jueves, 30 de abril de 2015

Del Libro “Caldo de Pollo para el Alma” de Jack Canfield y Mark Victor Hansen




Vayamos a capturar insectos con más frecuencia



Una tarde de otoño salí corriendo de la universidad donde daba clases rumbo a casa.  Preparé una cena rápida, amenacé a mi hija de nueve años, Christi, para que se apresurara y terminara su tarea  “o de lo contrario….”, y reprendí con seriedad a Del, mi esposo, por dejar sus zapatos sucios sobre la alfombra.  Luego aspiré desesperada la alfombra de la entrada porque un grupo de prestigiadas damas pasaría a recoger ropa usada en buen estado para una buena causa;  más tarde, un estudiante graduado iría a nuestra casa para trabajar en una tesis muy importante – una que estaba segura haría una acertada contribución a la investigación.

Al detenerme a tomar un respiro escuché a Christi platicando con una amiga en el teléfono.  Sus comentarios fueron algo así:  “Mamá está limpiando la casa porque algunas damas que ni siquiera conocemos van a venir a recoger ropa vieja usada…. Y un estudiante de la universidad viene a trabajar en una tesis… no, no sé qué es una tesis… sólo sé que mamá no está haciendo nada importante…. Y no irá a capturar insectos conmigo”.  
Antes de que Christi colgara el teléfono, yo me había puesto un pantalón y unos tenis viejos, había convencido a Del para que hiciera lo mismo, había colocado en la puerta una nota para el estudiante diciéndole que volvería pronto, y había colocado la caja con ropa usada en la terraza del frente con una nota que decía que Del, Christi y yo habíamos ido a capturar insectos.



                                                               Doctora en filosofía Bárbara Chesser

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