sábado, 25 de julio de 2020

Del Libro: “Las Tres Preguntas” de Jorge Bucay


Del Libro:  “Las Tres Preguntas”  de  Jorge Bucay




Los imbéciles intelectuales,  que son los que creen que no tienen cabeza para ciertas cosas (o temen que se les gaste si la usan) y, entonces, le preguntan al otro:  ¿Cómo soy? ¿Qué tengo que hacer? ¿A dónde debo ir?.  Y cuando tienen que tomar una decisión van por el mundo inquiriendo:  ¿Tú qué harías en mi lugar?.  Ante cada acción construyen un equipo de asesores o de gente “que sabe” para que piense por ellos.  Como realmente creen que no pueden pensar, depositan su capacidad en los demás, y eso es de por sí bastante inquietante.  Su estructura implica a veces un gran peligro, ya que con demasiada frecuencia se les confunde con gente genuinamente amable, considerada y humilde.  Muchos de estos imbéciles pueden terminar, por su actitud confluyente, siendo muy populares y ocupando cargos de gran responsabilidad para los cuales nunca estuvieron capacitados.

Los imbéciles afectivos son los que dependen todo el tiempo de que alguien les diga que los quiere, que los ama, que son lindos, que son buenos.  Un imbécil afectivo está permanentemente en búsqueda de otro que le repita que nunca, nunca, nunca lo va a dejar de querer.  Todos sentimos el deseo normal de ser queridos por la persona que amamos, pero otra cosa es vivir en función de confirmarlo.
Y por último…

Los imbéciles morales, sin duda, los más peligrosos de todos.  Son los que necesitan permanentemente aprobación de afuera para tomar sus decisiones.
El imbécil moral es alguien que necesita de otro para que le diga si lo que hace está bien o mal, alguien que todo el tiempo esté pendiente de si lo que quiere hacer corresponde o no y de “si es o no es” lo que el otro o la mayoría harían.  Son los que se pasan el tiempo haciendo encuestas sobre si tienen o no tienen que cambiar el coche; si les conviene o no comprarse una nueva casa; si es o no el momento adecuado para tener un hijo.
Defenderse de su acoso es bastante difícil aunque se puede intentar simplemente no contestar a sus demandas sobre, por ejemplo, cómo se debe doblar el papel higiénico; pero creo que a la larga lo mejor es … huir.



.

No hay comentarios:

Publicar un comentario