Tú puedes descubrir que algo del dolor que experimentas como padre es
causado, al menos en parte, por algunos de estos SIETE errores de la paternidad.
1) Mimar a tu hijo
2) Dejar tu matrimonio en
último término
3) Someter a tu hijo a una
actividad excesiva
4) Ignorar tu vida emocional
o espiritual
5) Querer ser el mejor amigo
de tu hijo
6) No ofrecerle a tu hijo
una estructura
7) Esperar que tu hijo haga
realidad tus propios sueños.
NO OFRECERLE A TU HIJO UNA ESTRUCTURA
De acuerdo con
nuestra experiencia, como padres y psicólogos es mucho más eficaz establecer
unas cuantas reglas que puedan ponerse en vigor de manera consistente, que
tener muchas caóticamente impuestas.
Una
inconsistencia diseminada inhibe el crecimiento de la estructura interna que
necesitamos para convertirnos en seres humanos civilizados.
¿Cómo podemos
esperar que nuestros niños tengan una estructura interna, así como habilidades
de autodisciplina y autorregulación, si nosotros carecemos de ellas?
¿Alguna vez te
preguntaste por qué es tan común que los padres lleven a sus hijos a terapia,
para descubrir que son ellos quienes deben continuar en terapia sin la
presencia de los niños? Tener una gran
cantidad de reglas insignificantes y no saber como imponerlas es síntoma de
algo. Es un marcador, un signo, un
indicador, una bandera roja, la punta del iceberg, que grita: “¡Algo anda mal!” La parte más triste de esta película es ver a
los padres enojados con sus hijos por ser unos pequeños monstruos, cuando éstos
sólo responden a un sistema que ha sido caótico durante años y años.
Si creciste en
una familia típicamente estadounidense aprenderás que, sin importar lo que
hagas, puedes contratar a un abogado para salir de la situación en la que te
has metido. Si creciste en Inglaterra o
Irlanda, es más probable que aprendas a ser cortés con los demás.
Si tus padres te
permitieron maldecir, contestar con insolencia
y ser grosero con ellos, crecerás con gran dificultad para reprimir tus
impulsos cuando, por decir algo, estás hablando con tu jefe. Sin una estructura interna que te diga:
“Comunícate con tus superiores de manera respetuosa,” puedes atestiguar tus despidos sucesivos, y a la vez, sentirte
“agraviado,: “incomprendido” y
“juzgado injustamente” cuando, de
hecho, se ha conducido de manera terriblemente impropia.
Si tu familia se
encuentra fuera de control, si cada vez tienes más reglas, más y más regaños,
menos y menos obediencia por parte de tus hijos, dolores de cabeza cada vez más
frecuentes y explosiones emocionales, estás listo para un cambio. Ve a algún lugar silencioso y reflexiona
sobre todas tus reglas y expectativas, como también las de tu pareja, y
escríbelas en un pedazo de papel.
Cuando termines,
ve el papel con tu pareja y observa lo que sientes. ¿Vergüenza?
¿Miedo al caos? ¿Enojo porque los
hijos no cumplen tus peticiones? Está
bien. Pon el papel en un lugar
seguro. Y haz algo distinto durante el
resto del día. Después de esperar al
menos veinticuatro horas, vuelve a tomar el papel y escoge un punto de la
lista. Quizá sería bueno que escogieras
uno pequeño. Uno fácil. Elige uno con el que sepas que vas a tener
éxito. Tu pareja y tú deben acordar que
ésta es la única regla en la que se concentrarán durante las siguientes
semanas. Además, deben ponerse de
acuerdo en que, por el momento, olvidarán las otras.
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