sábado, 20 de enero de 2024

Del libro “Joderillo Una luz en la oscuridad” de Fidel Alcántar Pérez - Edad

 

Del libro “Joderillo  Una luz en la oscuridad”  de Fidel Alcántar Pérez

 



– Edad es una palabra que, conforme transcurre nuestra vida, va cambiando de tonos y matices; en ocasiones la descubrimos o deletreamos como: “i-n-o-c-e-n-c-i-a”, “t-e-m-o-r” o “m-a-d-u-r-e-z”.  Con asombro, observo al pequeño que feliz y gustoso exhala para apagar cinco velitas y sencillamente no sucede algo extraordinario; su pensamiento se dirige a un pastel, una piñata, dulces y golosinas, y lo más importante para él: sus regalos”.

Demi había captado la atención del público, pues su discurso vislumbraba un conocimiento profundo y garantizaba un aprendizaje muy significativo. Entonces, continuó con su elocuente presentación:

– ¿Qué pasa con el joven púber que pretende imitar a su hermano mayor o al hermano de su amigo? Desea fervientemente alcanzar dieciocho o veinte años cuando ha llegado solamente a catorce… Aquel que oficialmente cumple su mayoría de edad se considera un adulto, una persona madura y con un conocimiento y entendimiento tan amplio que le permite volverse hacia atrás y esbozar una arrogante y sarcástica sonrisa para decirle al joven adolescente: ¡aún eres un niño!

Durante el periodo de los veinte el mundo rueda y se encuentra a tus pies; crees tener el poder y la fuerza para cambiar todo, pero lo que menos aceptas es un cambio en ti.  Llegas a la etapa de los treinta y te parece que “edad” no existe en tu vocabulario. Es una etapa peligrosa, ya que pones demasiada atención en quienes te rodean, en el “qué dirán”, y si no despiertas a tiempo habrás cedido el control de tu vida.  Es triste llegar al periodo de los cuarenta y sumirte en la molicie o simplemente navegar en la mediocridad.

En este momento la gente se mostró inquieta, pues para muchos “mediocridad” era una palabra muy fuerte y se sintieron aludidos, pero no dejaron de prestar atención. La presencia de Demi tenía anonadados a todos los asistentes.

– Durante esta etapa, y en algunos casos desde la etapa anterior – continuó – hablar de edad se considera una falta de respeto, una imprudencia, una indiscreción, hasta piensas que invaden tu intimidad.  Súbitamente, te anticipas a los hechos y ya empiezas a considerarte un viejo roble… así continúas durante los cincuenta.

Cuando los sesenta se manifiestan, ya no eres joven ni viejo, eres un sapientísimo filósofo con la capacidad y facultad para aconsejar, para criticar y para reprender. Eres un ejemplo para los más jóvenes. Deseas esculpir tu huella.  Te consideras una persona interesante.  Eres sabio, no un necio.  Eres elocuente, no arrogante. ¿Acaso te has infectado con el virus de la egolatría?

Después de los setenta requieres ser comprendido y aceptas que la vejez ha tocado tu puerta; la edad se ha convertido en orgullo y satisfacción.  Utilizas el adagio o dicho: “¡Como te ves me vi, como me ves te verás!”.  ¿Deseas ser un senil encorvado que ya no quiere alzar su mirada y solo piensa en derrumbarse? O, ¿quieres seguir en posición enhiesta con la vista al cielo intentando alcanzar las estrellas y la gloria del Creador?

La decisión está en ti.  Tu cuenta personal de emociones y sentimientos reforzará tu actitud ante la vida y te indicará el camino a seguir. ¿Por qué permitir que nos acompañe la angustia, la frustración, la amargura de nuestros pensamientos? Podemos cambiar, solo se necesita querer y decidir hacerlo. Robin Sharma dijo: “La edad no es más que un estado de la mente” – Finalmente, Demi concluyó –  Además de un estado mental, la edad es un estado espiritual que te hace recordar que sigues acercándote al Creador.  Por favor, sean felices. Yo deseo seguir viviendo; sonreír y divertirme.

 

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