Del libro “Del
otro lado del miedo” de Mario Guerra
Ø * El miedo pertenece a la categoría de las “emociones
negativas” y éstas se llaman así no porque sean “malas”, sino porque producen
sensaciones desagradables precisamente para movernos y alejarnos, para evitar o
resolver lo que sea que las haya provocado.
Ø * El miedo se marcha cuando ha cumplido la
función de alertarnos y ponernos a salvo, pero en su modalidad de ansiedad o
angustia existencial, puede permanecer por mucho tiempo hasta que nos adaptamos
o aprendemos a convivir con las causas que lo provocan cuando no es posible
evitarlo.
Ø * Si el miedo no te mueve a evitar,
afrontar, resolver o adaptarte a una situación desagradable, entonces se vuelve
desadaptativo porque no conduce a nada útil.
Ø * No hay miedos imaginarios, lo imaginario
en todo caso pueden ser las causas de tu miedo, pero el miedo siempre es real.
Ø * A muchas personas les gusta exponerse a
experiencias que les provocan miedo, como ver una película de terror o lanzarse
de un paracaídas, pero la percepción del riesgo es calculado, lo que hace que
la experiencia pueda disfrutarse sin caer en pánico.
Ø * La ansiedad y la angustia no son
exactamente lo mismo que el miedo, pero ambas forman parte de la experiencia
del miedo o lo tienen como componente. Por ejemplo, la ansiedad es una forma de
miedo, pero el miedo no es una forma de ansiedad. Recordemos que el miedo es una emoción
primaria. En este libro agrupo estas
experiencias bajo la denominación de “miedo” para efectos prácticos.
Ø * Los trastornos de ansiedad van más allá
del miedo y deben ser tratados por un especialista. Si vives en un estado
constante de miedo por la mayoría de las cosas que te rodean y esto interfiere
con tu vida o tu capacidad de disfrutarla, busca ayuda profesional cuanto
antes. Un psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra pueden ayudarte.
EJERCICIO SUGERIDO
A veces lo que
nos asusta no representa ningún peligro, pero de igual manera da miedo. Ya
vimos que no hay miedos imaginarios, entonces lo que queda por saber es si el
miedo es racional (el que nos protege del peligro) o irracional (el que sólo
nos espanta). Como muchas cosas en la
vida, para saberlo tenemos que ponerlo a prueba, así que hagamos juntos lo
siguiente:
· * Piensa
en algo que te dé miedo o ansiedad hacer.
De preferencia elige algo no muy grande, sino algo más bien pequeño que
a veces hasta te haga sentir mal temerle, pero que aun así te asusta.
Es muy probable que si tienes miedos grandes, tengas varios pequeños, así
que empecemos con uno de esos. Recuerda
que es algo que te asusta hacer, como hablar frente a las personas, por
ejemplo. Asegúrate que no sea algo
realmente peligroso como saltar de un paracaídas; eso será después. Anótalo aquí:
Tengo miedo de: _________________________________________________________________
· * Ahora
realiza una pequeña prueba. Por ejemplo, si tienes miedo de socializar en tu
trabajo, por qué no empiezas por saludar mañana a algunos a los que no les
hablas. Si tienes miedo de hablar en
público, por qué no opinas algo en la siguiente junta o fiesta ante poca gente.
Haz un poco de lo que te asusta,
pero que sea sólo un poco. De lo que se
trata es de que veas si en verdad el resultado es peligroso o terrorífico. Procura que sea algo que normalmente no te
atreves a hacer respecto a lo que te da miedo; busca que te haga sentir cierta
incomodidad o inquietud, pero que no te aterre.
Ahora escribe en una hoja tu experiencia con esta estructura:
Esto que hice me pareció:
______________________________________________________________________________
(Ejemplos: insignificante, soportable, inquietante, horrible, terrorífico,
lo peor).
Si tuviera que narrar brevemente mi experiencia, yo diría que fue:
________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
· * Si lo
que hiciste te pareció insignificante o muy sencillo, prueba mañana haciéndolo
un poquito más desafiante. Si te pareció
algo terrible, entonces mañana bájale “dos rayitas” y haz algo menos atrevido. La idea es que todos los días hagas algo
que tenga que ver con lo que te asusta (sin que te pongas en riesgo) y que
eso te vaya dando pequeños resultados o avances. Cada vez que avanzas un
poquito sientes que progresas y eso resulta motivador. Además, al hacerlo
diario o, al menos, algunas veces a la semana, los resultados son inmediatos
y observables.
o
Una
variante de esto implica llevar a cabo la parte más simple de algo que te
resulte aterrador, hacerla de cinco a diez minutos. Es practicar la habilidad
más básica posible de un grupo de habilidades que no conoces, o hacer un
proyecto muy fácil y no público que no tome mucho tiempo antes de abordar un
proyecto similar pero más difícil o más público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario