Muchos de los casos de madres y padres solteros o separados
o divorciados comienzan cuando ambos se dieron cuenta que lo que estaban
haciendo al juntarse, era huir de sus propias familias Su noviazgo solo consistió en la manera de
salir de la casa paterna. Evidentemente,
creyeron que se enamoraron. Cuando en
realidad ambos solo se dieron la oportunidad de escapar de sus propias
familias…
… El “fracaso” es inminente.
La educación sentimental que todos recibimos en casa a veces se
convierte en una herencia que no es
posible repudiar. Muchos cargan con
sentimientos encontrados acerca de su niñez y la forma de crianza que
recibieron, otros guardan profundos rencores que solo sirven para detener el
verdadero desarrollo en libertad y así trascender las pautas heredadas.
Ser felices,
requiere por parte de ambos, de una gran convicción de lograrlo. Mantener una relación de pareja sana, ha de contar
con un buen sistema de comunicación y negociación. Si la pareja no logra desarrollar un sistema
de comunicación
eficaz y una negociación equitativa durante los primeros tres años de
vida conyugal, su futuro se verá muy comprometido. La cantidad de conflictos, tanto aquellos que
se hayan resuelto a costa de un desequilibrio, o que no hayan podido resolverse
aún, estarán generando tal presión psicológica, que con el tiempo, sus recursos emocionales se agotarán y acabarán con la
motivación para continuar unidos.
Se necesita que el compañero sea eso, compañero. Si ambos entran con buen ánimo la
adversidad y están convencidos de seguir adelante juntos, tendrán más
probabilidad de llevar una relación saludable. La vida, a todos y cada uno, nos presenta el
reto de convivir en armonía. Mantenerla
y desarrollarla, resulta una tarea imposible para muchos hombres. O se encuentran insensibles y carecen de
empatía suficiente hacia su pareja o se encuentran avanzando en un proceso
neurótico o adictivo. El hombre muchas
veces es presa del modelo de masculinidad que impone la sociedad. Para muchos se constituye en un deber ser y
se quedan con el papel de “macho pero cumplidor”, y aunque cumpla muy a su
manera y a su posibilidad creerá que “cumple”.
Por el contrario, si ellas aguardan la esperanza de que algún día las
cosas cambien y que ellos algún día serán diferentes, solo logran convertirse
sin advertirlo, en codependientes de una situación que enferma a todos los
miembros de la familia, esa vida se convierte rápidamente en una carga muy
pesada.
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