mudado a otros países donde continúan con sus vidas sin hacer contacto contigo, y los extrañas demasiado; pero lo peor del caso es que vives solo (a).

Cuando sales a la calle, notas que las personas hablan otro idioma que no comprendes. ¿Puedes imaginar cómo sería tu vida si de repente todo cambiara tal y como te lo he descrito? ¿Qué harías?

 

Algo similar ocurre con los ancianos, sus facultades físicas y mentales se deterioran, dejan de trabajar y ya nadie les llama o visita, y cuando por fin ven a sus hijos o nietos, éstos hablan de avances tecnológicos que ya no comprenden. Ante dicho panorama, y al no poder dialogar con nadie, se empiezan a aislar, a no encontrarle sentido a vivir y terminan por deprimirse.

 

No abandones a los ancianos, porque son sabiduría pura.  Habla con ellos sobre su historia de vida, sus triunfos y fracasos, sus sueños cumplidos y los no cumplidos, sobre sus preocupaciones, sus anhelos, y la huella que han dejado al transitar por este mundo. También puedes ayudarlos a ejercitarse física y mentalmente, muchos todavía tienen la energía suficiente para salir a caminar, realizar juegos mentales, bailar, divertirse con juegos de mesa, y aprender algo de la nueva tecnología.

 

EN CONCLUSION: IMAGINA un mejor panorama lleno de amor hacia a los ancianos, en realidad ellos no necesitan mucho, solo buena compañía, cariño y respeto.

 

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viernes, 26 de septiembre de 2025

 

Del libro “El camino de la sabiduría” de Jorge Bucay

 

LA VIDA ENSEÑA

 



En un tren se encuentran sentados, uno frente a otro, un afamado biólogo, premiado internacionalmente, y un casi analfabeto campesino del lugar. El primero, con un impecable y formal traje gris oscuro; el otro, con unos gastados pero limpios calzones de campo. Rodeado de libros, el científico. Con un pequeño hatillo de ropa, el lugareño.

— ¿Va a leer todos esos libros en este viaje? — pregunta el campesino.

      No, pero jamás viajo sin ellos — contesta el biólogo.

      ¿Y cuándo los va a leer?

      Ya los he leído… Y más de una vez.

      ¿Y no se acuerda?

      Me acuerdo de éstos y de muchos más…

      Qué barbaridad… ¿Y de qué tratan los libros?

      De animales…

      Qué suerte deben de tener sus vecinos, tener un veterinario cerca…

      No soy veterinario, soy biólogo.

      ¡Ah…! ¿Y para qué sirve todo lo que sabe si no cura a los animales?

      Para saber más y más… Para saber más que nadie.

      ¿Y eso para qué le sirve?

      Mira… Déjame que te lo muestre y, de paso, quizá, haga un poco más productivo este viaje. Supongamos que tú y yo hacemos una apuesta. Supongamos que por cada pregunta que yo te haga sobre animales y tú no sepas contestar, me dieras, digamos, un peso. Y supongamos que por cada pregunta que tú me hagas y sea yo el que no sabe contestar, te diera cien pesos… A pesar de lo desigual de la retribución económica, mi saber inclinaría la balanza a mi favor y al final del viaje yo habría ganado un poco de dinero.

El campesino piensa y piensa… Hace cuentas en la mente ayudándose con los dedos. Finalmente dice:

      ¿Está seguro?

      Convencido — contesta el biólogo.

El hombre de los calzones mete la mano en su bolsillo y busca una moneda de un peso (el campesino nunca apuesta si no tiene con qué pagar).

      ¿Yo primero? — dice el campesino.

      ¿Sobre animales?

      Sobre animales…

      A ver… ¿Cuál es el animal que tiene plumas, no pone huevos, al nacer tiene dos cabezas, se alimenta exclusivamente de hojas verdes y muere cuando le cortan la cola?

      ¿Cómo? — pregunta el científico.

      Digo que cuál es el nombre del bicho que tiene plumas, no pone huevos, nace con dos cabezas, come hojas verdes y muere si le cortan la cola.

El científico se sorprende y hace un gesto de reflexión. En silencio, enseguida se pone a buscar en su memoria la respuesta correcta…Pasan los minutos. Entonces se atreve a preguntar:

      ¿Puedo usar mis libros?

      ¡Claro! — contesta el campesino.

