Del libro “Los 5
lenguajes del amor” de Gary Chapman
Actividades de calidad
Además del
lenguaje del amor básico del tiempo de calidad, o el de darle a tu cónyuge tu
total atención, existe otro dialecto
llamado actividades de calidad. En un reciente seminario sobre matrimonio,
les pedí a las parejas que completaran la siguiente oración: “Me siento más amado por mi cónyuge
cuando ________________________________”. He aquí la respuesta de un esposo de
veintinueve años de edad que llevaba ocho de casado:
“Me siento más amado por mi esposa cuando hacemos cosas juntos, las
cosas que me gustan hacer y las cosas que le gustan hacer a ella. Conversamos más. Parece que somos novios de nuevo”. Esta es una respuesta típica de individuos
cuyo lenguaje del amor es tiempo de calidad.
El énfasis se encuentra en estar juntos, en hacer cosas juntos, en darse
atención el uno al otro.
Las actividades
de calidad pueden incluir cualquier cosa en que uno o ambos tengan interés. El
énfasis no está en qué hacen, sino en por qué lo hacen. El propósito es experimentar algo juntos y
marcharse sintiendo que “Él se preocupa
por mí. Estuvo dispuesto a hacer algo
conmigo que disfruto, y lo hizo con una actitud positiva”. Eso es amor y, para algunas personas, es la voz más alta del amor.
Uno de los
pasatiempos favoritos de Emilia es curiosear en las librerías, desde
arrellanarse en los hipermercados, hasta en las tiendecillas de los vendedores
de libros usados. Su esposo Jeffrey, sin
ser un ávido lector, ha aprendido a compartir estas experiencias con Emilia y
hasta le señala libros que quizá disfrute.
Emilia, por su
parte, ha aprendido a hacer concesiones y a no obligar a Jeffrey a pasar horas
en los estantes. Como resultado, Jeffrey
dice con orgullo: “Desde el principio,
me propuse de que si había un libro que quería Emilia, se lo compraría”. Quizá Jeffrey nunca llegue a ser un ratón de
biblioteca, pero se ha convertido en un
perito en amar a Emilia.
Las actividades
de calidad pueden incluir cosas como plantar
un jardín, visitar vecindarios
históricos, hacer compras de
antigüedades, ir a un concierto,
realizar largas caminatas o tener
otra pareja invitada para compartir la
sopa y el pan hechos en casa. Las
actividades solo las limitan tu interés y disposición para probar nuevas
experiencias.
Los ingredientes
esenciales en una actividad de calidad son:
1)
Que al menos uno de los dos quiera hacerlo,
2)
El otro esté dispuesto a hacerlo, y
3)
Ambos sepan por qué lo hacen: para expresarse amor estando juntos.
Uno de los resultados
adicionales de las actividades de calidad es que provee un banco de recuerdos
del cual tomar en los próximos años. Afortunada
es la pareja que recuerda un paseo por la costa temprano en la mañana, la
primavera en que plantaron el jardín de flores, la vez que se lastimaron con
hiedra venenosa persiguiendo el conejo por el bosque, la noche que asistieron
juntos a su primer partido de las grandes ligas de béisbol, la única vez que
fueron a esquiar juntos y él se rompió una pierna, los parque s de diversiones,
los conciertos, las catedrales, y, claro que sí, el encanto de pararse debajo
de una catarata después de una caminata de tres kilómetros. Pueden casi hasta sentir la llovizna cuando
la recuerdan. Esos son recuerdos de
amor, en especial para la persona en que el lenguaje primario del amor es
el tiempo de calidad.
¿Y dónde
encontramos tiempo para tales actividades, sobre todo si ambos tienen
vocaciones fuera del hogar? Hacemos
tiempo de la misma manera que lo hacemos para almorzar y cenar. ¿Por qué? Porque es tan esencial para nuestro
matrimonio como las comidas para nuestra salud.
¿Es difícil? ¿Requiere una planificación cuidadosa? Sí. ¿Significa que tenemos
que renunciar a algunas actividades individuales? Tal vez. ¿Significa que
hacemos cosas que no disfrutamos en lo particular? De seguro. ¿Son
valiosas? Sin duda. ¿Qué saco yo de
eso? El placer de vivir con un cónyuge
que se siente amado y sabe que he aprendido a hablar con fluidez su lenguaje
del amor.
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