domingo, 19 de septiembre de 2021

Del Libro “100 rebanadas de sabiduría empresarial” de Silvia Cherem

 

Del Libro “100 rebanadas de sabiduría empresarial” de Silvia Cherem

 



Había que impactar el mercado para generar demanda.  Lorenzo leía todo lo que caía en sus manos de organización, marketing y ventas.  Sabía que el nombre era fundamental  y desde las primeras juntas de planeación comenzaron a barajar propuestas.  Pensaron ponerle Súper Pan, pero resultó ser un nombre no registrable y, además, tenía un agravante:  si la razón social era súper Pan S. A., sonaría como “súper panza”.

Velasco llegó un día con una larga lista, entre ellos Súper Pan Bimbo.  Contaba don Lorenzo:  “No sé si se le ocurrió usando las consonantes de la película Bambi, producida en 1942 y entonces en carteleras, o por el famoso juego del bingo, popularizado en esa época en los casinos de Las Vegas, Nevada.  Hoy sabemos que bambino en italiano es niño y que coloquialmente a los bambinos les dicen bimbo, pero fue absoluta coincidencia.  Bimbo sonaba bonito, era pegajoso, amable y eufónico, tenía pocas sílabas y cierta connotación infantil.  Decidimos llamarnos Panificación Bimbo S. A.,  nos pareció de mayor categoría.”

 

En diciembre de 1944, cuando buscaban una imagen para la empresa, pensaron en un panadero con actitud de servicio y rostro sonriente, quizá en algún animalito simpático que representara el oficio del panadero.  Jaime Jorba trajo a una reunión un osito que recibió como felicitación navideña, una tarjeta postal de su amiga Linda Darnell, actriz de Hollywood, con quien a menudo se carteaba.

Poco tiempo después de haber llegado a México huyendo de la Guerra Civil española, Jaime había pasado una temporada en Dallas donde estudió high school.  Ahí se hizo amigo de Monetta Eloyse Darnell, de quince años, hija de un empleado de correos, quien soñaba con llegar a ser artista de cine, como después sucedió.  Con el nombre artístico de Linda Darnell viajó a Hollywood a finales de la década de 1930 y destacó como una de las grandes estrellas al lado de figuras legendarias como Tyrone Power.  Jaime mantuvo contacto con ella y a menudo le respondía con tarjetas postales en las que le contaba de sus logros cinematográficos.

Desde Hollywood, ese diciembre, ella le envió la felicitación con ese osito vestido de Santa Claus.  De inicio les gustó y Lorenzo le pidió a su tía Anita Mata de Sendra, esposa del tío Jaime, talentosa dibujante, que lo vistiera de panadero, con delantal y gorro.  Luego, el ingeniero Velasco le cambió la nariz, le agrandó los ojos y así nació el Osito Bimbo que, con los colores azul y rojo, tradición de El Molino, definieron a Panificación Bimbo.

 

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