jueves, 19 de enero de 2012

Del Libro “Consejos para padres divorciados” de Martha Alicia Chávez

… Cuando luego de tu divorcio has decidido formalizar otra relación, el tiempo ideal para introducir a la nueva pareja a tus hijos es mínimo un año después. La razón es muy simple: antes de ese tiempo tus hijos se encuentran sumergidos en medio de su proceso de duelo por divorcio. Agregar el “trabajo” de asimilar que papá o mamá tiene una nueva pareja les hace mucho más problemática la consumación y el cierre de dicho duelo. Es necesario entender que los procesos de duelo son eso, y como tales no terminan de la noche a la mañana. Se requiere tiempo y “un ganchito” para cerrarlos exitosamente.
Muchos padres y madres cometen el error de no sólo tener nueva pareja casi de inmediato (o desde antes del divorcio), sino de tratar de integrarla en las actividades de sus hijos y hasta esperar o “exigir” que estén felices con la idea, y “adoren” a su nuevo acompañante, y si esto no sucede, se enojan con ellos. Y aún peor, algunos padres y madres desean que sus hijos consideren a su pareja en turno como “su mamá o su papá” y le llamen así, provocando un gran conflicto interno en ellos, porque ya tienen un padre y una madre a los que aman. Ser inducidos a suplantar su lugar con otra persona les duele profundamente y los hace sentir que traicionan a los de verdad. Es ridículo y cruel esperar todo esto de nuestros hijos. Ellos simplemente no pueden cumplir con esas expectativas.
De por sí la persona divorciada necesita tiempo para procesar su propio duelo y todos los sentimientos que origina (culpa, enojo, dolor, etc); tiempo para aprender lo que esta experiencia le trae y para hacer todo lo posible para cerrar ese capítulo antes de abrir otro. Eso sería lo ideal. No obstante, como adulto, la persona divorciada puede hacer lo que le venga en gana en relación con el tema de la nueva pareja, y tenerla cuando y como lo desee, pero por favor no la involucres en la vida de tus hijos antes de una año. Aquí yo estoy hablando por ellos, que no pueden procesar este asunto hasta que el tiempo sea el adecuado. Tratar de integrarlos con una nueva pareja a destiempo me parece hasta cruel.
Una pareja se divorció. A los tres meses el papá llevó a cenar a su hija de 13 años y a su nueva novia para que se conocieran. La chica estuvo seria durante toda la velada, la incomodidad se le notaba hasta al respirar y sólo hablaba para responder con monosílabos a las preguntas que le hacía su papá o su acompañante. Al final de la cena esta última le dijo “indignada” que no le iba a rogar para que se llevaran bien, que sólo quería hacer feliz a su padre, pero no podría hacerlo si ella no cambiaba su actitud.
¡A veces me impresiona lo tontos que somos! En primer lugar, es normal que la adolescente tuviera esa actitud (tres meses de divorcio) y no sólo la hicieron sentir mala y culpable por ello, sino responsable de que la mujer pudiera hacer feliz a su papá, como si eso dependiera de la hija y no de la capacidad de la tonta novia para conseguirlo. De tal manera que si esa relación no prosperaba y se terminaba, la hija se iba a sentir culpable porque, “por su actitud”, la mujer no pudo lograr una vida placentera con su papá… ¡Por Dios!.... ¡Es sentido común!
Cuando ya ha llegado el momento, es importante la forma en que se les habla a los hijos del tema y se les presenta a la nueva pareja. Hay que aclararles que no es el sustituto de papá o mamá, sino sólo pareja. Nunca hay que forzarlos a querer a la persona, ya se dará el momento o tal vez no, esto dependerá de muchos factores. No obstante, es un hecho que pueden llegar a sentir cariño, respeto y disfrutar de su compañía.
Es también un gran error el prohibirles que aprecien o hasta quieran a la nueva pareja de mamá o papá. Estos pueden estar muy enojados o celosos, pero no deben cargar estos sentimientos sobre sus hijos y convertirlos en “aliados” de su veneno y sus planes de venganza ni nada por el estilo. Ni siquiera es recomendable que hablen mal de la nueva pareja de su ex, frente a sus hijos. Se necesita sin duda ser maduro, y sobre todo mostrar un verdadero interés en el bienestar de ellos, para tener actitudes adultas como éstas.

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2 comentarios:

  1. A ver...es que no me voy a comprar el libro por la forma que tienes de expresarte bonita...eso no que hay que esperar un año será segun la edad que tenga el menos no?...por favor...a veces las nuevas parejas le dan mas estabilidad al niño de la que tenían y la alegria que se perdió en el hogar anterior...no podemos dejarnos controlar por los niños...y eso de esperar un año es muy pero que muy relativo...hombre con 13 años es normal...pero si tiene 3 que sabe el niño de parejas ni divorcios...lo que hay es que darles cariño yhacerlos reir y ya tendran tiempo para comprender las cosas hombre..

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  2. Claro que varía con la edad de los hijos, y así como cada cabeza es un mundo, también cada separación es única. Yo mas bien creo que la autora se refiere al proceso de adaptación al cambio y ciclo de duelo. Presentarles una nueva pareja sin que hayan pasado un cumpleaños, graduación, navidad u otra fecha especial en ausencia del padre y teniendo una nueva "figura paterna" puede ser confuso. Es mi opinión.

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