Del libro “90 respuestas a 90 preguntas” de Martha Alicia Chávez
¿Cuál es el lado positivo de
nuestras “imperfecciones”?
Francisco de Asís llamaba “benditas imperfecciones” a
los defectos que todos tenemos. Benditas porque nos ayudan a crecer y a
aprender, y algunas hasta son las causantes de que logremos ciertas
cosas importantes en la vida.
Un amigo muy querido es el ser más terco que hay sobre la
tierra. Su terquedad a veces me vuelve loca, y también a su familia.
Hace tres años descubrió un importante problema en una empresa, que afectaba a
miles de personas en Canadá, el país donde vive. Habló con los directivos
encargados del asunto, no hicieron caso; se puso a recaudar evidencia, mandó
muchos correos electrónicos a las instancias gubernamentales correspondientes,
pero tampoco hicieron caso. Tuvo decenas de juntas con ciertas autoridades del gobierno,
hizo contacto con los medios de comunicación, movió cielo, mar y tierra
durante tres años, hasta que el problema fue sacado a la luz y solucionado.
Su bendita terquedad lo ayudó a pasar por todo este proceso muy desgastante y
complicado; sin ella, de seguro se hubiera “quebrado” a la mitad del camino.
En una entrevista, Mahatma Gandhi se describió a sí mismo
como alguien muy avaro. Gracias a su avaricia, nunca se conformó con los
ofrecimientos que el gobierno británico proponía en sus negociaciones durante
la época en que tenía el dominio sobre la India. La “avaricia” de Gandhi lo
llevó a pedir más y más y más, hasta que logró que los británicos aceptaran
todas sus condiciones y requerimientos, logrando a fin de cuentas la
total independencia de su país.
En una biografía de Nicolás Copérnico, leí que desde niño
éste fue en extremo desconfiado. Desconfiaba de todo y de todos, lo cual
volvía loca a su mamá, ya que cada cosa que le decía (aun lo más
insignificante) la cuestionaba y desmenuzaba hasta que quedaba convencido, o
no. Gracias a ello, también desconfió de las teorías que en su tiempo eran
plenamente aceptadas por los astrónomos más eminentes, en relación con el
modelo “geocéntrico” que afirma que la Tierra era el centro de nuestro sistema
planetario. Copérnico estableció que en realidad el Sol es el centro de nuestro
sistema solar, formulando así su teoría “heliocéntrica”, que es
considerada una de las más importantes en la historia de la astronomía, y el
parteaguas para muchísimas otras investigaciones y descubrimientos que le
siguieron.
Yo soy obsesiva, a veces no me aguanto ni yo misma.
Mi obsesividad me ha servido mucho en la vida, para ser formal, puntual y
responsable y para realizar mis sueños, porque para lograrlos he tenido que
luchar duro y encontrar agua en un río seco y llaves para puertas cerradas a
piedra y lodo… y gracias a mi obsesividad, las he encontrado. También me ha
sido muy útil en mi profesión, tanto para escribir libros como para dictar
cursos y conferencias, ya que me da la capacidad de organizar ideas,
esquematizarlas y describirlas de manera muy clara y comprensible. Muchos
colegas – algunos que conozco personalmente y otros que me han escrito después de
ir a una de mis conferencias o haber leído uno de mis libros – me han dicho que
tengo una gran capacidad de explicar conceptos muy complejos, en palabras
muy simples y organizadas. Y eso se lo debo a mi obsesividad.
¡Benditas sean nuestras imperfecciones!
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