Del Libro “Una vaca se estacionó en mi lugar” de
Leonard Scheff / Susan Admiston
EL CASO DE LA PERSONA IMPOSIBLE
Nunca luches con un cerdo.
Se ensucia el cerdo,
Te ensucias tú,
Pero al cerdo le gusta.
Canción folclórica
Estadounidense.
En algunos casos,
es posible que vayas a lidiar con alguien que sufre ira crónica. Tal vez sea un cínico que juzga las cosas
todo el tiempo, pues cree que el mundo simplemente no llega a sus
estándares. Quizá incluso busque
ocasiones para expresar su desaprobación como una manera de afirmar su propia
superioridad. Tal vez quieras conservar esa relación por diversas razones: que
ambos tengan una larga historia juntos
o que esa persona posea cualidades que
compensen su ira. En verdad, es posible
que lo que la hace difícil sea precisamente lo que la hace divertida e interesante.
Pero, si quieres conservar la amistad de esta persona, probablemente
tengas que aceptar que su ira forma
parte del paquete. Cuando la
conozcas bien, tal vez entiendas las fuerzas que subyacen en su ira, lo cual
podría ayudarte a no tomarlo a título
personal cuando dirige su actitud iracunda hacia ti.
Por otro lado,
cuanto te percatas de que algunas conductas socialmente aceptables son producto
de lo que puede considerarse una personalidad iracunda, puedes decir que no
quieres tener nada que ver con una persona así.
Hace poco rompí relaciones con un par de viejos amigos que entrarían en
la categoría de críticos- cínicos crónicos.
Me di cuenta de que estar con ellos simplemente me hacía infeliz. No sé
si éste es un cambio en mi actitud; tan sólo ya no valoro a estas personas como
alguna vez lo hice o ya no creo que esté bien ser así.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario