Del libro “Sé un adolescente feliz” de
Andrew Matthews
Otras ventajas de
fijar objetivos
Digamos que te encanta el rock, así que tú
y unos amigos deciden formar un pequeño grupo.
Lo interesante es esto: Su objetivo puede ser hacer música, pero aprenderán muchas cosas más aparte de
hacer música:
Tal vez necesiten comprar un equipo, así
que pueden aprender a ganar dinero, a ahorrar
y quizás a liquidar alguna deuda.
Aprenderán a organizar a las personas para concertar los ensayos.
Aprenderán a trabajar duro mientras se
esfuerzan por mejorar su sonido.
Probablemente aprendan algo de electrónica.
Al promover su banda aprenderán algunas
cosas de mercadotecnia. Cuando empiecen a cobrar por sus
presentaciones aprenderán de negocios.
Su objetivo era hacer música, ¡pero mira
hasta dónde los ha llevado!
¿Cuántas veces pasa esto? Una persona
empieza a aprender un idioma, digamos japonés.
Conforme progresa se va interesando más y más en aquella cultura. Viaja a Japón y antes de darse cuenta está viviendo
en Tokio, trabajando para una compañía japonesa o bien está casado con una
japonesa.
El objetivo era aprender japonés, pero al
final cambió su vida.
Cada vez que te propones alcanzar una meta,
sea crear un sitio de Internet, criar canarios o ahorrar mil dólares, eso te
lleva a lugares y a situaciones con las que nunca soñaste.
Esta
es la razón por la que nos fijamos metas:
para hacer nuestra vida interesante.