sábado, 5 de marzo de 2016

Del Libro “Los 5 lenguajes del amor” de Gary Chapman




La manera en que hablamos es de suma importancia.  Un antiguo sabio dijo una vez:  “La blanda respuesta quita la ira”.  

Cuando tu cónyuge está enojado, alterado y arremete con palabras descomedidas, si decides ser amorosa no debes responderle de la misma manera, sino con una voz suave.  Recibirá lo que dices como una información sobre su estado emocional. 
Lo dejarás hablar de su dolor, de su ira y de su percepción de los acontecimientos.  Procurarás ponerte en su lugar y ver el asunto con sus ojos y, a continuación, expresar con suavidad y bondad tu comprensión del porqué se siente de esa manera. 


Si actuaste mal con él, desearás reconocer tu error y pedirle perdón.  Si tu motivación es diferente a la suya, le explicarás tu motivación con amabilidad.  Procurarás la comprensión y la reconciliación, y no tratarás de demostrar que tu propia percepción es la única manera lógica de interpretar lo sucedido.  Ese es amor maduro, amor al que aspiramos si buscamos un matrimonio creciente.


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