¿En verdad quieres ser feliz?
Muchas personas te dirán:
“¡En verdad quiero ser feliz!”
Sin embargo, ¿en qué piensan? ¿De
qué hablan? ¿En qué se ocupan?
Cuando en verdad quieres ser feliz, dejas de quejarte de tu
artritis. Cuando en realidad quieres ser
feliz, dejas de estar resentida con tu novio.
Tal vez lo dejes, tal vez no, pero sea como sea debes limpiar tu mente
de todas sus faltas.
Si en verdad quieres ser feliz, lo serás.
Nos volvemos adictos a la miseria y a quejarnos constantemente. Mary dice:
“Bien, pasó esto, así que tengo que hablar de ello.” ¡No es así, Mary! No tienes que comer todo lo que ves y no
tienes que hablar de todo lo que sucede.
Muchos dicen que quieren ser felices, pero no se trata de un
deseo ardiente. Se trata más de algo
como; “Quiero ser feliz siempre y cuando no tenga que cambiar mi forma de
pensar.” Ese NO es un compromiso
suficientemente sólido. Cuando ya hemos
sufrido lo suficiente, entonces si tomamos las cosas en serio. Decidimos:
“No puedo más. Quiero ser feliz.”
Este momento puede sobrevenir inesperada y
contundentemente: si no eres feliz
ahora, quizás no lo hayas deseado con suficiente intensidad.
He aquí lo que
sucederá cuando en verdad quieras ser feliz:
* Pensarás en las cosas que te hacen sentir
bien.
* Hablarás de cosas que te hacen sentir bien.
Ahora un ejercicio bastante simple: cada mañana, al abrir los ojos, decide ser
feliz, no para siempre, sólo ese día. Afirma lo siguiente: “Hoy
quiero ser feliz.” Al bañarte,
insiste: “Quiero ser feliz.” Cuando los vecinos empiecen a gritar, cuando algún
idiota se te atraviese en el tráfico, afirma:
“Quiero ser feliz.” Cuando las
cosas parecen ir de mal en peor, y cuando todo parece marchar de maravilla,
piensa para tus adentros: “Quiero ser
feliz.” Te convertirás en aquello en lo
que piensas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario