jueves, 6 de septiembre de 2012

Del Libro “Para dar vida a la muerte” de Jorge Fuentes Aguirre



¿Por qué no hablar de la muerte?



Me gustaría hacer una humilde confesión: soy de los que no pensaban en la muerte.  Los fallecimientos me eran sólo un acontecer clínico propio de pacientes desahuciados o de ancianos.  Y recurría a la ciencia para que no ocurrieran.
Después, al involucrarme en la personalidad integral de los enfermos más allá de su padecimiento, fui aprendiendo que el moribundo necesita poco de la medicina y mucho del apoyo humano.  En ese trance, el médico ha de dejar sus explicaciones científicas y volverse persona para estar con el agonizante de ser humano a ser humano.  ¡Cuánto más vale el silencio compasivo que la palabrería inútil de los textos!
También supe que el ser humano ha de pensar en la muerte para que no le sea un acontecer ignorado en su interioridad. Mis 46 años de ministerio médico me han demostrado la importancia que tiene el que las personas se familiaricen en forma natural con la muerte y el morir, sin considerarlos materia prohibida al recato del modernismo.  Tengo comprobado que quienes rehúyen el tema, llegan  sus últimos días sin preparación alguna, acobardados y temerosos.  En cambio, aquellos que piensan con antelación en su muerte, afrontan el final de su vida revestidos de paz y serenidad.
El tema del morir no tiene por qué asustar a la gente.  Me resulta extraño que, en un mundo en el que todo se proyecta y se presupuesta, sea evadida la muerte, siendo un hecho que tarde o temprano llegará a nuestro hogar.  ¿Por qué no hablar, pues, de la muerte con la misma naturalidad  con que se habla de otros asuntos?
Pero más que eso, ¿por qué no aprovechar una preparación para la muerte cuando se está aún en plena vitalidad?  Dice José María Cabodevilla: “Pensar en la muerte no quiere decir desinteresarse de la vida.  Al contrario, no pensar en la muerte sería negarse a pensar seriamente en la vida.  Ustedes, que habrán cerrado los ojos a algún muerto, tendrá qué reconocer que son los muertos quienes abren los ojos a los vivos”.
Un día llegará en que hablar del morir y de la muerte se volverá tema normal.  Después de todo, estamos en la época de las grandes conquistas.  Y la mayor de todas, sobre la conquista del genoma humano, es la conquista de nosotros mismos.  Sólo siendo dueños de nuestro propio señorío podemos hablarnos de tú con los acontecimientos naturales de la vida.  Entre ellos, el de la muerte. 

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