El hombre de ciencia empieza a abrir varios volúmenes sobre el asiento, busca en los índices, mira las ilustraciones, saca un papel y toma algunos apuntes. Luego baja del portaequipajes una maleta enorme y saca de ella tres gruesos y pesados libros que también consulta. Pasa un par de horas y el biólogo sigue revisando páginas y mirando y musitando mientras apunta extraños gráficos en su libreta.

El altavoz anuncia finalmente que el tren está entrando en la estación de destino. El biólogo acelera su búsqueda, transpirando un poco agitado, pero no tiene éxito. Cuando el tren aminora la marcha, el científico mete la mano en el bolsillo y saca un flamante billete de cien pesos y se lo entrega al campesino diciéndole:

      Usted ha ganado… Sírvase.

El campesino se pone de pie y, agarrando el billete, lo mira contento y lo guarda en su bolsillo.

      Muchas gracias — le dice. Y tomando su hatillo, se dispone a partir.

      Espere, espere — lo detiene el biólogo —, ¿Cuál es ese animal?

      Ah… Yo tampoco lo sé… — dice el campesino. Y, metiendo la mano en el bolsillo, saca una moneda de un peso y se la da al científico diciendo:

      Aquí tiene un peso. Ha sido todo un placer conocerlo, señor…

 

NO SIEMPRE EL MÁS LEÍDO ES EL QUE MÁS SABE,

NO SIEMPRE EL MÁS INSTRUIDO ES EL MÁS CULTO,

NO SIEMPRE EL QUE TIENE MÁS INFORMACIÓN

ES EL QUE LLEVA LAS DE GANAR,

TAMBIÉN LA VIDA ENSEÑA… Y MUCHO.

 

 

 Del libro: “¡Con golpes NO! De Martha Alicia Chávez





                                                     Ejercicio 3. Abrazo reconciliador


Consigue un muñeco o una muñeca, según sea el caso, que te recuerde a ti cuando eras niño, ya

sea que busques y compres alguno con características físicas que se parezca a ti, o que tengas uno

que sea significativo por algún valor emocional que tú le des, es muy importante que sea tuyo.

Diariamente tómalo en tus brazos y repítele frases amorosas como:

 Eres especial para mí

 Ahora yo estoy contigo

 Yo te enseñaré a confiar en ti

 Nunca te abandonaré, pase lo que pase

 Te amo incondicionalmente

 Gracias por los aprendizajes que me das

 Ahora estás seguro, pues yo te cuido

Agrega las frases o las palabras que quieras decirle a tu niño; incluso puedes realizar

actividades con tu muñeco o tenerlo en un lugar especial que te recuerde, cada vez que lo

mires, que hay una parte de ti que espera que lo escuches y que lo atiendas. Habrá veces que

te pida hacer algo como jugar en el parque y subirte a un columpio; será tu decisión si te das

permiso o no. La vida es un instante para preocuparnos tanto por el qué dirán.

Al principio puede ser difícil, e incluso puedes pensar que la idea de trabajar con un muñeco

resulta ridículo o inapropiado, pero cuando te permitas hacerlo comenzarás a notar los

cambios en ti. Ésta es justamente la manera de hacerte cargo de tu presente y dejar de ser

una víctima de tu pasado.

… Después de que hemos hecho contacto con nuestro niño interior, es importante

mantenernos cerca: consolarlo cuando está triste, darle confianza cuando la pierde y

seguridad cuando tiene miedo, etcétera. Generalmente, los sentimientos como enojo, miedo,

inseguridad, angustia, tristeza, soledad, vienen de nuestro niño interior. Al experimentarlos

podemos hablarle y consolarlo con frases como las siguientes:

 Aquí estoy contigo

 No te preocupes, yo me haré cargo de resolver esto, ya soy un adulto, y si no puedo

hacerlo, buscaré ayuda.

 Te veo, te escucho, aquí estoy

 Sé que te sientes triste, ¿qué necesitas?


… Si no hemos sanado a nuestro niño interior, cuando somos adultos - sin importar la edad-

vivimos la vida filtrada a través del dolor, el enojo y la frustración de la infancia, la cual

contamina todas nuestras vivencias y relaciones adultas. El resultado de sanar a nuestro niño

interior herido es la paz y la posibilidad de rescatar las maravillosas cualidades de los niños

sanos: curiosidad, alegría, confianza, creatividad y enorme entusiasmo por la vida.


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