sábado, 11 de agosto de 2018

Del Libro “Los cinco ladrones de la felicidad” de John Izzo




Primer ladrón:       El control
Segundo ladrón:   La arrogancia
Tercer ladrón:       La codicia
Cuarto ladrón:      El consumismo
Quinto ladrón:      La comodidad




La ambición es buena; la comparación es una ladrona
El tercer ladrón es sutil.  La ambición es buena, como lo es el deseo de ser mejores.  Pero cuando nuestra vida se basa en compararnos con los demás, pronto nos vemos involucrados en una búsqueda incesante de una felicidad que jamás hallaremos.  Siempre habrá alguien que tendrá más amigos, será más atractivo y poseerá aptitudes que nosotros desearíamos tener.  De este modo, no sólo seremos desgraciados, sino que también seremos incapaces de celebrar el éxito de los demás.  En lugar de preguntarle al espejo:  “¿Quién es la más hermosa?, deberíamos preguntarnos:  “¿Estoy siendo yo mismo?”, ¿he desarrollado todo mi potencial y he llegado a ser los que debía ser?”

Cuatro formas de alejar al tercer ladrón

·         Cuando te des cuenta de que le estás preguntando al espejo en la pared de tu subconsciente en qué te vas a comparar con los demás, recuerda que es el ladrón el que habla.  Te está mintiendo cuando te dice que la vida es una competición en lugar de un viaje.  Pregúntale en su lugar: “ ¿Soy la mejor versión de mí mismo?

·         Practica diariamente la gratitud escribiendo todos los días en un diario o simplemente dedicando unos minutos a identificar tres cosas por las que puedes dar las gracias ese día y una por la que estés agradecido en tu vida. Elige a una persona cada día y escribe tres cosas buenas que te gustaría que le pasaran y que pudieras celebrar con ella.

·         Cuando uses las redes sociales, concéntrate en dar más valor a tus interacciones con los demás, involúcrate con ellos y demuéstrales tu alegría por lo que les sucede.  Cuando hayas calentado este músculo, te darás cuenta de que la felicidad se origina así, no en la codicia.

·         Recuerda que nunca habrá una igualdad social completa en todos los aspectos.  Los demás rara vez son responsables de nuestra infelicidad.  Doma el espíritu de la codicia que hay en tu interior para mejorar el mundo que te rodea.  Siempre que tengas la oportunidad de ayudar a alguien que no es tan afortunado, concéntrate en tu gratitud para manifestar tu amabilidad.

Mantra
La vida no es una competición.  Seré agradecido por lo que tengo y por quien soy.  Celebraré el éxito de los demás, pues cuando me alegro por otros, soy feliz.




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