Tal vez haya un Patito Feo por ahí que, sin importar la edad
que tenga, no entienda todavía lo que le pasa.
Es por eso que en este cuento le quiero decir algo muy importante. Escúchame muy bien mi queridísimo Patito Feo:
No te angusties, no tengas miedo, no estás solo.
No traiciones nunca tu naturaleza, no trates de ser como
los demás sólo para ser aceptado.
No te quiebres ante las burlas o las pocas muestras de
afecto de aquellos que no piensan más que con su pequeño cerebro de pato. No permitas que nadie te intimide, que nadie
te pase encima y aprende a defenderte.
Los amigos de tu infancia y adolescencia, la mayoría de las personas que
te rodean y aquellos a los que tanto intentas pertenecer, no estarán en tu vida
en diez años, en veinte años. Y como
adulto es lo mismo, la verdad es que la gente se va, la vida cambia, los amigos
toman caminos distintos, pero los que te quieren tal cual eres, siempre estarán
en tu vida. Y los demás, los que te
hacen sentir tan mal…. ¡ni vale la pena que estén! Así que no
renuncies jamás a ti por tratar de quedarte en la vida de alguien que no te
aprecia…. Si alguien te critica por no ser un pato ¡te lo suplico! No les hagas el menor caso.
Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca dejes de
ser tú.
Yo te prometo que si resistes, si no sucumbes ante los demás
y si tienes suficiente paciencia, ese ser maravilloso que vive dentro de ti
desde que llegaste aquí, saldrá a flote con toda su magnificencia.
Solo tienes que aprender a escucharlo y a conocerlo,
conocerlo para poder ayudarlo a florecer, a abrir sus alas y enseñarlo a ser lo
que es: ¡Un cisne!
Créeme que el día llegará, y ese día, podrás sentirte
orgulloso de no haberte traicionado.
Créemelo. Por favor
créemelo, que te lo dice, desde el fondo de su corazón, un ex-pobre Patito Feo.
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