Aunque no
tenga moño, la vida es un regalo.
Hay tanta vida que podemos exprimir en las grietas de
nuestro pequeño día. Puedes hacer que
alguien ría, sonría, tenga esperanza, cante o piense. El día más importante del año no es la Navidad o la Pascua, tu
aniversario o tu cumpleaños. Es el día
en que estás ahora, así es que vívelo plenamente.
Hacerlo significa que saldrás de tu orden, porque la vida es
una revoltura. Si, la vida es un regalo,
cada día de ella, pero no lleva un moño.
Hace años, un sacerdote jesuita me acusó de tratar de vivir con demasiado
cuidado. Me dijo que era como si me
hubiera dado un vestido hermoso, pero me diera mucho miedo ensuciarlo. Me siento en la fiesta sin pastel, sin
ponche, sin juegos. No quiero
ensuciarme.
Él tenía toda la razón.
Me daba tanto miedo caerme, fallar, me daba miedo la vida; así que esperé y fui testigo, pero ya no
más. El cáncer me quitó eso.
Estoy en la gran fiesta y me estoy ensuciando tanto como
puedo…. Y quizá sea la última en irme.
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