Deber ser
congruente con lo que dices. Todo lo que
presentes a los demás debe ser coherente, compatible y armonioso entre sí. Si quieres ser entrenador deportivo pero
tienes 20 kilos de más y llevas un cigarrillo entre los labios, no eres
congruente con lo que dices. Ser
congruente significa operar al 100 por ciento: cerebro, mente, cuerpo,
emociones, espiritualidad, todos coordinados y en armonía.
No hay nada
peor que aparentar algo que tú mismo no crees.
Si le dices a alguien: “Estoy
seguro de que esto va a funcionar”, pero en realidad no estás seguro, lo
reflejarás en tu manera de hablar y en tus gestos. Se verá en tu conducta. Por más que lo digas, si no estás seguro de
ti mismo, no convencerás a nadie.
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