domingo, 29 de noviembre de 2015

Del Libro “Primero tu” de Gaby Vargas





Gracias a ti, soy quien soy….

“Una de las mejores cosas que podemos hacer para elevar la felicidad, es reconocer y agradecer a quienes nos rodean”, dice Judith W. Umlas, autora de The Power of Acknowledgement.  Porque no llegamos a este mundo simplemente materializándonos.  Hubo alguien que nos concibió, nos educó, nos prestó su atención y compañía…. Si hicieras la lista de personas que han compartido algo contigo, si trataras de hacer esa lista de pequeñas “deudas”…. ¡no terminarías nunca!

Por lo general, sólo te detienes a reflexionar en ello cuando estas personas ya no están:  “Cómo no le dije que….”, y aquí puedes llenar la frase con un sinnúmero de cosas que se quedan atoradas, sin salir del corazón.  Lleno de culpa, te percatas de que ya es tarde para rendir un tributo, para decir gracias.  Gracias por lo que hiciste, lo que me enseñaste, lo que me dejaste…. En fin.
Dice André Compte-Sponville, en su Pequeño Tratado de las Grandes Virtudes: “…. Nadie es causa de sí mismo ni, por tanto (en última instancia), de su alegría.  Todo es una cadena de causas, y todo nos toca y nos atraviesa.  “Sin embargo, hay quienes en la vida te tocan más, para bien y para siempre.

A veces los seres humanos, por alguna extraña razón, damos escasas muestras de reconocimiento y gratitud a quienes contribuyeron a moldear lo que hoy somos.
Por eso te invito a que pienses un momento:  ¿quién en tu vida te ayudó a ser quién eres?  ¿Quién te forjó?  ¿Quién te exigió sacar lo mejor de ti?  Luego, tómate el tiempo para agradecérselo a esa o a esas personas.  Si puedes, hazlo de manera personal;  si no, escribe una carta en la cual digas:  “Gracias a ti,  soy quien soy…..”  La persona se va a sentir feliz, y tú…. ¡mejor!


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