jueves, 16 de mayo de 2013

Del Libro “Comunícate, Cautiva y Convence” de Gaby Vargas




Salte del Club de la Queja



“Es injusto.” “Sí, pero…”  “El maestro me trae de bajada.” “Todo me sale mal siempre.” “¡Ay, me duele todo!” “Tengo pésima suerte,” “No puedo hacer nada.” “Nunca me vienen a visitar.”  “¡Estoy gordísima!”  “¡Está muy difícil!”
Este club es muy popular y lo constituyen numerosos miembros.  Ser uno de sus socios implica incontables beneficios ya que es muy cómodo.  Es el Club de la Queja.   ¿Conoces algún socio? ¿Eres uno de ellos?
Aunque no lo creas, muchos de nosotros, consciente o inconscientemente, somos miembros fundadores, porque preferimos quedarnos en el limbo de la queja, de la enfermedad imaginaria y de la baja autoestima, antes que entrar al mundo de los “muy seguros de sí mismos”; esto, por temor a perder algunas cosas que consideramos muy útiles para sobrevivir.
Como gozamos de muchos beneficios psicológicos, se dificulta renunciar a ellos para salir adelante.  ¿Te parece descabellado? ¡Por supuesto!. Nunca pensamos en los beneficios como tales y jamás admitiríamos su existencia en forma consciente, sin embargo ahí están.
No importa si tenemos o no la intención de salir de este club: en el fondo podemos llegar a tener una adicción a él y a jugar el papel de socio vitalicio.  Es irónico e increíble lo que te voy a decir, pero nos llegamos a  “sentir bien por sentirnos mal”.  Sí, leíste bien: Nos llegamos a sentir bien por sentirnos mal.  ¡Claro!, porque de esa manera es muy cómodo, si pusiéramos un anuncio en el periódico que invitara a incrementar el número de miembros del club; el anuncio podría decir algo así:
¡Gran oportunidad! Inscríbase al Club de la Queja y obtenga los siguientes beneficios:
·         Siempre logrará captar la atención de los demás
·         Tendrá una excusa permanente para no concentrarse en sus deberes
·         Encontrará el pretexto perfecto para comer lo que quiera y dejarse llevar por los malos hábitos.
·         Podrá evadir sus responsabilidades y culpar a otro si algo sale mal
·         Logrará que la gente sienta lástima por usted
·         Conseguirá que los demás se transformen en sus motivadores permanentes y recibirá, constantemente, halagos y flores que le levantarán el ánimo
·         Será aceptado fácilmente debido a que no representa ninguna amenaza para nadie
·         Nunca fracasará porque nunca intentará nada
·         Si se comporta de una manera inadecuada, no importa.  Los demás lo disculparán porque saben que es una persona que tiene problemas.
·         Todos se compadecerán de usted.  ¡inscríbase ya!
Inscripciones al teléfono…..

Suena tentador, ¿no? Y, ¿te digo una cosa?  Muchos de nosotros somos socios expertos de este club.  Piensa en la cantidad de veces en que; quizá sin darte cuenta, los demás escuchan tus quejas:  “Me siento apachurrado.”  “Estoy en la depre.” “Me lleva el tren.” “Me siento como araña fumigada.” O bien: “La culpa es del maestro, del gobierno o del vecino.”  Criticamos todo y a todos.
…  Es fundamental darte cuenta que, a la larga, pertenecer a este club termina por no funcionar y los aparentes beneficios se revelan como grandes limitaciones para el desarrollo del espíritu y la mente.  Recuerda que la queja degrada al ser humano.  Además, tus pensamientos son como imanes.  Todo aquello que piensas, lo atraes y se refleja en tu vida.  Es increíble, pero nuestra actitud y manera de pensar es lo que le da forma a nuestra vida.  
¿Por dónde empezar?
El primer paso es darte cuenta y hacerte consciente de cada vez que te quejas de algo.  Piensa, ¿cómo cambiarías tu vida si en lugar de una queja saliera de tu una palabra amable, un “gracias”, un comentario de aprecio hacia el otro?
Comparto contigo una de las muchas maneras para salir de este club.  Todas las noches, antes de dormir, haz una lista de cinco o 10 cosas por las que tengas que dar gracias a Dios, a la vida o a quien tú quieras.  Agradece tu salud, tus amigos, los momentos agradables del día.
Poco a poco nos iremos dando cuenta de que cuando la mira está enfocada en la queja, pasamos por alto las innumerables bendiciones que la vida nos da. El cambio en tu actitud se reflejará en toda tu persona y te aseguro que los demás lo notarán de inmediato.  ¡Es cierto!
Se necesita valor y decisión para salir de un cómodo círculo vicioso.  Sin embargo, cuando lo logras, podrás descubrir que tu autoestima crece y, lejos de perder la atención de los demás, la sumarás a la admiración por haber tenido el coraje de desafiliarte del Club de la Queja. 

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