sábado, 15 de enero de 2022

Del libro “¡Supéralo! Te adaptas, te amargas o te vas” de César Lozano - Ser Feliz

 

Del libro “¡Supéralo!  Te adaptas, te amargas o te vas”  de  César Lozano

 

Tu tarea de hoy:  ser feliz

 


No entiendo el afán de muchas personas en saber la edad de quienes tratan o conocen.  Tal vez esa curiosidad se deba a la gran cantidad de productos y procedimientos que existen en la actualidad buscando el  forever young  (jóvenes por siempre)

A mi frecuentemente me preguntan mi edad, no sé si porque me veo mayor respecto a la edad que tengo o porque luzco menor.  Ante la pregunta me regalo el derecho de la duda y por autoestima me convenzo de lo segundo: ¡Sin duda cada día me veo mejor!

En una de las tantas ocasiones que me preguntaron mi edad, como siempre que decido responder, les dije los años que tengo, luego me quedé pensando si son los años que tengo verdaderamente.  No dudo de mi fecha de nacimiento, dudo de los años que verdaderamente tengo o que creo que me quedan.

Los años que tengo son los que precisamente tengo para vivir, no los ya vividos.

Me cuestioné muy fuerte los años que probablemente me queden.  Los que por promedio de vida, existe la posibilidad que tenga más si cuido mi salud, si hago ejercicio o procuro controlar las emociones negativas.

Según el pronóstico de vida (al momento de escribir el libro), los hombres viven aproximadamente 76 años, las mujeres 78.  Es sólo un pronóstico y, como sabes, hay quienes se ven y se sienten viejos a los 60 y quienes sienten que están en su mejor momento a los 70.

La cuestión es, ¿Cuántos años crees que vivirás de manera activa con el estilo de vida que llevas? No es mi afán desmotivarte, ¡al contrario! Deseo que tengas una vida larga y saludable, pero estoy seguro de que pensar en esto puede ayudarte a tomar mejores decisiones.

Dejar la felicidad para después es un hábito lamentable. “Algún día será muy feliz… Te aseguro que cuando me gradúe, cuando tenga novia, cuando me case, cuando compremos casa propia, cuando tenga un bebé, cuando tenga otro, cuando se gradúen, cuando se case, cuando me divorcie, cuando encuentre ahora si el amor verdadero, cuando lleguen los nietos, ¡cuando se lleven a los nietos!, cuando se casen los nietos… algún día voy a ser muy feliz.  Te lo aseguro.”

Y esa felicidad la vamos postergando para cuando las condiciones sean las mejores, pero como bien sabes, se arreglan las condiciones y vienen otras adversidades, y luego otras, y otras, y muchas otras, y esa felicidad se va guardando para después, pero el después, tristemente, ¡nunca llega para muchos!

Y no sólo eso, pospones la felicidad y de pronto, ¡sopas!, llegan las enfermedades por estrés, mala alimentación y mil cosas más.  Al respecto te comparto las palabras del doctor Joseph Mercola,  autor del maravilloso libro Sana sin esfuerzo, en el que afirma:  “Tu salud y bienestar juegan un papel importante en tu felicidad.  Después de todo, es difícil sentirse eufórico si no estás bien físicamente.  En cambio, una buena salud mental puede reforzar tu salud física. Mientras intentas formular con claridad tus metas de salud, asegúrate de fijar metas que promueven tu felicidad a largo plazo.  En lugar de que tu objetivo sea seguir algún consejo al pie de la letra, elige  metas que te permitan vivir con más alegría y sin esfuerzo.”  ¿Así o más claro?  Sin duda, una recomendación feliz y contundente.

 

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