jueves, 13 de junio de 2013

Del Libro "Don Luis, una vida con valor y valores" de Alicia Campos



Ultimo viaje en familia

  
Con todos los hijos trabajando y estudiando, las oportunidades para salir de vacaciones con toda la familia ya se dificultaban, sin embargo Luis sabía que ningún miembro de su familia desaprovecharía la oportunidad de viajar juntos, así que con un estilo muy propio, hacía una especie de  invitación abierta.  
-          Quiero ir a Michoacán – comentaba sorpresivamente a su familia.
-          ¡Yo voy!  - decía Martha, casi antes de que completara la frase.
-          ¡Yo también! – inmediatamente después contestaba Ada, quien ya había aprendido a gozar los paseos.
-          ¡Y yo!  - decía José Luis, quien tenía vacaciones en la escuela.
-          ¡Híjole, yo tengo que trabajar! – decía Alicia angustiada por pensar que sería la única que no podría ir.
-          Pues entonces tú te quedas – contestaba Luis en un tono de burla.
-          ¡Ah no!  Voy a pedir permiso, o a ver cómo le hago pero yo voy.
-          ¿Cómo nos vamos a ir todos?,  ¿quien les va a dar de comer a los perros y los pericos?  ¿Quién va a regar las plantas? -  decía Guadalupe bastante preocupada, porque anticipaba que no se podrían llevar a los perros como en otras ocasiones lo hacían al viajar a lugares más cercanos.
-          No te apures, los encargamos con los vecinos, tal vez éste sea el último viaje con toda la familia -  decía Luis.

Ese viaje resultó ser uno de los más recordados por todos  muchos años después.  Con la solvencia que le daba su trabajo, ya podía elegir entre hospedarse en un hotel de 5 estrellas, o en una posada.  A él le gustaba combinar ambos estilos para apreciar lo bueno de cada uno de ellos.  Aparte, quería que sus hijos aprendieran a conocer todo lo que ofrece México, así que un día podían comer en un buen restaurante, al otro  taquear en un puesto al aire libre, y luego cenar en una fondita de algún rincón del pueblo que visitaran.

Definitivamente Luis había transmitido a cada uno de sus hijos el gusto de viajar y conocer lugares, él siempre dijo que cuando uno se muere, lo único que en realidad se lleva consigo son esas satisfacciones y el gusto personal, ya que lo material siempre se iba a quedar y a deteriorar con el tiempo, pero los logros y las experiencias personales, ésas se las lleva uno hasta la tumba.



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