Primer ladrón: El control
Segundo
ladrón: La arrogancia
Tercer
ladrón: La codicia
Cuarto
ladrón: El consumismo
Quinto
ladrón: La comodidad
Te invito a que pruebes lo que he denominado la
tarea de las dos semanas.
Durante quince días, practica ser consciente de cada momento en que
creas que necesitas obtener un resultado en particular para ser feliz o que
descubras que te estás resistiendo a lo que está sucediendo. Luego practica los
tres pasos: darte cuenta de la presencia
del ladrón, detenerlo y sustituirlo con las palabras: “Elijo estar plenamente presente y aceptar lo
que me ofrece este preciso momento”.
Por ejemplo, puede que te encuentres en un atasco de tráfico
al final de un día agotador en el trabajo.
Estás deseando relajarte en tu sofá en compañía de tu pareja, pero estás
encerrado en el coche y no tienes la menor idea de cuándo llegarás a casa. En este instante, observa cómo tu deseo de
controlar y tu apego a estar en casa te está robando la felicidad. Arresta al ladrón enseñándole educadamente
donde está la puerta, como si le dijeras:
“No me vas a robar”. Luego
sustituye al ladrón por otro patrón mental nuevo y di: “Elijo estar totalmente presente, aceptar
este momento tal como es. Mi felicidad
está aquí, no en el resultado de estar en casa”. Puede que ahora descubras que tu atención
cambia a cómo conseguir ser lo más feliz posible en el atasco de tráfico en el
que AHORA te encuentras. Como el árbol
que creció en una roca del río, busca siempre la forma de florecer, aunque sea
en un atasco de tráfico.
Cuatro formas de alejar al primer
ladrón
1.- Acepta en todo
momento las cosas tal como son. Controla
e influye en lo que puedas, a la vez que eliges aceptar lo que sucede en cada
momento
2.- Acepta las duras
verdades de la vida. La muerte, el
sufrimiento, el dolor, la soledad y la tristeza forman parte de la experiencia
humana, igual que la dicha, la vida, el compañerismo y la felicidad. Recuerda que anhelar que las cosas sean de
otro modo, no la circunstancia en sí, es lo que te roba la felicidad.
3.- Se consciente de
que no puedes controlar ni el pasado, ni el futuro. Cuando sufras por el pasado o te preocupes
por el futuro, acepta que lo único real es el momento presente y elige regresar
tranquilamente a él.
4.- Practica los tres
pasos durante dos semanas: darte cuenta,
detenerlo y sustituirlo. Sé consciente
del control y empieza a acostumbrar a tu mente a que ha de expulsar al ladrón
de tu casa. Esto exige práctica, pero
cuando la domines florecerá tu contentamiento natural.
Mantra:
Elijo estar
en el momento presente y aceptar las cosas como son. La felicidad no está en el resultado que
busco.
.
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